Daniel Samper Ospina
26 Marzo 2023

Daniel Samper Ospina

IDEAS PARA LA REFORMA LABORAL

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No me canso de decir que una semana en Colombia equivale a siete años humanos; que, en apenas una semana, en Colombia sucede lo que en toda la historia de Finlandia (Finlandia con ene: porque solo en Colombia existe un pueblo que se llama Filandia, en Quindío, como curioso homenaje sin ene a la _oble _ación _órdica).

Repasemos la semana: cayeron decenas de personas de la alta sociedad en un negocio de ganadería  de engorde propuesto por Felipe Rocha, un señorito de la high que captó dinero de hijos de políticos y figurines de clubes sociales, pero también de gente de bien. Al final el esquema tenía más manchas que un ternero Holstein y los inversionistas —si se me autoriza la expresión— quedaron mamando.   

Para seguir hablando de cuernos, Daysuris, la ex de Nicolás Petro, prometió en su cuenta de Twitter que sacará nueva información contra su ex; Petro criticó el proceso de paz de Santos; Santos criticó la paz de Petro; Millonarios contrató un jugador que se llama Beckham David; un influenciador anunció una inminente invasión alienígena que, a la fecha, ha dejado mucho que desear, al menos en Colombia: los extraterrestres se encuentran varados en la vía a Melgar porque se desplomó la Nariz del Diablo por el invierno y los que han conseguido llegar a Bogotá prefieren huir antes que dominar esta rara civilización construida con lonas verdes detrás de las cuales descansan los obreros.

Pero la noticia de la semana, a mi juicio, es el trancón de reformas que atiborra las vías del Congreso. El Pacto Histórico presentó la política que parecía el Arca de Noé: una maquinaria atiborrada de micos que apoyaban una serie de lagartos, sapos, ratas y zorros. Ante la presión ciudadana, los mismos que la presentaron tuvieron que hundirla. He ahí el cambio: políticos limpios que se lavan las manos frente a sus propias propuestas. Y la ministra de Trabajo patentó una reforma pensional del tamaño del Libro de Petete, acompañada, de una vez, por la laboral. La reforma pensional trae un artículo —un articule— según el cual una persona que se declare no binaria podrá pensionarse a los 57 años. Puedo visualizar  mi  cumpleaños número 56. Convocaré  a la familia a la sala para comunicarles una decisión importante:

—Querides hijas: en adelante soy Daniele. Y seré un jubilade el próximo añe.


La reforma laboral, por su parte, ha recibido algunas críticas a las que no pienso sumarme. Por el contrario: cansado de que me echen en cara que mi labor periodística es una crítica ciega que jamás ofrece soluciones, esta vez decidí redactar un articulado y donarlo a la ministra como si fuera un negocio planteado por Felipe Rocha: sin ningún tipo de interés.

REFORMA LABORAL


Artículo 1:
Deróguese el título de CEO y aplíquese el término de Pluma Blanca para designar al máximo jerarca de la empresa.

Artículo 2: 
Todo aquel que tenga un pequeño cactus al lado del computador para protegerse de las radiaciones que este emite, será condenado a sentarse en la susodicha planta.

Artículo 3: 
Quien ambiente el clima laboral después de la ingesta de una bandeja paisa llevada en coca será sancionado con la pena de ingresar al grupo de WhatsApp del departamento de Mercadeo, ser nombrado “Brigadista” por el departamento de Recursos Humanos o realizar pautas activas dirigidas por Nerú.

Artículo 4:
Quien dejare la chaqueta colgada en la silla de su oficina para crear el efecto de que se encuentra presente, aunque en realidad no haga nada, no tendrá castigo pero todos sabremos que se trata del ministro de Defensa.

Artículo 5:
Todo jefe del área en cuyo puesto aparezca una fotocopia que diga “Qué fácil es decir buenos días, gracias, haga el favor, tenga la bondad”, tendrá que torear en la becerrada de fin de año. Por favor. Muchas gracias.

Artículo 6: del Teletrabajo.
Quien convoque una reunión por Zoom que pudo haber sido un chat, incurrirá en la pena de mostrar que está en piyama de la cintura para abajo.

Artículo 7: de las causales de despido sin indemnización.
Son causales de despedido con justa causa:
—Llamar “call” a las llamadas y decir frases como “los dejo porque tengo un call”.
—Regalar una rosa a cada compañera de la oficina en el Día de la Mujer.
—Decorar el puesto del compañero en el día de su cumpleaños.
—Utilizar diminutivos del estilo de “me encuentro ocupadita”. 
—Atribuirle voluntad a los objetos para excusar el bajo desempeño laboral, como en la frase como “esta máquina no quiere trabajar.”
—Pavonearse por todo el corredor después de almuerzo con la corbata metida en los botones de la camisa con la crema y el cepillo de dientes en la mano mientras se dirige al baño.
—Colgarse el carnet de la empresa en el cinturón.
—Utilizar el hilo retráctil del carnet para aseo dental. 
—Bajar el almuerzo caminando con tres compañeros que ocupan la totalidad del andén, mientras hacen “recocha” y “maman gallo”.
—Jugar al amigo secreto (con pena de calabozo a quien “endulce” durante toda la semana al compañero).


Artículo 8: del comportamiento del empleado en las fiestas y convenciones de la empresa.

—Quien se pase de tragos en la cena de bienvenida de la convención que la empresa organiza en Cartagena y sea sorprendido amacizando en flagrancia a Nancy, la compañera del departamento de Contabilidad, en bailadero cercano, obtendrá como pena sobrellevar el guayabo aprendiéndose el plan estratégico de la compañía.

Artículo 9:
Quien fuere sorprendido integrándose al trencito en la fiesta de la empresa, incurrirá en la pena de cuidar a Jair, de Contaduría, en el bus de regreso que los dejará a todos en Los Héroes.

Artículo 10:
Son causales de despido durante la fiesta de la empresa: 

—Echar los perros a la buenona de mercadeo.
—Adular al doctor Juan Francisco, jefe de personal, y cederle el puesto en la fila durante el almuerzo.
—Obligar a brindar al doctor Juan Francisco con los aguardientes que sirven durante dicha fila.
—Decirle, puyándolo con el dedo en el pecho, “Usted sí es un berraco, Juan Francisco”, sin el doctor, antes de las rifas de la tarde.
—Salpicar con gotículas de saliva a Juan Francisco en el furor de la fiesta, mientras lo regaña con frases del estilo de “yo si le digo una de las cosas, Pachito”.

Artículo 11: del respeto al jefe.
Todo trabajador mediocre que sea premiado con sucesivos ascensos hasta conseguir el grado máximo de Pluma Blanca, tendrá que invertir su dinero en terneros de engorde de Felipe Rocha o, en su defecto, trasladarse a la sucursal de la empresa en Filandia.

 


Cambio Colombia

 

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