
En una décima parte
de hora y media en la que sueles
escuchar a Los Danieles,
te explicaré cómo es mi arte.
No es mi intención ensoparte
como taxista que vuela
de bache en bache, así duela
la embarrada del vestido.
Pretendo ser divertido
explicando la espinela.
En Los Danieles se opina
con Anita Bejarano,
con Daniel Samper Pizano,
con Daniel Samper Ospina.
Otro Daniel, pluma fina,
de apellido Coronell,
me pide que en el papel
la décima le describa,
pues no tiene quién le escriba
como el otro coronel.
Los diez renglones cortitos,
llamados versos también
como vagones del tren
van en fila pegaditos.
Parecen diez choricitos
o salamis italianos,
embutidos valencianos
o curtidos salchichones…
Para Quevedos burlones,
los diez dedos de las manos.
Busquemos rimas en ano
como expertos decimeros.
Rimemos, pues, de primeros
el nombre de un tal Laureano
con este: el de don Mariano.
Si apelamos al monóculo,
tal vez mejor, al binóculo,
más pronto que tarde salta
la palabra que nos falta:
el nombre chulo de Próculo.
Con don Víctor Mallarino,
con María Cristina Lamus,
la muy célebre MacLamus;
con Beatriz Ordóñez, fino
testimonio del destino
humano que nos inclina,
Daniel Coronell opina
con Daniel Samper Pizano,
con Anita Bejarano
y Daniel Samper Ospina.
¿Alguien más en esta lista?
¿Alguien me falta? ¡Pues claro!
Enrique Santos, preclaro
y conspicuo columnista.
El lector, comentarista
en las redes, el tuitero,
el invitado certero,
el crítico cejijunto,
y entre todos, el difunto
don Antonio Caballero.
Pompilio Iriarte.
16/07/2023.

