"Los liberó antes de que llegaran por ellos las autoridades": hijo de Pablo Escobar recuerda venados posiblemente invasores que habría traído su papá a Colombia

Un científico que buscaba popó de mico para su tesis doctoral en el Magdalena Medio a mediados de 2023, encontró los restos de un venado que resultó ser asiático. Por la cercanía con Hacienda Nápoles, supuso desde un principio que la especie había llegado a Colombia igual que los hipopótamos: por cuenta de Pablo Escobar, posiblemente en la década de los ochenta. Juan Pablo Escobar, hijo del capo, habló con CAMBIO y aseguró que recuerda a estos animales de manchas blancas, provenientes de países como India y Nepal, en la finca de su padre.

Escobar le contó en su momento al periodista Germán Castro Caycedo que quería tener su propia "Arca de Noé". Para eso, trajo cientos de animales exóticos desde otras partes del mundo y así llenó su zoológico privado. Hipopótamos, jirafas, avestruces, cebras y muchos más se cuentan en la lista de especies. También, según dice hoy su hijo, había venados.

El capo le decía a Juan Pablo que el zoológico era "del pueblo" y que nunca le cobraría a nadie por visitarlo, como escribió Gabriela Cociffi, directora editorial de Infobae. Sin embargo, según el heredero del capo, su papá prefería que los animales quedaran libres antes de que las autoridades los incautaran.

"Antes de permitir que se los llevaran a sufrir a los precarios zoo locales, los liberó antes que llegaran por ellos las autoridades", le dijo a CAMBIO Juan Pablo Escobar. Recordó que los también llamados chitales se reprodujeron sin parar, que muchos paramilitares se llevaron ejemplares a sus fincas, mientras algunos campesinos los cazaban. "Y sobrevivieron", añadió.

Está por verse si el relato es fiel a la realidad. Cuando Escobar murió abatido en 1993, las autoridades se llevaron a varios de los animales que estaban en Nápoles, otros se quedaron ahí. Entonces, no está claro, de ser cierto lo que dice Juan Pablo, en qué momento el capo habría liberado a los venados.

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Más o menos desde 2007 hay registros de hipopótamos que se escaparon de Nápoles y andan por el Magdalena Medio sin control. Hace poco, Colombia los declaró especie invasora e identificó más de 130 ejemplares. Los venados, que parece que llegaron en la misma época, pero de los que se sabe muy poco todavía, se reproducen al doble de velocidad. 

Néstor Roncancio, candidato a doctorado de la Universidad Nacional y quien encontró los restos de la especie en la finca de Puerto Triunfo, explica que si un hipopótamo puede parir una cría a la vez, el promedio con los chitales es de dos -hasta pueden ser tres-, incluso dos veces al año.

Si bien los habitantes de la región de Puerto Triunfo dicen que han visto manadas hasta de 40 de estos venados semejantes a Bambi, las autoridades ambientales del orden nacional apenas se están enterando de su presencia en el país. 

La Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los ríos Negro y Nare (Cornare) tiene registro de ellos también en Sonsón y Puerto Nare. Sin embargo, gracias a su velocidad de reproducción y el que no dependen de las fuentes de agua como los hipopótamos, podrían estar en otras zonas y ser muchos más.

(Crédito: Colprensa)

El problema es que el animal, que en este momento es considerado exótico, podría ser invasor. Aunque Escobar se preciaba de su amor por los animales, el daño inmenso que provocó con su tráfico ilegal e introducción a Colombia es todavía incalculable: las especies invasoras son una de las mayores causas de pérdida de biodiversidad en el mundo.

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El Instituto Humboldt dice que en 2024 va a investigar y a hacer los estudios pertinentes para entender su presencia y, en dado caso, tomar medidas al respecto. Ese trabajo lo hará con el Ministerio de Ambiente y Cornare, en coordinación con el Comité Técnico Nacional de Especies Introducidas y/o Trasplantadas.

"Es importante aclarar que, para poder declarar una especie como invasora, se debe correr el análisis de riesgo de invasión, que evalúe aspectos como las características de la especie, los posibles impactos que puede tener sobre las especies nativas y los ecosistemas y los riesgos socioeconómicos (afectaciones locales). De igual manera es importante validar en campo el estado de la especie, realizando evaluaciones para establecer el tamaño de la población, el estado del hábitat, su dispersión y la interacción con los ecosistemas y las comunidades locales", anotó, en respuesta a un requerimiento de CAMBIO.