Cómo el aguardiente amarillo pasó de ser un trago de segunda al rey del mercado

Aguardiente Amarillo

Crédito: Fotografia Aguardiente Amarillo

23 Diciembre 2023

Cómo el aguardiente amarillo pasó de ser un trago de segunda al rey del mercado

Échele cabeza, un proyecto de reducción de riesgos y daños del consumo de sustancias, contó en un hilo de X el origen de la bebida que hoy tiene en líos judiciales a varias licoreras del país.

Por: Redacción Cambio

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La historia del Aguardiente Amarillo, que hoy vive una disputa en la industria de licores, tiene algunos matices y datos desconocidos. La bebida insignia de Manzanares, Caldas pasó de ser un licor rechazado por las clases altas a ser hoy día una bebida que muchos resaltan por su sabor.

Como lo cuenta Échele Cabeza, la Licorera de Caldas adquirió la fórmula del Aguardiente Amarillo en 1885, cuando se la compró a Camilo Jiménez, un humilde campesino local. Sin embargo, para los caldenses este licor no fue nuevo,  porque siempre estuvo presente en las cantinas, aunque relegado a un segundo plano, etiquetado como el trago de los arrieros, sucio y asociado a la pobreza.

Una de las razones por las que el Amarillo era tan rechazado, fue por su tono, que se debe a los alambiques rudimentarios de la época, que no lograban destilar totalmente la bebida y dejaban el color de la caña de la panela.

La llegada de la tecnología en los años 50 permitió el proceso de cristalización que trajo al mercado el aguardiente transparente y que llamaron en ese momento Aguardiente Cristal, y se convirtió en un licor de las clases adineradas de la época por su tonalidad transparente. 

Por seis décadas, el aguardiente Amarillo fue el trago de la clase popular, mientras que el Cristal se convirtió en símbolo de estatus, consumido por los ganaderos y amantes de las corridas de toros, conservadores y poderosos de las cabeceras municipales. 

"Así empezó la embriaguez del arribismo y se dejó atrás, para los pobres el Amarillo sucio de los campesinos, y así fue durante 60 años, el amarillito (como le dicen ahora los millennials) solo era para pobres y el Cristal para el poder político", explicó Échele Cabeza.

Sin embargo, de unos años para acá el concepto sobre los licores ha venido cambiando y el Amarillo se ha convertido en un licor atractivo para los compradores en general, con una baja concentración de alcohol (25 grados) y un sabor distintivo por el toque que le da la caña.

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