Nevado del Ruiz: ¿se puede repetir la tragedia?
Tragedia de Armero, ocurrida el 13 de noviembre de 1985.
Crédito: Colprensa
El nivel de actividad del volcán Nevado del Ruiz evolucionó de alerta amarilla a naranja este jueves. A raíz de esto, se activaron comités de gestión de riesgo en cinco departamentos del país. Vale la pena preguntarse, ¿esta contingencia ambiental puede evolucionar a algo mayor?
Por: Sebastián Martínez
Este jueves, el nivel de actividad del volcán Nevado del Ruiz evolucionó de alerta amarilla a naranja, según informó la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y el Servicio Geológico Colombiano (SGC). En los departamentos de Risaralda, Tolima, Quindío, Caldas y Cundinamarca se activaron comités de gestión de riesgo.
No obstante, queda la duda si este incremento en la actividad volcánica podría vaticinar algún tipo de fenómeno que afecte a la población del área circundante al volcán. Vale la pena recordar el desastre natural que el miércoles 13 de noviembre de 1985 ocasionó la tragedia en el municipio de Armero, en el departamento del Tolima.
En hechos que tomaron por sorpresa a los pobladores que vivían cerca al Nevado del Ruiz, a pesar de que ya le se había advertido previamente del riesgo por actividad volcánica al Gobierno nacional, el volcán hizo erupción, afectando a Tolima y Caldas.
El pueblo más afectado resultó siendo Armero, a menos de cincuenta kilómetros del volcán, que a raíz de los rápidos lahares que descendieron por las laderas del Nevado ocasionaron la destrucción del municipio y la muerte de la mayoría de su población (veinte mil personas, de las 29.000 que habitaban el pueblo). Si a esto se le añaden las víctimas mortales de otros municipios cercanos, la cifra de fallecidos superó los 23.000.
Partiendo de los últimos anuncios de las autoridades sobre el volcán Nevado del Ruiz, ¿podría presentarse de nuevo una emergencia ambiental similar?
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¿Se puede repetir la tragedia?
Este jueves, El SGC y la UNGRD explicaron que la alerta nivel naranja o (II) quiere decir que el volcán "podría hacer una erupción mayor a las que ha hecho en la última década" en cuestión de días o semanas.
Asimismo, los últimos registros indican un incremento en la sismicidad. "El 29 de marzo se registró el mayor número de sismos diarios registrados desde que se inició el monitoreo sísmico de este volcán en 1985", explicaron las entidades.
Debido a esto, el SGC elevó el nivel de actividad del volcán con tal de que las acciones preventivas necesarias puedan tomarse oportunamente.
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No obstante, la entidad advirtió que en varios casos se ha informado "que la erupción es inminente y eso no es correcto".
Las entidades aclararon que el volcán nevado del Ruiz, desde hace diez años, está en un proceso eruptivo. No obstante, todos los eventos eruptivos que han ocurrido en este rango de tiempo han sido menores y en su mayoría "su afectación se ha limitado a las áreas alrededor del volcán dependiendo de la dirección del viento".
De ahí que es posible que el fenómeno volcánico continúe presentándose sin que esto implique un riesgo mayor.
Aún así, teniendo en cuenta que la situación del volcán podría prolongarse, la UNGRD recomienda alistar las acciones preparativas para hacer frente a una eventual erupción: "planes de evacuación socializados e implementados, correctamente articulados con los sistemas de alerta, rutas de evacuación señalizadas y en buenas condiciones, así como evaluar las restricciones de acceso a algunas zonas".
¿De qué depende la fuerza de una erupción?
Según la Universidad de Chile, los factores principales que determinan la naturaleza de una erupción volcánica son "la composición de los magmas, su temperatura y la cantidad de gases disueltos que contienen".
Asimismo, la institución explicó que cuando la lava se enfría, se empieza a solidificar. De ahí que, según aumenta su viscosidad, la lava disminuye su movilidad. También se explica que el contenido de sílice en el magma está directamente relacionada con su viscosidad.
"Las lavas graníticas (félsicas), con un elevado contenido en sílice (más del 70 por ciento), son muy viscosos y formas coladas cortas y gruesas. Las lavas basálticas (máficas), con un contenido menos de sílice (alrededor del 50 por ciento), son más fluidas y pueden viajar a distancias más largas antes de solidificarse", puntualizó la Universidad.
Por otra parte, la institución planteó que la fluidez del magma tiende a aumentar con los gases disueltos. "Conforme se expanden, proporcionan la fuerza que impulsa a las rocas fundidas desde la chimenea de un volcán", explican.