“No quiero terminar en una zanja con un tiro en la frente”: Aida Victoria Merlano habla con Daniel Coronell

Crédito: Colprensa - Camila Díaz

17 Abril 2024

“No quiero terminar en una zanja con un tiro en la frente”: Aida Victoria Merlano habla con Daniel Coronell

Desde que el país conoció su condena de casi catorce años, Aida Victoria Merlano no se había sentado con la prensa. En entrevista con Daniel Coronell, la influencer habló del proceso que considera arbitrario, de la fuga de su madre y de su relación con el polémico streamer Westcol.

Por: Redacción Cambio

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Aida Victoria Merlano es una influencer de enorme impacto en Colombia. Cada publicación suya en las redes sociales es vista por cientos de miles de personas. Ella es también la hija de la senadora Aida Merlano, hoy presa por delitos electorales y quien hace cuatro años se fugó desde un consultorio odontológico descolgándose por una cuerda, una imagen que se quedó en la memoria de muchos colombianos. Aida Victoria, la hija, tiene 24 años recién cumplidos, está empezando su vida, pero acaba de ser condenada en segunda instancia a 13 años y diez meses de prisión como coautora del delito de uso de menores para fuga de presos. El menor que usó, según la sentencia, es su hermano Esteban, que para el día de la fuga tenía 17 años. Miguel Ángel del Rio, su abogado, anunció que interpondrá el recurso extraordinario de casación ante la Corte Suprema de Justicia para que el caso sea revisado por el máximo tribunal de Colombia. Aida Victoria Merlano habló con Daniel Coronell en su primera entrevista desde la dura sentencia. 

Daniel Coronell: ¿Aida Victoria, usted cuántos años tenía cuando su mamá se escapó?

Aida Victoria Merlano: Tenía 20 años.

D.C.: Es decir, era apenas tres años mayor que su hermano Esteban. ¿Por qué cree que la justicia estableció que fue usted la que usó a su hermano y no su mamá?

A.V.M.: Para interponer una medida de aseguramiento no hubiesen podido hacerlo de la forma tan violenta en como lo hicieron si simplemente me estuviesen acusando de fuga de presos. Siento que se reunieron y pensaron cómo hacemos para hacer un show mediático y bajar la presión de la fuga de mi mamá. ¿Cómo hacemos para mostrar un resultado? Vamos a meter presa a Aida Victoria, pero para meterla presa necesitamos ponerle un delito que sea muy grave, instrumentalización de menores. Eso, por el único hecho de que mi hermano y yo estábamos en el mismo lugar en el momento de los hechos y que él era menor de edad. Eso es lo que yo pienso.

D.C.: ¿Cómo recuerda usted el escape de su mamá? Esa fuga que muchos colombianos vieron en el video de las cámaras de seguridad.

A.V.M.: A mí me queda complicado recordar la fuga porque yo no la presencié. Cuando mi mamá se tira por el consultorio ya yo había salido de la habitación. Yo lo único que recuerdo ese día fue salir con mi hermano del lugar, como siempre nos pide mi mamá que salgamos antes de que a ella la recojan, porque a ella no le gusta que mi hermano la vea esposada. Eso es lo que lo que yo recuerdo que pasó.

D.C.: ¿Cuándo y cómo se enteró usted del plan de fuga de su mamá?

A.V.M.: Yo me entero de que mi mamá se fuga porque yo estoy en un centro comercial y me llama una amiga de ella y me dice “¿dónde estás tú?”. Entonces le digo estoy ahorita mismo en el Centro Comercial Andino. De hecho tengo la prueba de mi extracto bancario de ese día que lo corrobora. Creo que había pasado como una hora desde la fuga de mi mamá cuando me dicen que está saliendo en todas las noticias que mi mamá se fugó. Y ahí fue que yo me enteré.

D.C.: ¿Quién llevó la maleta con la cuerda desde la que ella se descolgó para escaparse?

A.V.M.: Según el relato de mi mamá, ella se enrosca la cuerda en su cuerpo y sale del penal así. Cuando mi mamá entra tenía como una camisita abajo. Ella estaba bastante robusta y tenía una chaqueta beige encima. Luego de repente, a lo largo de la visita, ya se veía mucho más delgada. O sea, es que esto no es un tema que yo me esté inventando, si ven cómo entró y cómo está ya antes de fugarse, obviamente se ve mucho menos robusta. Entonces sí tiene sentido que se enroscara la cuerda en el cuerpo.

D.C.: Tanto años después, ¿qué le ha contado ella sobre ese escape? ¿Cómo lo pensó, cómo lo preparó, quiénes fueron sus cómplices para la fuga?

A.V.M.: Evidentemente yo no me voy a poner a hablar de cómplices porque a mí me encanta respirar. Te juro que amo vivir, amo la vida, amo respirar. No quisiera yo de repente acabar por ahí en una zanja con un tiro en la frente. Entonces a mí como que no me gusta hablar de gente que yo sé que es terrible. Lo único que puedo decir es que mi mamá se fuga porque su vida corría peligro.

D.C.: Usted tiene miedo de que le puedan hacer daño. Hay varias personas mencionadas como cómplices, entre esos unos abogados. A ellos, a diferencia suya, no les ha pasado nada. No han sido condenados, siguen en la calle sin ningún problema…

A.V.M.: Sí. Pero si ellos están condenados, igualito yo estoy en este chicharrón en el que estoy. Y si ellos no tienen ningún problema, igualito estoy en el chicharrón. Yo realmente en esas cosas no pienso en si alguien lo merece más que yo o si alguien debería estar en mis zapatos. Eso a mí sí me parece intrascendente. Yo solo sé que estoy en una situación bien complicada.

D.C.: ¿Qué dice su mamá sobre su condena de 13 años y diez meses de prisión? Ella, como madre, lo debe sentir especialmente. Usted apenas tiene 24 años y está empezando su vida.

A.V.M.:  Sí. Obviamente, como a cualquier madre, le duele todo lo que está pasando. Se siente profundamente culpable. Ya le he dicho muchas veces que no se lamente por lo que ya pasó. Esta circunstancia realmente, aunque ha sido tan dura, tan difícil, a mí me ha enseñado muchísimo, me ha hecho crecer como mujer, me ha dado una visión distinta del mundo, me ha dado hasta una profesión. Creo que en medio de lo difícil que es, a mí me ha traído más cosas buenas que malas. Obviamente a mi mamá le parece un exabrupto. Aparte de exagerado, es bastante extraño todo el contexto de mi condena, la verdad.

D.C.: En algún momento dijeron que a usted le iban a procesar por lavado de activos, que no era solamente la fuga. Hubo una gran tormenta de rumores alrededor suyo, algunos de los cuales parecían venir de la propia Fiscalía. ¿Usted cómo fue recibiendo esa tempestad mediática en su momento?

A.V.M.: A mí no me iban a procesar por lavado de activos sino por enriquecimiento ilícito. Son dos delitos que se parecen, pero no son iguales. Uno significa que hay un tercero al que yo le estoy lavando dinero y el otro que hay unos ingresos que tengo que se presumen ilícitos. La Fiscalía dijo vamos a presumir que usted se está enriqueciendo ilícitamente y tiene que demostrarnos lo contrario. Al final la Fiscalía no tuvo pruebas para hacerlo y pues ese proceso prácticamente, por llamarlo en palabras castizas, murió.

D.C.: ¿Usted reconoce algún error o equivocación en la fuga de su mamá?

A.V.M.: No, no reconozco ningún error. Tampoco instrumentalicé a mi hermano. Y a la gente que dice que yo debía saber, que sabía que mi madre se iba a fugar, que vi que se iba a fugar. Eso no es un delito. Si yo hubiese sabido, si yo hubiese visto, si yo hubiese contemplado, yo pude estar sentada comiendo crispetas viendo cómo mi mamá se fugaba. Pero eso no es un delito. Yo no tenía la obligación ni legal ni moral de denunciarla. Yo no fui partícipe de esa fuga. Yo no orquesté la fuga como el juez lo dice. Es absurdo pensar que yo podía orquestar esa fuga cinematográfica. Yo estaba en la universidad y tenía un emprendimiento de accesorios. No tiene sentido pensar que yo era la mente criminal detrás de eso.

D.C.: Usted ha dicho una cosa que es cierta y es que todas las cosas malas traen también sus cosas buenas. ¿Le atribuye a ese mal momento esta buena racha comercial y esta posibilidad creativa que ha tenido como creadora de contenido?

A.V.M.: Por supuesto. Hay gente que dice usted se hizo famosa por la fuga de su mamá. Pues yo me hice famosa realmente porque me metieron presa. Si a mí no me meten presa, si no arman un show mediático conmigo, si no traen el avión de la Policía, si no me escoltan como si yo fuera el Chapo Guzmán, pues yo no sería realmente la figura mediática que soy hoy. Entonces claramente el éxito empresarial y comercial que tengo sí nació de esa fuga y también nace de una capacidad humana maravillosa de permear esas circunstancias adversas y sacar lo mejor posible. Yo creo que todos los seres humanos somos fuertes, solamente que todos no vivimos circunstancias que nos permitan descubrir la fuerza que tenemos, pero todos lo somos. 

D.C.: ¿Después del escape de su mamá usted cuándo volvió a tener noticias de ella? 

A.V.M.: Una vez tuve noticias de ella por un mensaje, prácticamente un tema de paloma mensajera. Supe que estaba bien y por lo menos tuve esa tranquilidad. 

D.C.: ¿Cómo de paloma mensajera? 

A.V.M.: En un papelito. Una vez me llegó una nota, me la dejaron en portería. Ahí fue que supe que ella estaba bien. 

D.C.: ¿Era la letra de ella?

A.V.M.: No. Pero uno sabe cómo habla la mamá de uno. Asumo yo que con alguien se habrá comunicado. A alguien se lo habrá mandado. Yo no sé porque luego no hablamos de esto. Pero así supe que estaba bien. Y yo en su momento lo dije.

D.C.: ¿Cuál era la palabra clave que le permitió identificar que si era un mensaje de su mamá?

A.V.M.: Uno sabe cuando es la mamá de uno. No puedo decirla porque quién quita que luego yo te dé las palabras claves y luego un día necesitemos alguna comunicación y ya no tengamos palabra clave.

D.C.: ¿Su mamá le contó los padecimientos de su escape? ¿Le contó lo que pasó después de que se escapó?

A.V.M.: Nosotras nunca nos hemos sentado a hablar de eso. Yo sí me enteré, obviamente, por todo lo que dijo públicamente y fue trágico y muy doloroso. Pero ella y yo nunca hemos hablado de eso. Siento que es del tipo de conversaciones que son tan difíciles que nunca quieres sentarte con un hijo a decirle de frente esas cosas porque duele mucho.

D.C.: Ella nos contó a Federico Gómez Lara y a mí lo que había pasado. Nos contó que además de los abusos que cometieron contra ella, también estuvo a punto de perder la vida y sintió que el plan era asesinarla y sepultarla en un terreno sin identificación. ¿Usted qué sintió cuando se enteró de eso por las versiones públicas que dio su mamá? 

A.V.M.: Obviamente uno siente mucho odio y frustración. Yo creo que ahí es cuando uno se da cuenta, desde la propia piel, las cosas tan atroces que puede hacer un ser humano, sobre todo cuando se contamina el corazón de tanta avaricia y cuando tiene tanto poder. Es que para mí es duro. Yo creo que cuando tú empezaste a hablar de eso, como mecanismo de defensa, yo intentaba bloquear y no escuchar, porque es muy duro pensar esas cosas.

D.C.: Usted y su mamá están condenadas. En cambio nada les ha pasado a personas con Álex y Arturo Char. ¿Qué piensa usted de ese contraste?

A.V.M.: Yo podría irme a una cárcel física, pero por lo menos yo sé que por las noches podría dormir en paz. Porque sé lo que soy. Sé cuáles han sido mis intenciones. Sé desde dónde he obrado, desde el principio. Ellos de pronto nunca pisen una cárcel. Pero muy seguramente, si quieren escapar de todo el caos, no podrán hacerlo porque viven un infierno en su cabeza. 

D.C.: Cuando pasó todo esto usted era casi una niña. Y su mamá tampoco era la pieza más importante de este mecanismo. ¿Qué recuerdos tiene de personas como Julio Gerlein y los Char? 

A.V.M.: Pues de Julio porque fue una figura paterna prácticamente toda mi vida. Sí tengo muchos recuerdos de él. De los otros la verdad no, porque ellos hacían parte del trabajo de mi mamá y ella nunca se llevaba el trabajo a la casa. Entonces de ellos si no.

D.C.: ¿Y qué recuerdos tiene de Julio Gerlein? 

A.V.M.: Mira que en medio de todo el caos y de todas las cosas que han pasado yo tengo muchos recuerdos lindos de Julio porque es un hombre muy inteligente. Creo que muchas de las formas que tengo yo de expresarme vienen de mis conversaciones con él a temprana edad. Fue un hombre que siempre tuvo mucho amor para mí y eso le voy a agradecer siempre. Yo lo que recuerdo de él son muchísimas cosas lindas que me permitió vivir.

D.C.: Se entiende que en medio de la complejidad usted tenga un recuerdo grato de una persona que compartió mucho tiempo con su mamá. Y que era por lo menos 40 años mayor que ella…

A.V.M.: Sí, sí. Eso pasa mucho en este país. Es más normal de lo que piensas que los hombres llegan a una edad en la que quieren buscar colágeno (risas).

D.C.: ¿Usted lo veía como un padre o como un abuelo?

A.V.M.: Un poco de las dos.

D.C.: Permítame pasar a un tema personal, pero que tiene un ingrediente de interés público. Usted tiene una relación con un streamer de enorme impacto llamado Luis Fernando Villa, conocido como Westcol.  ¿Cómo va eso?

A.V.M.:  Bien. La verdad es impresionante como una persona tan joven tiene más huevos que gente ya mucho más vivida. Ese hombre ha mostrado un temple impresionante. Yo a él le dije mira, si a mí me llegan a condenar y me voy presa, tú sigue con tu vida. Si quieres ser mi amigo y me quieres visitar, tú me visitas, pero no pongas tu vida en pausa por una circunstancia que no tiene nada que ver contigo. Y me dijo yo sería incapaz de dejarte ahí y de seguir con la vida. Yo estoy contigo hasta el final, pase lo que pase. Y la verdad ha sido un apoyo impresionante para mí en estos momentos.

D.C.: Eso habla bien de él. Pero tengo que decirle que Westcol ha hecho comentarios claramente machistas y homofóbicos. Por cuenta de eso él perdió una acción de tutela que llegó a la Corte Constitucional. ¿Qué opinión tiene usted sobre esos comentarios homofóbicos de su novio?

A.V.M.:  Yo siempre lo he dicho abiertamente. No estuve de acuerdo para nada con eso. Pero siento también que cuando uno ama a una persona trata de exaltar sus virtudes en público y hacerle los regaños en privado. Entonces, hay gente que me pide que tenga coherencia en mi discurso y que venga y lo fulmine porque va en contra hasta de las cosas que yo pregono. Es un poco inhumano pretender que uno públicamente queme a un ser a quien ama tanto. También hay un tema, y esto evidentemente no es por justificarlo, pero Wes viene de un contexto bastante complejo. Él viene de barrio popular, de escasos recursos y en el contexto en el que él está de alguna manera creo también que hay mucho machismo, hay mucha homofobia y ese tipo de cosas están naturalizadas. Ahora que él sale de ese contexto, que de repente ve otras cosas y abre su visión del mundo, creo que es cuando realmente está haciendo conciencia de lo peligrosos que son ese tipo de comentarios, de la magnitud que tienen esos comentarios. Creo que él ha cambiado mucho y ha madurado. Pero siento también que cuando él pide perdón la gente no lo acepta. 

D.C.: También parece difícil de explicar que Westcol haya usado su poder para amenazar periodistas… 

A.V.M.:  ¿Tú sí viste al final de ese video como sacó la lengua y cómo hizo así?. Obviamente, si tú entras al stream y ves el contexto completo, es claro que es una broma entre él y sus seguidores que dijeron como que vamos a llamar y vamos a joder. En este caso sí debo decir que la prensa sí es bien morronga. Porque utilizan su poder para dejar mal a las personas y se les olvida que las figuras públicas somos seres humanos que sentimos, que pensamos y que evidentemente nos afectan el tipo de aseveraciones que hacen. Es obvio que es una estupidez, un chiste. Tal vez sea inmaduro, tal vez lo puedan tachar de desacertado o de mal gusto, pero no es una amenaza explícita porque de entrada Wes no es ningún gángster. A mí me han hecho titulares donde dicen “las cochinadas de Aída Victoria”, porque una vez conté que un novio me había olido unos cucos. Yo he interpuesto tutelas contra medios de comunicación por amarillistas.

D.C.: En ese caso usted interpuso una tutela, que es lo que corresponde. Pero imagínese por ejemplo que a usted la llame a intimidarla de esa manera una de esas personas que usted teme. 

A.V.M.:  Esa es una gente mafiosa. Esto es un influencer jodiendo la vida bajo un contexto claro. Es que yo defiendo eso es por el hecho de que en el stream completo se ve que él está jodiendo la vida. O sea, yo te digo algo y de verdad te lo digo de corazón, es una niñería, es una inmadurez, pero no lo hizo de maldad. 

D.C.: Pero si yo soy la persona que recibo esa llamada es legítimo que me asuste…

A.V.M.:  Claro. Pero a veces también la prensa toma conductas que son abusivas. Yo creo que aquí hay un llamado de ambos lados. Yo también te digo que hablo un poco desde mi resentimiento con la prensa, porque yo he sido víctima de sus titulares. Entonces también obviamente veo ese tipo de cosas y veo la reacción y me toca heridas que son mías. A veces quisiera tener el teléfono de los periodistas y llamarlos para aclararles que somos seres humanos y decirles ¿Será que tú podrías ser un poquito menos hijo de puta y dejar de atropellarme de esta manera? Yo entiendo la frustración del periodista. Pero hay muchos que hacen que uno literalmente termine en terapia. Yo he visto titulares que a mí me revuelven y me dan rabia porque no puedo entender cómo la prensa de este país se ha convertido en un circo en el que simplemente les importa que hagan clic y listo. Entonces no están al servicio de informar, sino al servicio de lucrarse a cualquier a como dé lugar.

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