¿Dónde sí y dónde no se podrá fumar marihuana?

De ocho debates que debe superar, el cannabis de uso recreativo ya pasó seis. Esta ha sido la ocasión en la que el país ha estado más cercano a regular esta industria que, años atrás, había sido detenida por los debates en el Congreso. Hoy le restan dos debates más, los dos en Senado: el primero en la Cámara primera y el segundo y definitivo será en plenaria. 

El proyecto, que de ser aprobado terminará por modificar el artículo 49 de la Constitución y permitirá el porte y consumo de marihuana para adultos, se haría una realidad en el territorio nacional. Sin embargo, una serie de decretos locales podrían entorpecer esta regulación al punto en que, de ciudad a ciudad, la aplicación del nuevo artículo podría anularse. 

¿Por qué se cruzan los decretos? 

Pese al avance positivo que ha tenido esta discusión en el Congreso, la realidad es que al final las cosas dependerán de los ordenamientos territoriales. Es decir, serán las alcaldías las encargadas de determinar cuáles serán los espacios en los que se permitirá el consumo, y los que no. 

Si tomamos, por ejemplo, el caso de Bogotá en 2019 durante la alcaldía de Enrique Peñalosa, se consolidó un decreto que continúa vigente y que prohíbe el consumo en un radio de 200 metros de las instituciones educativas de educación básica, intermedia y superior. También, se prohibió el consumo alrededor de centros penitenciarios de adolescentes, en parques, plazas públicas, centros culturales y centros históricos. El decreto, además, prohibió el consumo en espacios públicos a cielo abierto y en todos los lugares de interés político. 

Ese mismo modelo se ha replicado localmente en diferentes ciudades y, en el caso de Antioquia, fue un proyecto impulsado por el exgobernador Luis Pérez, lo que llevó a que quedara decretado en todo el departamento. 

Esto, además, se cruza con una sentencia reciente de la Corte Constitucional –de enero de este año–, que prohíbe el consumo de cannabis en zonas históricas o culturales, y también en parques. Esta sentencia de la Corte significa una prohibición en todo el territorio nacional, ya no a nivel local. 

Finalmente, la regulación también se cruzará con el código vigente de Policía que no solo prohíbe el consumo, sino que también ha sido cuestionado por la misma Corte Constitucional pues, de acuerdo con el código, el consumo de todas las sustancias está tajantemente prohibido en todo el espacio público. La Corte tuvo que abrir a interpretación los artículos que prohíben esto, por ser anticonstitucionales, pero sí se mantienen las multas por consumo en espacios públicos. 

Una confusión que tendrá que ser resuelta

Ante este panorama, y así se regule el consumo de cannabis recreativo en adultos, la confusión respecto a los espacios donde será permitido el consumo se mantendrá. Así lo señala Julián Quintero, director de la Acción Técnica Social y el proyecto Échele Cabeza: “No hay un manual de donde se puede fumar y no fumar porque se superponen decretos de alcaldes, con artículos de código de policía, con sentencias de la corte y literalmente es un caos”, señala. 

Ese caos, de acuerdo con Daniel Carvalho, representante a la Cámara por la Coalición Centro Esperanza y uno de los principales impulsores de la regularización, tendrá que ser resuelto por los organismos territoriales: “Es difícil saber cuál será el resultado de esto, porque depende de cada alcaldía y  no sabe cuál será la influencia del Congreso ahí. Por lo pronto, estamos modificando a nivel constitucional esta regulación, pero este proyecto no resuelve aún las determinaciones locales”, asegura. 

Tanto Carvalho como Quintero señalan que el panorama aún es complejo para la regularización. Sobre todo porque, de acuerdo con Carvalho, el panorama electoral de las alcaldías locales incidirá mucho en que se mantenga el prohibicionismo, o se levanten las restricciones.