
Crédito: Policía Nacional
En canecas de basura ingresaban a migrantes ilegales al país
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La Dijin de la Policía desmanteló una organización criminal que entraba de manera ilegal a extranjeros desde las zonas restringidas del aeropuerto El Dorado, con ayuda de canecas de basura. Diez personas fueron capturadas; dos de ellas delinquían desde Estados Unidos.
Por: Redacción Cambio

Las cámaras de las oficinas de Migración Colombia pusieron al descubierto el nivel de innovación delictiva de una organización criminal que ya había logrado convencer a varios ciudadanos extranjeros a quienes se les había negado la entrada al país, de ayudarlos a ingresar metidos entre canecas de basura.
Para profundizar
Las imágenes muestran el modus operandi, que consistía en introducir a los extranjeros en canecas de basura, en el segundo piso del aeropuerto El Dorado, de Bogotá, para luego bajarlos a la zona de los pasajeros ya ingresados al país.
En la salida internacional, la organización tenía varios vehículos particulares, lo que les permitía un amplio margen de utilidad al no utilizar intermediarios.

Durante tres meses, las autoridades fueron descubriendo que la organización delincuencial tenía como epicentro de operaciones la ciudad de Medellín, lugar donde hacían transbordo los migrantes que venían desde Bogotá para seguir la ruta hacia Necoclí, Antioquia.
El cabecilla de la estructura delincuencial era Jan Pieter de Vrijer Molina, quien actuaba como si fuera el gerente de una empresa. Vrijer empleaba a determinadas personas para que identificaran a los migrantes en el aeropuerto, a quienes les cobraban entre 2.000 y 5.000 dólares para ingresarlos. Luego, un grupo de conductores y proveedores de servicios participaban de la operación cumpliendo diferentes funciones.
“Cada uno de los integrantes cumplía un papel dentro del grupo delincuencial, encargados de la logística, transporte, alojamiento, alimentación, gestión de visas y documentos de identificación; llevaban más de siete años realizando estos actos ilícitos”, afirmó el general José Luis Ramírez, director de la Dijin.
Durante el proceso investigativo se puso en evidencia que en un periodo de tres meses, la organización criminal recibió ganancias por más de 380 millones de pesos, dinero que era enviado por migrantes a Colombia desde Austria, Alemania, Emiratos Árabes, Kenia y Sudán del Sur.
También descubrieron envíos de dinero desde Perú, Bolivia, Ecuador, México y desde las ciudades de Alejandría, San Diego, Dallas, Miami, Houston, Tampa y Austin en Estados Unidos, además de Montana en Canadá.
Los diez integrantes capturados se encontraban ubicados estratégicamente en Ipiales, Cali, Medellín, Bogotá, Montería y el municipio de Necoclí, en Antioquia, ubicación que les permitía captar y movilizar a los migrantes irregulares de manera ágil desde el sur del país por los corredores viales que conectan con el Urabá antioqueño. Tres de los integrantes de la organización ya habían sido capturados en flagrancia por el delito de tráfico de migrantes con anterioridad.
Dos de los integrantes vivían en Dallas y Atlanta, en los Estados Unidos, donde recibían dinero de migrantes que ya habían cumplido la ruta, y dinero adicional para que ayudaran a sus familiares a pasar por territorio colombiano.
Durante la operación se llevaron a cabo varios allanamientos en los que fue posible incautar 19 pasaportes, 11 teléfonos celulares, más de 71 millones de pesos en efectivo, 150 dólares canadienses y más de 29.000 euros. En una residencia de Bogotá, adaptada como hotel de paso, había ocho migrantes cubanos que fueron dejados a disposición de Migración Colombia.
En audiencia pública virtual, un juez con función de control de garantías impuso medida de aseguramiento privativa de la libertad para todos en su lugar de residencia, y fueron imputados por los delitos de tráfico de migrantes y concierto para delinquir.
