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Gustavo Petro vs. Carlos Fernando Galán: la pelea por la Avenida Boyacá y la Reserva Thomas Van Der Hammen
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El presidente Gustavo Petro y el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, están enfrascados en una discusión de trinos sobre el proyecto de ampliación de la Avenida Boyacá y su impacto en la Reserva Thomas Van Der Hammen. ¿Qué han dicho?
Por: Gabriela Casanova
Luego de conocerse que el Consejo de Estado admitió la demanda presentada por el Ministerio de Ambiente contra la Corporación Autónoma Regional (CAR) por el proyecto de extensión de la Avenida Boyacá, aumentó la tensión entre el presidente Gustavo Petro y el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, quienes han protagonizado una pelea de trinos en sus cuentas de X.
¿Por qué pelean Petro y Galán?
La demanda ante el Consejo de Estado tiene como propósito invalidar la licencia ambiental que la CAR otorgó al proyecto que busca extender la Avenida Boyacá desde la calle 183 hasta la 235. Según el Ministerio de Ambiente, la corporación ignoró un recurso legal presentado para impugnar esta licencia, resultando en un “silencio administrativo negativo”. También, el ministerio pidió en el documento decretar medidas cautelares de urgencia para suspender provisionalmente la licencia ambiental, pero esta solicitud fue negada. El Consejo de Estado decidirá si la licencia ambiental debe permanecer o ser revocada.
No es raro que el Gobierno haya radicado esta demanda, pues la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, y el presidente Gustavo Petro ya se habían mostrado en desacuerdo con el proyecto vial desde la administración anterior, pues han advertido públicamente que la ampliación de la avenida causaría “una fragmentación irremediable” de la Reserva Thomas Van Der Hammen.
El encontronazo de Galán y Petro en redes sociales
Tras recibir la noticia de la admisión de la demanda, el alcalde Galán aseguró que se trataba de “otra intromisión” del Gobierno en asuntos que solo deben ser resueltos por el Distrito, y lo señaló de “estar haciendo todo para bloquear la posibilidad de que se avance en una obra estratégica para la movilidad de Bogotá”.
Ante esto, el presidente Gustavo Petro se pronunció en su cuenta de X sobre estas declaraciones. “En una ciudad que se queda sin agua, ¿cómo se puede pensar en destruir la Reserva Forestal Thomas Van Der Hammen?”, escribió.
En otro trino, el jefe de Estado compartió la fotografía de un árbol de 200 años en el bosque de Las Mercedes, situado en la Reserva Thomas Van Der Hammen y escribió: “Si se urbaniza la reserva forestal, este árbol desaparecerá, y con él, las esperanzas de agua para Bogotá”. Para el mandatario, “la primera necesidad” de Bogotá es el agua, por lo tanto, sería contraproducente ejecutar este proyecto vial mientras la capital enfrenta una crisis de este recurso vital.
Sin embargo, Gustavo Petro no tuvo la última palabra, pues horas después Galán le contestó sobre la reserva forestal. “No es cierto, presidente. Ni Bogotá se va a quedar sin agua ni la ampliación de la Avenida Boyacá va a destruir la Reserva Thomas Van Der Hammen”, escribió.
Galán explicó en un trino que para este proyecto solo se sustraerán 20 hectáreas de las 1.395 que tiene en total, un impacto que será compensado con cerca de 120 hectáreas en las que “se desarrollarán actividades de conservación y restauración en esta reserva”. Así mismo, señaló que la obra incluye pasos para fauna y pasos para conexión hídrica.
“El camino para contener el crecimiento desbordado en la sabana de Bogotá es a través de un desarrollo urbano bien planeado y responsable al interior del perímetro urbano de la ciudad, no frenando por completo cualquier proyecto bien hecho”, dijo Galán.
En otro trino, el alcalde explicó que actualmente el 95,6 por ciento de la reserva forestal sigue en manos privadas y menos del 3 por ciento de su área ha sido restaurada; sin embargo, aseguró que con su administración, se restaurará 25 veces el área recuperada hasta ahora.
“Para eso, recientemente pusimos en marcha el mecanismo de Transferencia de Derechos de Construcción, una herramienta que busca que los propietarios de predios privados que están en zonas de alto valor ambiental (y que por ende tienen restricciones de uso) puedan voluntariamente transferirlos a la Secretaría de Ambiente para su restauración y conservación”, dijo el alcalde.
A lo que añadió: “A cambio, los propietarios recibirán un certificado que representa metros cuadrados de construcción en áreas edificables de la ciudad establecidas por el POT, principalmente para el desarrollo de Vivienda de Interés Social”.
Galán manifestó que, en un principio, se adquirirán 60 hectáreas de 100 que ya tienen ofertadas para su restauración, lo que representa el 4 por ciento de la extensión de la reserva.
¿Utilizará el Gobierno otra estrategia para frenar el proyecto? ¿Logrará Bogotá terminar las obras? ¿Quién tiene la razón? Son preguntas que aún no tienen respuesta, pero lo que sí se sabe es que el Consejo de Estado será la entidad que tenga la última palabra sobre este controvertido proyecto.