
La negociación de paz entre el Gobierno y el ELN pende de un hilo
Otty Patiño, comisionado de Paz; Antonio García, jefe del ELN
Crédito: Presidencia - Reuters
- Noticia relacionada:
- Gustavo Petro
- Eln
- Nicolás Maduro
- Donald Trump
Otty Patiño, comisionado de paz del presidente Gustavo Petro, acusa a la guerrilla de haber puesto en marcha un plan para asesinar a Álvaro Jiménez, su principal asesor. Pone de límite hasta finales de mes para que rectifiquen y muestren su voluntad de paz. Análisis
Por: Armando Neira

La mesa de negociación entre el Gobierno nacional y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) pende de un hilo. Otty Patiño, comisionado de paz, denunció que la guerrilla “tomó la decisión” de asesinar a Álvaro Jiménez, su principal asesor en la búsqueda de los procesos de reconciliación impulsados por el presidente Gustavo Petro.
Patiño considera inadmisible que el ELN continúe con su accionar militar contra civiles y, en particular, contra uno de los integrantes de un Gobierno de izquierda que cree en las vías dialogadas para resolver el conflicto armado.
Por eso, Patiño habló de un plazo que se vence este mes para que el ELN demuestre su real voluntad de paz porque, explica, la paciencia del presidente Petro tiene límites.
La situación es extremadamente crítica, ya que Jiménez se convirtió en un objetivo de la guerrilla cuando incentivó los diálogos con el frente Comuneros del Sur, una disidencia del ELN que opera en el departamento de Nariño.
Para el Gobierno, avanzar en procesos territoriales es fundamental, pues considera que de esta manera se benefician las comunidades más abandonadas, las cuales son las que más sufren la guerra.
¿Cuál es el origen de la discordia actual?
El frente Comuneros del Sur aceptó la propuesta del Gobierno, lo que permitió abrir una mesa de negociación con esta disidencia. Sin embargo, el ELN interpretó esta acción como una estrategia de sus enemigos para dividirlos, llegando incluso a acusar a Jiménez de “paramilitar”, una valoración injusta, según quienes lo conocen, pues él ha dedicado los últimos años de su vida a defender causas humanitarias y tiene un ideario de izquierda. Actualmente, está a cargo de la mesa de negociación con el Clan del Golfo.
Ante esto, Patiño rechazó enfáticamente el planteamiento del ELN y les hizo un llamado, advirtiendo que la paciencia del Gobierno "no es eterna".
En una carta pública de siete páginas dirigida a la cúpula de la guerrilla, expresó: “Esa generosidad y esa paciencia del Gobierno han sido interpretadas por el Comando Central (Coce) del ELN como debilidad de nuestro Gobierno. Pero la paciencia no es eterna ni la generosidad es infinita”.
En la misiva, Patiño responsabiliza a Antonio García, Pablo Beltrán y alias Pablito –los tres jefes del ELN– de lo que le pueda suceder a Jiménez. “La calumnia, la mentira, la amenaza, el sicariato moral y físico han sustituido el camino de la verdad y la comprensión”, les dijo.
Pablo Beltrán, jefe de la delegación insurgente en las negociaciones, se ha mostrado tajante: “Han promovido una desarticulación y nos han creado un problema”.
La carta también menciona la figura de Camilo Torres, el sacerdote que dejó la sotana y se unió al ELN, siendo muerto en su primer combate en febrero de 1966.
Patiño, exguerrillero del M-19, señaló: “El Ejército de Liberación Nacional, y más concretamente Fabio Vásquez, fundador y máximo dirigente de la guerrilla en los sesenta, no alcanzó a entender la tremenda responsabilidad que les había caído encima y trataron de convertir a Camilo en un comandante guerrillero”.
¿Por qué el Gobierno busca la paz territorial?
Para Patiño, la decisión de los Comuneros del Sur de apartarse del ELN representó una “fuerte crisis interna” para la guerrilla, poco antes del sexto congreso que convocó el grupo armado. La decisión representa, nada más y nada menos, que sí es posible firmar un acuerdo de paz y no mantener la posición radical de aferrarse a los fusiles.
En esa cumbre, sin embargo, según el comisionado, se sepultó toda esperanza de cambio dentro del ELN: “No solo cambiaron un ápice la doctrina, sino que tomaron terribles decisiones, como la de asesinar a Gabriel Yepes, a Álvaro Jiménez, vetarme a mí como interlocutor y descartar un acuerdo de paz con el actual Gobierno”.
Gabriel Yepes Mejía, alias HH, es el comandante de ese grupo armado en el departamento de Nariño y hasta ahora se ha mostrado confiado en la posibilidad de alcanzar un acuerdo de paz. Para el ELN, que tiene una larga tradición de asesinatos contra sus propios compañeros que se muestran autocríticos, era una traición y ordenaron su muerte.
En la historia de esta organización los antecedentes son muchos. "Lo que ha pasado desde entonces con ese grupo armado muestra no solo la inutilidad de la lucha armada para cambiar la sociedad, sino las estrategias equivocadas del Estado –hasta hoy– para resolver el conflicto", escribió Alfonso Gómez Méndez en su columna de El Tiempo.
“Muchos de esos muchachos terminaron siendo fusilados por sus propios compañeros de armas. O asesinados por ellos mismos ya desmovilizados, pues no les perdonaban la deserción, como es el caso de Jaime Arenas Reyes, quien fuera asesor de otro joven, Luis Carlos Galán, entonces ministro de Educación”, agregó el exfiscal general de la nación.
Una fecha límite para continuar
Patiño contó que su equipo ha podido corroborar, a través de ocho fuentes "confiables", la decisión de asesinar a Jiménez, también antiguo miembro del M-19 y, según el comisionado, víctima de una campaña de “sicariato moral” por parte del ELN.
La separación de los Comuneros del Sur, afirma Patiño, evidenció la incapacidad del comando central del ELN para entender que “la territorialización de la paz es el único camino real para superar los vacíos dejados por los acuerdos de paz cuando no cuentan con la voluntad de los frentes ni de la población”.
Y añadió: “La calumnia, la mentira, la amenaza, el sicariato moral y físico han sustituido el camino de la verdad y la comprensión”.
“A finales de este mes de enero sabremos cuál es la definición del Ejército de Liberación Nacional: si se mantienen en el ejercicio de la violencia o escogen el camino de la paz con hechos ciertos”, dijo Patiño.
La situación es sumamente delicada, pues con los antecedentes del ELN, es poco probable que acepte un ultimátum, una palabra que Patiño prefiere evitar. Para él, lo adecuado es hablar de "límites".
De cualquier manera, el ELN, cuya cúpula se refugia en Venezuela con el apoyo del dictador Nicolás Maduro, ya había dejado claro que durante este Gobierno no se firmará un acuerdo de paz y, menos, que va a entregar las armas.
“Es lo más probable, y eso tiene tres fundamentos. El primero es el espejo de lo que ocurrió con la implementación del Acuerdo Final de Paz con las Farc, que el ELN ha criticado mucho. El segundo tiene que ver con que no aceptan la noción de desarme, movilización y reinserción (DDR); su comandante, Antonio García, ha hablado del tránsito hacia la paz, y eso habrá que definirlo y llenarlo de contenido en términos de lo que realmente quiere el ELN. No quiero ser pesimista, pero hay que ser creativos, buscar salidas creíbles al tema de las armas y, desde luego, reconocer los avances de este proceso y buscar que se haga irreversible”, afirmó Gerson Arias, investigador de la Fundación Ideas para la Paz (FIP) en una entrevista con CAMBIO.
¿Hay tiempo para llegar a un acuerdo?
A la pregunta de CAMBIO: “¿Cree que el Gobierno de Petro terminará y el ELN no habrá dejado las armas?”, Arias respondió: “Diría que hoy es poco probable. La información parcial que se tiene del sexto congreso del ELN es que, en efecto, esto será así. En ese encuentro, que tuvo lugar en el primer semestre de 2024, hubo al menos dos tipos de discusiones. El primero, sobre lo que iba a pasar en Venezuela con las elecciones, entendiendo obviamente que la defensa de la revolución bolivariana es un objetivo estratégico. El segundo punto fue el estado actual de las negociaciones, y una de las conclusiones que se recogieron es que la falta de cumplimiento de los acuerdos por parte del Gobierno de Petro muestra que no será posible llegar a un cierre de la negociación”.
Hoy, según las cifras más recientes, el ELN tiene aproximadamente 6.000 integrantes como organización armada, de los cuales se estima que entre un 25 por ciento y 30 por ciento podría estar del lado venezolano.
“No solamente hay un plan, sino que hay una decisión y hay una contratación. Esa es la información que hemos recibido, por eso me atreví a hacerlo público, porque me parece que no es solamente una amenaza”, dijo en la mañana de este jueves Patiño. En otras palabras, ¡basta ya! Ahora se espera qué respuesta dará el ELN. Entre los analistas, sin embargo, se impone el pesimismo.
¿Qué dice la delegación de paz del Gobierno?
Ante esto, la delegación de paz del Gobierno en la mesa con esa guerrilla afirmó: “El ELN ha asegurado que no existen amenazas como las mencionadas”.
“En cumplimiento de nuestra responsabilidad desde diciembre de 2024 ante la información proveniente de la Oficina del Consejero Comisionado de Paz sobre amenazas u otro tipo de acciones por parte del ELN en contra de integrantes del Gobierno Nacional y, en particular, contra Álvaro Jiménez mediante comunicación escrita como verbal, solicitamos explicación a la dirección del ELN sobre esta denuncia”, señaló la delegación en una comunicación oficial.
“En respuesta a esta solicitud, el ELN ha asegurado que no existen amenazas o planes como los mencionados por parte de su organización. Para dar curso a esta gestión, el pasado 9 de enero, esta información fue remitida mediante comunicación escrita y oficial al Consejero Comisionado de Paz con el fin de contribuir a prevenir cualquier situación”, afirma en su comunicado la delegación que lidera Vera Grabe.
