La nueva estrategia para acabar con el hambre en La Guajira
23 Febrero 2023

La nueva estrategia para acabar con el hambre en La Guajira

Con un manejo por subregiones y trabajando de la mano de las autoridades indígenas, la nueva directora del ICBF, Astrid Cáceres, espera que su nueva estrategia ponga fin a las muertes por desnutrición en esta zona del país.

Por: Maria F. Fitzgerald

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Entre las primeras obligaciones al llegar al ICBF, la nueva directora, Astrid Eliana Cáceres, incluyó acabar de una vez por todas con los problemas de desnutrición en uno de los departamentos que más lo ha sufrido: La Guajira.

La idea es una estrategia que pueda sostenerse en el tiempo para que los niños wayuu no vuelvan a los titulares de prensa por falta de alimentación.

No es una tarea sencilla. La Procuraduría documentó que, solo durante el gobierno anterior –entre 2018 y 2022–, 177 niños menores de 5 años murieron por desnutrición en esta zona del país, 103 pertenecientes a minorías raciales, puntualmente al pueblo wayuu.

Así, Astrid Cáceres ha estado pendiente de la región desde que supo que ella sería la nueva cabeza del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. La directora del instituto le contó a CAMBIO cuál será la nueva dinámica con la que, espera, se dé fin a esta problemática que el país ha lamentado por tantos años. 

 

¿Cómo acabar con el hambre en La Guajira? 

Cáceres explicó a CAMBIO que el ICBF implementará una estrategia por subregiones territoriales (Uribia, Riohacha, Manaure), para así atender las necesidades puntuales de cada zona. 

Cada cierta cantidad de rancherías (aún por determinar) habrá un centro administrado por el ICBF que dará atención prioritaria a niños, madres gestantes y familias, no solo en materia de prevención en salud sino con especial énfasis en los casos de desnutrición extrema. Estos centros estarán dotados de servicios de salud, tanto para la prevención como para la atención urgente, y de servicios de alimentación que podrán atender incluso a familias completas. 

El ICBF ha creado un mapa de hambre en el que están localizadas las zonas en las que este mal es especialmente grave –con el objetivo de concentrar los esfuerzos en esas zonas–; las zonas en donde hay escasez de agua; las zonas donde hay dificultades para cultivar, y las zonas donde hay problemas de infraestructura vital.

Para que la estrategia sea realmente efectiva, se tiene planeado trabajar de la mano de las autoridades indígenas, e involucrar a otras instituciones, entre ellas el Ministerio de Salud y las cajas de compensación, para que puedan ofrecer servicios en la región.

El ICBF no presta servicios directamente sino por medio de operadores que se encargan, cada uno por su cuenta, de los diferentes programas del instituto. El reto es poder hacer que todos trabajen en función del mismo objetivo: “Tendremos que conseguir –concluye Cáceres– que los servicios se coordinen todos para atender las necesidades de la región. Sin embargo, tenemos la esperanza de que, al menos desde el instituto, podamos dar una atención efectiva al fenómeno”.

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