Las obras del aeropuerto Internacional Ernesto Cortissoz no fueron culminadas en su totalidad por el concesionario saliente.
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Con obras incompletas del saliente operador y anuncios de inversión, la Aerocivil asume control del aeropuerto de Barranquilla
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El Gobierno nacional tuvo que retomar de manera anticipada la administración de la terminal aérea por un laudo arbitral que ordenó la liquidación del contrato con el Grupo Aeroportuario del Caribe S.A.S. Anuncian 150.000 millones de pesos para terminar obras inconclusas y garantizar la operación.
Por: Rainiero Patiño M.
Más de nueve años después de la firma del contrato para la renovación de la infraestructura del Aeropuerto Internacional Ernesto Cortissoz, que presta sus servicios a Barranquilla, el camino por el que descienden los pasajeros para recoger su equipaje es un improvisado pasillo, con un techo y paredes de material liviano que parecen a punto de colapsar y un peligroso piso de alfombra manchado de moho oscuro. Un aviso tímido en la pared dice que se trata de un paso “temporal”.
Así, incompleto, el Gobierno nacional recibió de parte del concesionario las instalaciones del terminal aéreo del centro urbano más poblado de la región Caribe, cuya operación y mantenimiento quedarán a cargo de la Aerocivil desde este 1 de septiembre.
La imagen del recorrido que hacen los viajeros es una verdadera desilusión y, para muchos, el reflejo exacto de lo que fue la ejecución del contrato entregado a comienzos de 2015 por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) al concesionario Grupo Aeroportuario del Caribe S.A.S., cuyos accionistas eran Valorcom S.A. con el 41,50 por ciento, Equipo Universal S.A. con el 41,50 por ciento e Inversiones Millenium Azcipo S.A. con el 17 por ciento.
Los accionistas mayoritarios son empresas contratistas barranquilleras con quienes el gobernador de Atlántico y el alcalde de Barranquilla han tenido relaciones políticas, como las familias Gerlein y Navarro, entre otros.
Las obras finales en el Cortissoz levantan sospechas sobre la no ejecución adecuada del contrato y de la posibilidad de que el dinero no haya sido invertido correctamente. Con un simple recorrido, se puede evidenciar que hay trabajos incompletos, equipos no instalados y que algunos espacios son mucho más pequeños de lo que se esperaba.
Prueba de esto es que la administración del aeropuerto, que sirve a la ciudad de Barranquilla, tuvo que pasar a la Aeronáutica Civil como resultado de un laudo arbitral proferido por la Cámara de Comercio de Bogotá en junio de 2023. En dicha resolución se ordenó la terminación anticipada del contrato, así como su liquidación.
El contrato 003 de 2015, bajo esquema de Alianza Público Privada (APP), cuyo objeto fue la entrega del Cortissoz para la administración, operación, mantenimiento, explotación comercial, adecuación, modernización y reversión, tenía como plazo inicial 16 años y una cuantía de un poco más de 610.000 millones de pesos. Pero, desde el comienzo, estuvo lleno de problemas. En el camino acumuló ocho otrosíes y más de 17 modificaciones.
Lo que se recibe
La Aeronáutica Civil le entregó a CAMBIO un balance del estado en que recibe el aeropuerto Cortissoz y dijo que las actividades del proceso de reversión “fueron cumplidas a satisfacción, incluyendo la entrega de los bienes instalados y operativos que no se habían recibido en ejecución del contrato de concesión, que garantizarán la operación del aeropuerto”. Lo que confirmaría que el concesionario saliente no completó las tareas.
El 1 de septiembre también la ANI empezará la etapa de liquidación del contrato, que involucra el componente técnico, así como “la identificación de bienes muebles e inmuebles que no fueron recibidos en ejecución del contrato y que no se encuentran instalados, ni operativos”.
Entre las primeras intervenciones anunciadas por la Aerocivil está un seguimiento continuo a la operación aeroportuaria y el mantenimiento de los componentes: lado aire (pista, plataforma y calles de rodaje) y lado tierra.
Un punto muy importante es que la autoridad aeronáutica también tendrá que trabajar en la finalización de las obras en colaboración con el Ministerio de Transporte y la ANI. Y en “la implementación de soluciones temporales necesarias para evitar cualquier tipo de interrupción en la operación del aeropuerto, como, por ejemplo, una solución temporal para los operadores de carga”.
La otra etapa de la intervención por parte del Gobierno nacional será a partir de 2025, que se identificó como obras de alto impacto para el confort del usuario y la mejora de las condiciones de operación y prestación del servicio de transporte aéreo.
Estas incluyen:
- Terminación sala de recibo de equipaje del muelle nacional.
- Terminación corredora estéril de embarque muelle internacional.
- Adecuación sala de espera muelle internacional.
- Adecuaciones en los baños del terminal de pasajeros.
- Adecuaciones de las redes hidráulicas y red contra incendios.
- Reforzamiento estructural del terminal de pasajeros.
- Mejoramiento de plataformas.
- Demarcación de pistas, calles de rodaje, entre otros.
- Mejoramiento del sistema de control de ayudas visuales.
- Mejoramiento sistema de iluminación perimetral.
Adicionalmente, se tiene previsto el suministro de equipos electromecánicos, como el sistema de manejo de equipaje, escaleras eléctricas, ascensor y puertas electromecánicas. La inversión prevista es de 149.673 millones de pesos.
De estos, 26.994 millones de pesos serán para funcionamiento, que cubrirán servicios públicos y la planta de personal. Para operación son 50.819 millones de pesos. Y para mantenimiento y mejoramiento, 71.860 millones de pesos.
“Por otra parte, la Aerocivil adelantará mesas de trabajo interinstitucionales con el Ministerio de Transporte y la ANI una vez asuma la operación del Aeropuerto Ernesto Internacional Cortissoz, con el objetivo de definir estrategias para la finalización de otras obras de mayor envergadura no incluidas en el listado anterior, para lo cual la entidad dispondrá de los recursos necesarios”, afirmó el nuevo operador.
Los reclamos convenientes de Char y Verano
La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), en su calidad de gestor del contrato de concesión, acompañó la etapa de reversión surtida por la orden legal y contractual, para verificar que el Grupo Aeroportuario, devolviera la infraestructura.
La entrega fue validada por la interventoría del Consorcio Interaeropuertos y aprobada por la ANI. Dicha etapa de reversión consistió en la revisión de bienes y el diligenciamiento de formatos diseñados y distribuidos por sistemas y a su vez subdivididos en tres grandes grupos: Servicios Aeroportuarios, Infraestructura Aeroportuaria y Sistema Administrativo, Financiero y Jurídico.
El cronograma de reversión del aeropuerto termina este 31 de agosto de 2024. Durante el proceso se supo que la interventoría reportó que no había querido recibir la entrega de algunas áreas de la terminal porque el concesionario no cumplió con las intervenciones y obras establecidas.
Así que ante la terminación anticipada del contrato, la ANI tuvo que supervisar el proceso de entrega de los bienes instalados y operativos que no fueron recibidos a satisfacción por la interventoría, con la idea de garantizar la adecuada prestación del servicio de transporte aéreo en el Cortissoz.
En las últimas horas, el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, y el alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, dejaron el mutismo que los acompañó por largo tiempo alrededor de los temas del terminal y se pronunciaron en sus redes sociales.
Casi que con un mensaje idéntico, ambos mandatarios locales solicitaron que se realice una transición efectiva y beneficiosa para los usuarios. E hicieron énfasis en la necesidad de terminar las obras de intervención en zonas como el muelle internacional y corredor estéril; el área de recibo de maletas nacionales y el traslado de la zona de carga.
Las publicaciones y peticiones de Char y Verano generaron una ola de comentarios de usuarios y residentes en Barranquilla, quienes les reclamaron que antes no se hayan pronunciado sobre los problemas en el contrato por parte del concesionario, cuyos accionistas mayoritarios son empresas contratistas barranquilleras con quienes los dos mandatarios han tenido relaciones políticas, como las familias Gerlein y Navarro, entre otros, reconocidos aliados de los actuales mandatarios.