Alirio Barrera, de amansador de caballos de Uribe a amasador de fortunas
22 Octubre 2023

Alirio Barrera, de amansador de caballos de Uribe a amasador de fortunas

El senador Alirio Barrera se hizo célebre por llegar montado en su caballo a una plenaria.

Crédito: Foto tomada de X @IbarraSocarras cortesía de @DanielJerezP

El pintoresco senador del Centro Democrático ha consolidado una casa política indestronable en Casanare y un patrimonio personal y familiar con casi 200 propiedades, entre fincas, lotes de un condominio, vacas y caballos.

Por: Alfredo Molano Jimeno

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El senador Alirio Barrera, el amansador de caballos que Uribe quiso llevar a la presidencia y propietario de un emporio político en el Casanare, tiene registrados más inmuebles que Luis Carlos Sarmiento Angulo. Este pintoresco congresista, que metió su caballo al Capitolio, tiene a su nombre 172 inmuebles. La mayoría parece derivarse de un proyecto inmobiliario enorme porque las matrículas de registro son consecutivas. Aun así, llama la atención, porque son demasiadas para un particular que ha vivido del servicio público los últimos 20 años. A la vez, es algo extraño para un empresario del sector de la finca raíz.

El asunto es conocido en el Casanare porque el senador Barrera no es el primer político en construir un fundo electoral que mezcla votos y lotes, apoyos políticos y negocios inmobiliarios. El primero en hacerlo fue el alcalde de Yopal, condenado por corrupción, Jhon Calzones. De ahí que a la Corte Suprema de Justicia llegara una denuncia contra Barrera, su esposa y su hija, por un presunto enriquecimiento ilícito. CAMBIO conoció esa denuncia penal, interpuesta el pasado 11 de septiembre de 2023, por la señora Nohemi Chavita Burgos. 

La denunciante asegura que el senador “incrementó su patrimonio económico ostensiblemente y sin justificación legal, derivado de su ejercicio como gobernador” y afirma que el político criollo y su núcleo familiar registran 196 propiedades entre las que hay “fincas de grandes extensiones de tierra, maquinaria agrícola, casas, apartamentos, vehículos, numerosos semovientes”. El texto enviado a los magistrados detalla las placas de tres vehículos y dos motos, así como seis registros de maquinaría agrícola y fotografías de varias fincas que serían de la hija de Alirio Barrera, quien se graduó como abogada apenas en 2020 y cuyo patrimonio, según la denuncia, asciende a más de 2.000 millones de pesos. 

El político criollo y su núcleo familiar registran 196 propiedades entre las que hay “fincas de grandes extensiones de tierra, maquinaria agrícola, casas, apartamentos, vehículos, numerosos semovientes”.

CAMBIO rastreó las propiedades del senador, de su esposa —hoy candidata a la gobernación— y de su hija, y encontró que decenas de estos inmuebles son lotes que tienen un mismo origen: Barrera dividió una finca en cientos de lotes. Al revisar los certificados de Tradición y Libertad de algunos de los más de 172 inmuebles registrados, se puede observar que el senador compró un terreno en 2012 que, un año después dividió en 300 lotes que registró a nombre suyo y de su prima, la exrepresentante a la Cámara Amanda Rocío Rodríguez. 

Alirio

Los certificados dan cuenta de que entre diciembre de 2022 y julio de 2023, el hoy senador, le compró la parte a su prima excongresista. La venta de cada lote, que tiene aproximadamente 2.000 metros cuadrados, fue registrada por sumas que oscilan entre 200 y 596 millones de pesos. Suponiendo que los 150 lotes que le correspondieron al senador valieran, no 596 millones sino 200, por ese solo concepto el patrimonio de Barrera sería de 30.000 millones de pesos, sin contar sus demás bienes, entre los que hay casas, apartamentos, locales comerciales y caballos de paso fino.

Barrera
La cantidad de registros muestra tal volumen de inmuebles que hace muy dispendioso el análisis certero de lo que el senador Barrera tiene como patrimonio. Ni él mismo sabe con exactitud cuántos lotes tiene, ni por cuánto los negoció. CAMBIO se comunicó con el senador Barrera y sostuvo que estas denuncias aparecen cada vez que hay elecciones. Las considera un ataque político y sostiene que su patrimonio es fruto de un negocio que hizo hace más de diez años, antes de ser gobernador y senador, y que todo ha sido debidamente registrado en sus declaraciones de renta. “Es un proyecto de loteo que se llama Peñones del Piedemonte. Son denuncias que me han puesto como diez veces, cada vez que empiezan las campañas políticas. Eso todo está a nombre mío, de mi familia y lo reporté ante el Congreso, ante la Dian y ante el país”, explicó Barrera.

Para el senador del sombrero la explicación de su patrimonio no tiene nada de extraño. “Fue producto de un loteo que recibió un permiso especial del municipio. Está a 8 kilómetros de Aguazul y aún no tiene nada construido. He vendido algunos poquitos lotes porque abandoné el proyecto por esto de la política”, refiere el congresista. Explica que el lote se lo compró a José Antonio Cala Rodríguez en compañía de su prima, quien le vendió recientemente su participación en el negocio. “Esos lotes salieron por 20 o 30 millones de pesos. Le compré la parte a ella por 600 u 800 millones de pesos con una permuta”, explica. Al insistirle sobre los montos, Barrera aseguró que el negocio total pudo haber sido por 1000 millones, pero desestimó los detalles por considerarlos menores.

En la declaración de renta y conflicto de intereses que presentó Barrera ante el Congreso afirmó tener ingresos por 876 millones de pesos, tasó sus bienes muebles en 169 millones de pesos y sus 7 inmuebles en 2.698 millones de pesos en total. El documento, de mayo de 2023, registra acciones por 280 millones, 75 millones que clasificó como “otros” y vacas y caballos que valen 363 millones de pesos. También registró deudas por algo menos de 100 millones. Y declaró 900 millones en “promesas ventas y otros” y 860 millones en “cuentas por pagar”. 

“Yo quiero sacar el proyectico adelante porque le he sufrido mucho en estos 14 años. He vendido unos 40 lotes. Eso no es nada ilegal, lo hice hace 10, 12 años que vengo con ese proyecto y está en las escrituras. Créame que si de algo me he cuidado en la vida es en mis cuentas. Yo declaro renta hace mucho años, tengo mis impuestos al día. Si hubiera tenido problemas créame que me hubieran tumbado cuando fui gobernador que me esculcaron hasta lo que usted no se imagina. A mí me han dicho que pa qué tengo esa joda a nombre mío, pero es que yo lo tengo hace muchos años. Lo normal de los políticos es que no tengan eso a su nombre, pero yo sí lo tengo registrado con mi familia”, sostuvo Barrera.

Al final, es evidente que del campesino nacido en una vereda en Aguazul, Casanare, ya no queda ni rastro. Hoy tiene 46 años, y atrás quedaron las necesidades económicas que enfrentó con sus once hermanos y que no le permitieron hacerse bachiller. Sus trabajos como jornalero, amansador de caballos, herrador y criador de gallos de pelea, le abrieron las puertas de la política y los negocios. Sus habilidades para el trabajo de llano lo posicionaron entre los finqueros de Aguazul y lo pusieron en el radar del exrepresentante José Rodolfo ‘el Negro’ Pérez, cabeza del llamado Clan de la Casita con conocidos vínculos con el paramilitarismo. El trabajo con el Negro Pérez lo convirtió en un operador de votos en la región y, en 2004, abrió toldo propio y se hizo elegir concejal del municipio.

Pero no solo su capacidad electoral, sino sus habilidades como amansador y criador de caballos lo llevaron al expresidente Uribe, quien lo sacó de las filas de los políticos tradicionales del departamento, lo hizo elegir gobernador en 2015, lo apoyó para elegir como sucesor a su cuñado, Salomón Sanabria, y en las pasadas elecciones lo convirtió en senador de la república, con más de 100.000 votos. Hoy Barrera es el dominador absoluto de la manga, va por un segundo periodo en cuerpo ajeno, esta vez mediante su esposa Marisela Duarte. Es el dueño del Centro Democrático en el departamento desde 2015, cuando fue elegido gobernador, el único del Centro Democrático en todo el país.

Barrera ha consolidado en 20 años una casa política indestronable que mezcla los fanatismos de los casanareños, tanto por el expresidente Uribe como por las más de 400 iglesias evangelistas que hay en el departamento. Los feligreses del Centro Democrático y las iglesias cristianas se han unido para hacer del Clan Barrera la primera fuerza del departamento y el principal fortín electoral del uribismo. El actual gobernador es pastor de una curiosa iglesia, que rige Wilmer Garcés, un evangelista que opera los engranajes electorales de la casa política Barrera. Tan fuerte ha sido esta alianza, que desde hace ocho años la Gobernación ha promovido un certamen de iglesias cristianas que se denomina “Casanare bendice a Israel”, y que convoca a las congregaciones a peregrinar para hacer votos por el Estado de Israel. La fiesta se ha vuelto tradición y, además, tiene el apoyo de políticos y diplomáticos israelíes.  

Bendice

Así es como los Barrera han consolidado una empresa política que también ha dado frutos económicos y que le ha servido para quitarle la hegemonía a la clase política que manejó el departamento por 20 años y que hoy se ha refugiado en las toldas de César Augusto Ortiz Zorro, el candidato de los verdes que recibió a los políticos del llamado Clan de la Casita, que hoy se bate para recuperar la plaza política de la que los sacó Alirio Barrera, el amansador de caballos que Uribe quiso poner como presidente de Colombia.
 

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