Con la coca al cuello: ¿por qué hoy Colombia produce diez veces más que en tiempos de Pablo Escobar?

En Colombia llueve cocaína, pero esto no significa que el país esté inundado en dólares.

Crédito: (Colprensa / Cortesía Armada Nacional)

27 Octubre 2024 03:10 am

Con la coca al cuello: ¿por qué hoy Colombia produce diez veces más que en tiempos de Pablo Escobar?

¿Por qué se está perdiendo la batalla contra las drogas? La producción del alcaloide aumentó en un año de 1.738 a 2.664 toneladas, un 53 por ciento. Análisis.

Por: Armando Neira

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La primera vez que se registró una noticia sobre Pablo Emilio Escobar Gaviria fue el 6 de junio de 1976, cuando fue detenido en Itagüí junto a su primo Gustavo de Jesús Gaviria y tres personas más. Transportaban 39 kilos de cocaína en las llantas de un vehículo que venía de la frontera con Ecuador. Medio siglo después, el tráfico de drogas se ha convertido en una actividad ilícita que mueve miles de millones de dólares y en el principal combustible del conflicto armado en Colombia.

“Está flaco, se nota que ha venido caminando, se nota que viene huyendo”, afirmó Petro el martes durante un acto en el Fuerte Militar Larandia, en Florencia, Caquetá, al mostrar la fotografía más reciente de Néstor Gregorio Vera, nombre real de Mordisco. Allí mismo, el mandatario expresó su desazón por los resultados del más reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

Cocaína producción
Nunca antes en Colombia se había producido tanta cocaína. El país es el primer productor mundial del alcaloide y una atractiva vitrina para las organizaciones criminales internacionales. 

Los cultivos de coca -dice el documento- crecieron un 10% en 2023, alcanzando 253.000 hectáreas, 23.000 más que en 2022, mientras que la producción de cocaína aumentó un 53%, pasando de 1.738 a 2.664 toneladas. Expertos creen que de continuar esta tendencia, al finalizar el año habría 300.000 hectáreas sembradas.

“El informe que les menciono es un poco deprimente porque, aunque hemos alcanzado niveles históricos de incautación, superando las 700 toneladas, la productividad se ha disparado”, aceptó Petro.

Para Daniel Rico, analista experto en economías ilícitas, la situación es “terrible”. Nunca antes en Colombia se había producido tanta cocaína. El país es el primer productor mundial del alcaloide y una atractiva vitrina para las organizaciones criminales internacionales. En 2015 también se registró un aumento que produjo escozor: la producción potencial pasó de 345 a 540 toneladas, y los cultivos crecieron de 48.000 a 69.000 hectáreas. “Si en ese momento nos alarmamos, ¿qué deberíamos hacer ahora?”, se pregunta Rico.

Mapa consumo cocaína a nivel global

De Pablo Escobar a Iván Mordisco

Durante la época de Pablo Escobar no se disponía de estadísticas tan precisas, pero se estima que entonces la producción anual de cocaína no superaba las 250 toneladas. Hoy esa cifra es diez veces mayor.

Cuatro departamentos -Norte de Santander, Cauca, Nariño y Putumayo- tienen cada uno 30.000 hectáreas sembradas. Los narcos se volvieron más eficaces en la productividad. En Colombia llueve cocaína, pero esto no significa que el país esté inundado en dólares. La dinámica del negocio ha cambiado, dice Leonardo Correa, coordinador regional de análisis y monitoreo de la UNODC para la Región Andina y el Cono Sur. 

Cambio Colombia

A diferencia de Pablo Escobar, que controlaba toda la cadena de producción y distribución, las organizaciones colombianas actuales han sido desplazadas por mafias internacionales que, al final, son las que obtienen mayores ganancias, asegura este experto.

Los grupos locales han adoptado un modelo más industrializado, pero no tienen el poder económico que permitía a Escobar desafiar al Estado al punto que llegó a asegurar que podía pagar la deuda externa del país. Hoy, el poder de entrega en las manos del consumidor lo ejercen mafias de México, Rusia, los Balcanes, Albania y el Cáucaso.

Lo estudios, en cambio, sí muestran que la violencia se ha multiplicado en particular contra los líderes sociales que se oponen a los cultivos en el territorio. Un estudio de la Fundación Paz y Reconciliación, Pares, presentado esta semana en el marco de la COP16 muestra que desde agosto del 2018 al 2024 han sido asesinados 361 líderes ambientales. 133 de los asesinatos ocurrieron en Cauca y Nariño donde hay más de 60.000 hectáreas.

Una de las conclusiones del informe de UNODC es que la nueva geografía de la coca favorece la consolidación de territorios en donde la intensificación del fenómeno coincide con un aumento de la violencia contra lideres sociales, el incremento de actividades conexas al cultivo, un deterioro general de las condiciones de seguridad y un aumento de la presión contra comunidades vulnerables como son los pueblos indígenas y afrocolombianos.

Mapa colombia cultivos de coca

Los cultivos diversifican la oferta criminal

Por si fuera poco, dice el texto, en algunos territorios emergen y se consolidan otras actividades ilícitas. En el departamento del Cauca, por ejemplo, convergen diferentes delitos. Las evidencias de explotación de oro de aluvión se han incrementado y los cultivos ilícitos de amapola y marihuana siguen la tendencia al incremento de los cultivos de coca. Los cultivos de coca facilitan la diversificación de la oferta criminal.

Frente a esta realidad, todos exigen soluciones inmediatas. El presidente anunció que el gobierno adquirirá la cosecha de coca a los cultivadores de El Plateado. “Vamos a iniciar la compra estatal de coca. Recibiré críticas severas”, afirmó el presidente, justificando su decisión: “Si no cambiamos los métodos, no cambiaremos los resultados”.

Entonces, ¿qué hacer con El Plateado, un pueblo que, tras la intervención militar, se ha convertido en un laboratorio de la guerra contra el narcotráfico? El experto Correa explica que la ubicación geográfica del Cauca influye decisivamente en su compleja situación: “Es el único departamento con un pie en la selva amazónica, atravesado por los bosques andinos y con otro pie en el Chocó biogeográfico. Esta riqueza natural, paradójicamente, facilita la expansión del negocio ilícito”.

Los traficantes imponen sus condiciones violentas en puntos estratégicos que les permiten movilizarse con rapidez y sacar la droga. Por ello, aunque de los 32 departamentos de Colombia, en 10 ya no quedan cultivos de coca, las zonas productivas han aumentado su densidad de siembra cerca de rutas estratégicas.

Mapa de zonas de cultivo de coca en el Cauca, Colombia

El negocio del narcotráfico se atomizó

Otra transformación notable es la proximidad de los cultivos a las principales ciudades. En algunas zonas, se encuentran a solo dos horas de varias capitales de departamento, lo que facilita la operación de los traficantes y “la interconexión de la producción y el tráfico de drogas ilícitas con otros delitos”, dice el informe, como la minería ilegal, la trata de personas, el contrabando y la extorsión, entre otros. Así como el negocio se ha atomizado, irradia una serie de delitos que inciden en la seguridad de todos los ciudadanos. Nadie está a salvo.

Pero, ¿entonces qué hacer? María Alejandra Vélez, directora del área de Desarrollo Rural y Economías Ilícitas del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas de la Universidad de los Andes, destaca que durante el boom cocalero tras el Acuerdo de Paz, el PIB de los municipios donde se concentraban los cultivos creció entre un 3 % y un 10 %. “¿Qué producto legal en Colombia logra un impacto similar?”, se pregunta.

“El reto es enorme porque no se trata solo de reducir las hectáreas sembradas. El cultivo genera un dinamismo económico que afecta a todo el entorno: desde la tienda, el motociclista, hasta el restaurante”, añade Vélez. “Por eso, las soluciones deben ser planteadas con estudio, planificación y sostenibilidad a largo plazo”.

Los centros poblados más cercanos a la coca constituyen el principal punto de encuentro entre la economía asociada a la fase de producción de cocaína y los bienes y servicios asociados a las economías lícitas.

Datos históricos de producción de coca en Colombia 2000 a 2023

Carolina Varela, coordinadora del proyecto Del Capitolio al Territorio de la FIP, señala que el país desperdició un momento histórico tras el desarme de las FARC para impulsar programas de sustitución. “Esa oportunidad se perdió rápidamente”, lamenta.

La incierta economía campesina de la coca

Con la llegada al poder de Petro, primer gobierno de izquierda y quien tiene una lectura distinta de las causas del problema, muchos se ilusionaron. El tiempo pasa y no hay respuestas satisfactorias. Por ejemplo, tras la crisis del mercado de coca en 2023, que muchos llaman “economía campesina de la coca”, afectó principalmente a los agricultores, era la ocasión para ofrecer una alternativa distinta. “Sin embargo, no se aprovechó para rediseñar los programas de sustitución”, dice ella.

La economía de la coca
Ninguna de las estrategias para erradicar la coca en Colombia ha funcionado.

Lo irrebatible es que hasta ahora ninguna de las estrategias para acabar con la coca —entre ellas la aspersión aérea de glifosato (prohibida desde 2015 por sus efectos nocivos), la erradicación forzada y la sustitución por cultivos de uso lícito, ha dado resultados.

El gobierno ha volcado todos sus esfuerzos en la interdicción, pero viendo las cifras, los resultados explican la desazón del presidente cuando habló en Larandia. Gerson Arias, experto en conflicto, coincide: “No estamos comprendiendo las dinámicas del mercado nacional e internacional de la cocaína. Aumentar las capacidades de interdicción no basta si no entendemos lo que ocurre”.

“El enfoque era novedoso porque se quería proteger al eslabón más débil y explotado de la cadena. Sin embargo, hubo otros efectos. Hoy cualquiera siembra plantas de coca y tiene la certeza de más del 90 por ciento que nadie se va a meter con su cosecha”, dice Rico.

Petro se quedó con el pecado y sin el género

La oposición política aprovechó esta línea de acción para imponer la narrativa de que el Gobierno tiene quietos a las Fuerzas Armadas y no los deja actuar. 

En esta dinámica, el Gobierno se quedó con el pecado y sin el género. Porque durante este tiempo se dispararon los cultivos y, lo más grave, la producción de cocaína pura a niveles nunca antes vistos. Pero no es un fracaso de Petro sino de todos los gobiernos. El informe dice, por ejemplo, que el 89,5% de la coca está en los mismos territorios donde ha estado en los últimos 10 años.

En lo que sí hay un cambio significativo es en la expansión del consumo en la región. De los 22 millones de consumidores de cocaína a nivel mundial, 4,85 millones se encuentran en Sudamérica, frente a 6,45 millones en Norteamérica. Esto ha convertido a mercados como Brasil en destinos cada vez más atractivos.

Mata de coca foto cocaína
Campos sembrados de mata de coca. 

Las interacciones entre grupos armados ilegales y el crimen organizado transnacional están generando cambios estructurales en las relaciones de poder, lo que conduce a una alta disponibilidad de financiación y especialización productiva en áreas estratégicas. Este fenómeno refuerza las redes de producción y tráfico de cocaína, y podría ser la causa de disputas armadas en ciertas regiones, dice el informe.

En el contexto de la COP16, el alcalde de Cali, Alejandro Eder, advirtió: “Si nos preocupa el medio ambiente, no olvidemos que las economías ilegales, como el cultivo de coca, son las principales destructoras. Cada año se producen cerca de 3.000 toneladas de cocaína, lo que implica el uso de más de 200.000 toneladas de químicos que se arrojan en nuestras selvas”.

La publicación del informe de UNODC coincidió con la COP16 a donde fue el presidente e hizo un diagnóstico del impacto para el país del cultivo de la caña. Christian Garcés, representante a la Cámara del opositor Centro Democrático le contestó: “Engaña el presidente Petro a la comunidad internacional en la COP16. La miseria de campesinos no proviene de la caña sino de la violencia que desplazó a cientos de miles de familias víctimas de la coca y los grupos armados que agobian a Cauca y Nariño. Muy grave que el presidente oculte al narcotráfico como gran depredador de nuestra biodiversidad y generador del desplazamiento.”

Ya lo dijo el expresidente Juan Manuel Santos. “La guerra contra las drogas es una guerra perdida”. El premio Nobel, además, subrayó el difícil papel que en esta batalla le tocó a Colombia: “quizá sea el país que más sacrificios ha hecho en esta guerra contra las drogas. Hemos sido los que hemos puesto más muertos, más sangre y más violencia y seguimos siendo el primer país exportador de cocaína a los mercados mundiales, entonces algo no está funcionando”.

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