
Cómo terminará el pulso abierto entre Gustavo Petro y Nicolás Maduro por Monómeros
Gustavo Petro, Alex Saab y Nicolás Maduro
Crédito: Colprensa - Reuters
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¿Por qué el presidente se opone al mandatario venezolano y al nuevo ministro de Industrias y Producción Nacional, el barranquillero Alex Saab, en su plan para vender la empresa? ¿Cuáles son los efectos políticos?
Por: Armando Neira

Por afinidad ideológica, estrategia política o porque ya se conoce el tono del régimen, el Gobierno colombiano ha dejado pasar la página en otras ocasiones: los insultos al canciller Luis Gilberto Murillo, la protección a guerrilleros que atacan el país y huyen hacia Venezuela, o la falta de actas electorales en elecciones presidenciales. Sin embargo, el control de la empresa Monómeros llevó a Gustavo Petro a trazar una línea clara frente a Nicolás Maduro. Aunque se trata de una discusión económica, tendrá efectos políticos.
“El conflicto de Monómeros es el verdadero problema binacional que puede agriar las relaciones”, auguró Manuel Camilo González Vides, analista de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana. “No son las elecciones o la migración, es el control de esta empresa de fertilizantes”, añadió. Si cae en manos privadas, puede no solo afectar tanto los precios como la distribución de los fertilizantes en Colombia, sino que dejará una herida abierta entre Bogotá y Caracas. Enrique Prieto Ríos, también analista internacional, añadió: “Este es otro caso más en la lista de rupturas en las relaciones amigables entre los dos gobiernos” aunque este sí puede dejar huellas profundas.
Los capítulos recientes de esta historia empezaron el pasado 8 de noviembre, Petro envió una carta a Maduro en la que rechazó la intención del gobierno venezolano de vender Monómeros. Argumentó que la empresa permite a los campesinos acceder a insumos agrícolas a precios justos, lo cual cambiaría con una privatización.
"En la actualidad, la comercialización de urea de Monómeros les garantiza a millones de familias venezolanas y colombianas la productividad de sus tierras. Así mismo, les asegura ingresos suficientes para una vida digna. La privatización y venta de Monómeros encarecerá los productos agrícolas básicos en ambos países. Además, obligará a nuestros campesinos y campesinas a depender de productos extranjeros y de los precios del mercado internacional", afirmó Petro.
Los alfiles de Maduro al poder
En el camino, Maduro reorganizó la junta directiva de Monómeros e incorporó a miembros de su entera confianza. La Cámara de Comercio de Barranquilla confirmó el cambio el 15 de noviembre, tras una asamblea de accionistas en Caracas el 11 del mismo mes.
Venezuela tomó el control absoluto de la administración con alfiles de Maduro, estrechamente ligados a PDVSA, mientras Colombia abandonó la junta directiva.
Ante esta situación, la Superintendencia de Sociedades de Colombia anunció una actuación administrativa para someter a Monómeros al grado de supervisión denominado “control”.
Este nivel busca preservar la empresa como unidad productiva y fuente generadora de empleo, al advertir que su venta podría generar riesgos de insolvencia.
La situación ha provocado distintas reacciones tanto allá como acá. El diputado opositor venezolano José Luis Pirela calificó las acciones de Colombia como “una reacción de la institucionalidad frente a procedimientos que revelan las intenciones ocultas de Maduro sobre los bienes de Venezuela en el exterior”.
Maduro está raspando la olla
Pirela anunció que solicitará una audiencia con Petro y con Francisco Palmieri, embajador encargado de Estados Unidos, para defender la empresa estratégica y evitar, en sus palabras, que “Maduro raspe la olla”.
Según analistas, la prisa de Maduro por vender Monómeros responde al triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos.
Monómeros, propiedad de la estatal venezolana Pequiven, abastece al 80 por ciento del campesinado colombiano, representando un 27,8 por ciento de la producción de fertilizantes del país. Su importancia económica y estratégica es innegable.
Sin embargo, la historia reciente de la compañía ha estado atravesada por la política más que por la economía. En 2017, Monómeros fue sancionado por Estados Unidos lo que bloqueó la participación de PDVSA y sus filiales en el sistema financiero internacional.
De Duque a Petro; de Guaidó a Maduro
En 2019, el gobierno del presidente Iván Duque –quien intentó con un cerco diplomático sacar del poder a Maduro–, deportó al gerente designado por el régimen, y Monómeros quedó bajo control de Juan Guaidó– presidente reconocido en su momento por Colombia y Estados Unidos.
En 2022, Petro devolvió la compañía a Maduro, pero con una intención: adquirirla posteriormente. Sin embargo, pasó el tiempo y el negocio no se concretó. Ahora el escenario cambió por completo. La designación de Marco Rubio como secretario de Estado en la nueva administración de Trump indica que se puede venir un endurecimiento de las sanciones, lo que hace que Maduro tenga prisa.
Carlos Arias, docente de la Universidad Javeriana, explicó que Monómeros es clave para Maduro, ya que representa ingresos vitales para su administración, especialmente tras el aislamiento internacional derivado de las elecciones del 28 de junio de 2024.
Para Colombia, aseguró, la privatización de Monómeros podría ser un mal negocio, y Petro busca frenar el plan venezolano con medidas legales, explicó el analista a la Superintendencia.
“Es un ejemplo más de cómo el Gobierno de Petro utiliza las Superintendencias para imponer cambios que no ha logrado concertar democráticamente con otras ramas del poder público. Esto pone a prueba los límites entre intervención estatal y lo permitido por la ley”, concluyó Arias.
Por su parte, Prieto Ríos enfatizó que esta tensión tiene su raíz en la falta de transparencia en las elecciones venezolanas, sumándose a las críticas de Petro en el G20 por los hechos ocurridos en ese país.
Riqueza e incertidumbre política
“Monómeros es uno de los principales proveedores de fertilizantes en Colombia. Esto es crucial para sectores como la agricultura, un pilar de la economía colombiana. Además, abastece insumos químicos esenciales para diversas industrias, como la producción de plásticos y textiles. Es un puente económico entre Venezuela y Colombia, facilitando el flujo de productos petroquímicos entre ambos países”, explicó Gonzalo Araújo, máster en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Salamanca en España, con énfasis en materia económica.
Para este experto, la administración de Monómeros es un tema controversial debido a las tensiones políticas entre los gobiernos de Venezuela y Colombia. Desde Venezuela se ve como un negocio mientras que desde Colombia como un proveedor clave de fertilizantes. Su operación estable es esencial para garantizar la seguridad alimentaria en Colombia, como lo ha dicho el presidente Petro.
Este caso muestra que entre los dos países hay vasos comunicantes claves y muestran una dependencia de Venezuela por la riqueza de sus recursos como el gas y el petróleo. Esto sería un hecho extraordinario donde hubiera estabilidad política y una relación más colaborativa. Pero con un régimen tan volátil como el venezolano es difícil hacer proyecciones.
“Este sería el primer intento de la dictadura de Maduro de mostrar el potencial daño que puede hacerle a la economía colombiana y al Gobierno si no se alinean con ellos ni reconocen la victoria del dictador venezolano sobre su contendiente en las pasadas elecciones”, señaló Araújo.
¿En tiempos de Donald Trump y Marco Rubio Estados Unidos será tan benevolente con Saab como fue Biden, que lo dejó en libertad tras tenerlo en una cárcel? Es muy difícil de creer que así será. Por el contrario, se espera que sean muy severos.
Saab ha sido designado en el cargo principalmente para acometer la operación. El anterior ministro, Pedro Tellechea, fue detenido y encarcelado por supuesta traición. La empresa genera más de 1.700 empleos, de los cuales cerca de 600 son directos en Barranquilla.
Por ello, ahora se presenta una sorprendente coincidencia entre Juan Guaidó y Gustavo Petro para evitar que Maduro venda Monómeros a privados. Las vueltas que da la vida, dirían por ahí.
