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Un expresidente insistió para poner a un cómplice de Papá Pitufo en la dirección de la Polfa: "Son gente peligrosa”
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Juan Ricardo Ortega, exdirector de la Dian entre 2010 y 2014, contó en CAMBIO de Tema que un expresidente de Colombia insistió fuertemente para poner como director de la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) a un coronel que presuntamente colaboraba con Diego Marín, alias Papá Pitufo.
Por: Carolina Calero

Las operaciones criminales del llamado zar del contrabando, Diego Marín, no son un fenómeno reciente. Alias Papá Pitufo, es ampliamente conocido en los comercios populares de varias regiones del país desde los años 90.
En 2017 se presentó una denuncia sobre su estructura delictiva, que extendía sus redes en el Eje Cafetero, Barranquilla, Buenaventura, Cartagena y el aeropuerto El Dorado, de Bogotá. Sin embargo, las investigaciones quedaron archivadas en los despachos de la Fiscalía sin que se tomaran decisiones de fondo.
En 2020, con la llegada de Francisco Barbosa al cargo de fiscal general de la Nación, la investigación fue delegada al fiscal Andrés Marín. Aunque el proceso avanzó, lo hizo de manera lenta, lo que generó suspicacias sobre el manejo del caso. No fue sino hasta finales del año pasado cuando se produjo un giro decisivo: la captura de Marín en Portugal. Allí, se solicitó su extradición y se le imputaron los delitos de concierto para delinquir con fines de contrabando y cohecho, tras el pago de sobornos por más de mil millones de pesos para facilitar el tránsito ilegal de mercancías. Recientemente, Portugal dio luz verde para su extradición a Colombia.
Juan Ricardo Ortega, exdirector de la Dian entre 2010 y 2014 y quien lideró una batalla contra el contrabando, conoce de cerca las actividades ilícitas de Marín. En conversación con CAMBIO de Tema reveló el alcance de su influencia corrupta en los sectores político y comercial del país.
Papá Pitufo y su imperio del contrabando
Según Ortega, la presencia de Marín en el comercio ilegal era evidente y llegó a oídos de las autoridades debido a los millonarios sobornos que se repartían en oficinas de funcionarios en Buenaventura, Barranquilla y Bogotá.
“La historia es larga, pero todo aparece cuando uno empieza a oír sobre los fajos de billetes que se reparten en las oficinas de funcionarios públicos de Buenaventura, en Barranquilla y aduanas de Bogotá. Usted le pregunta a cualquier persona en Sanandresito de Cali quién es Papá Pitufo y saben quién es. Es una persona que aparece tanto en lo formal como en lo ilegal de manera muy visible”, explicó Ortega.

En la lucha contra estas redes, Estados Unidos, a través de Homeland Security, proporcionó herramientas a Colombia para rastrear mercancías de forma transcontinental. Sin embargo, las operaciones eran frustradas de manera sistemática.
“Cuando los cogemos, se empieza a decir que eso pertenece a Papá Pitufo y que iban a matar a la persona encargada de esa mercancía. Una de las personas amenazadas nos dio muchísima información y tuvimos acceso a su Blackberry, y a las placas de los vehículos. Se iba a hacer una entrega controlada y ‘milagrosamente’ todo desapareció en el proceso de entrega y captura. Ahí se ve la organización de este tipo de estructuras criminales. La dimensión no se reduce solo al contrabando, sino también al lavado de activos”, agregó.
Sobornos millonarios y corrupción en la Dian
Ortega señala que, pese a la información recopilada, las investigaciones nunca avanzaron. “Ninguna progresó a pesar de toda la información que había. Los patrimonios de los funcionarios de la Dian eran exuberantes. La información que tenemos es que se pagaban aproximadamente 700 millones de pesos diarios en sobornos en Buenaventura, por ejemplo”.
Asimismo, añadió que las redes de corrupción en la Dian facilitaron durante años la entrada de mercancía de contrabando.

“Hay muchos, aparte de Ambuila, que se enriquecieron de esa forma. Fuimos mil veces a rogarle al exprocurador, Alejandro Ordoñez, que no dejara que esa gente estuviera en la Dian. La Procuraduría nos quitó los casos porque nosotros los íbamos a destituir con la información que teníamos, pero finalmente todo prescribió, ya fuera en la Fiscalía o en la Procuraduría de Ordóñez”, explicó.
Ortega también relató un episodio que refleja el poder económico de Marín y su influencia en las instituciones: “Al miembro de la Armada que generosamente nos dejó tomar el puerto de Buenaventura, llegaron a ofrecerle un soborno de 18 millones de dólares por parte de Diego Marín Buitrago. Y él mismo decía: ‘Yo nunca pensé que a uno le pudieran llegar a ofrecer esa cantidad de dinero, y le soy sincero, hasta lo dudé’. Ese es el tipo de persona con la que estamos lidiando: con fincas de miles de hectáreas, más de diez mil cabezas de ganado, caballos de 500 millones de pesos”.

Un expresidente presionó para poner un aliado de Marín en la Polfa

Jairo Orlando Villabona, exdirector de la Dian, señaló en una entrevista que lo llamaron varias veces para pedirle que pusiera en diferentes cargos a personas en particular. En CAMBIO de Tema, Ortega también denunció que fue víctima de presiones políticas para mantener la estructura de corrupción dentro de la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa).
“Claramente me pasó y un expresidente de la República hizo una presión insoportable por poner a un coronel de la Policía en cabeza de la Polfa, quien estaba de primeras como sospechoso de colaborar con Diego Marín, según las investigaciones de la inteligencia británica”, reveló.
El exdirector de la Dian evitó revelar el nombre del expresidente involucrado, aunque aclaró que no se trataba de Andrés Pastrana.
“No les voy a decir qué expresidente fue. Prefiero no revelar el nombre por miedo a las represalias: son gente peligrosa”, señaló.
De igual forma, Ortega explicó que la corrupción en el país está profundamente arraigada y que algunas regiones funcionan bajo dinámicas completamente distintas a las del centro del país porque no tienen otra salida.
“Así funciona el país y así ha funcionado hace muchos años. No es un tema de blancos o negros, de que sea bueno o malo, porque las regiones de Colombia son muy complejas. Miren cómo funciona La Guajira, Buenaventura, Putumayo, etc. Nada que ver con lo que uno vive en Bogotá. Colombia es un país donde el imperio de la ley no llega a muchos lugares. Vaya y dé cátedra en Paraguachón, Guainía, Arauca… y lo matan”, finalizó.
