"Hubo una confabulación para otorgar ese título": habla Carlos Naranjo, quien denunció a Julián Bedoya
13 Julio 2023

"Hubo una confabulación para otorgar ese título": habla Carlos Naranjo, quien denunció a Julián Bedoya

Carlos Naranjo fue el denunciante de los presuntos pactos políticos que permitieron al exsenador liberal Julián Bedoya recibir un título exprés de la Universidad de Medellín. Si el juez acoge la tesis de la Fiscalía, el caso podría precluir. En entrevista con CAMBIO, Naranjo habla sobre el caso.

Por: Juliana Ramírez

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Hace cuatro años Carlos Naranjo, hijo de Fabio Naranjo, uno de los fundadores de la Universidad de Medellín, denunció ante todas las instancias al entonces senador liberal Julián Bedoya –y a sus supuestos cómplices– por la forma irregular como Bedoya logró un título exprés de abogado de esta institución.

Pese a todas las pruebas, a las sanciones del Ministerio de Educación y a lo determinado por la Corte Suprema de Justicia, cuando el caso pasó del alto tribunal a la Fiscalía, luego de que Bedoya renunciara al Congreso, el ente investigador, como ha pasado en otros casos, asumió como un defensor más de Bedoya y solicitó la preclusión del caso.

Ad portas de que se tome una decisión al respecto, Naranjo habló con CAMBIO y negó los argumentos de Jorge Perdomo, exvicefiscal y quien ejerce como abogado de Bedoya, según los cuales, todo se trata de un asunto político para reconfigurar el poder en la Universidad de Medellín. 

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CAMBIO: La defensa de Julián Bedoya argumentó que todo se trata de un tema político por reconfigurar el poder en la Universidad de Medellín. ¿Qué tiene para decir al respecto?

Carlos Naranjo: Eso no es cierto, aquí lo que se trata es de una recuperación institucional de la Universidad de Medellín, que se encontraba en una situación de un cartel político que estaba utilizando la universidad con propósitos electorales, y además con otros propósitos económicos que más adelante seguramente será sujeto de investigación.

CAMBIO: Pero usted es hijo de Fabio Naranjo, uno de los fundadores más importantes de la Universidad de Medellín. ¿Usted ha ostentado algún poder en la universidad? ¿Cuál es su relación con ella?

C.N.: Indudablemente yo tenía un compromiso de tipo moral y ético para el rescate de la universidad frente a lo que estaba sucediendo, pero nunca pensando en la recuperación que nunca tuve. En algún momento fui profesor hace muchos tiempos, hasta ahora que volví como docente, pero nunca con una pretensión de poder. Ya cuando se conformaron las nuevas fuerzas de rescate de la universidad porque obviamente este grupo fue aumentando, los asambleístas de la universidad fueron apoyando porque se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo y un grupo de ellos consideró que podía ocupar un cargo en la conciliatura y se presentó como consecuencia del proceso de rescate de la universidad para efectos de mejorar su aspecto reputacional.

CAMBIO: ¿Cómo se dio cuenta de que había problemas o una ilegalidad en el título de Julián Bedoya?

C.N.: Por ser hijo de uno de los  fundadores, Fabio Naranjo Ochoa, me venían buscando para contarme lo que estaba sucediendo en la universidad y con tristeza observaba que se estaba utilizando la universidad y se estaba dañando su fin principal académico y educativo, pero no había pruebas contundentes hasta que llega un momento que un exfuncionario de la universidad aparece y me presenta una carpeta completa con el expediente de lo que había sucedido con Julián Bedoya, y la manera como se había hecho unos pactos políticos para otorgarle un titulo exprés. A partir de esa investigación y ver que los hechos eran reales, inicio un proceso de información adicional para hacer las denuncias respectivas ante la Fiscalía, Procuraduría y el Ministerio de Educación.

CAMBIO: Una de las cosas que más llama la atención es la tesis en la que Bedoya fue incluido, una tesis que ya había sido publicada. ¿Qué encontró ahí?

C.N.: Todos los aspectos que rodean este título son irregulares y la sumatoria de ello muestra un escenario donde hay una confabulación para otorgar un título. Eso no tiene ninguna duda y lo han dicho así distintas autoridades, Ministerio de Educación, Procuraduría, la Corte Suprema.

La cereza del postre es la tesis y solamente ese elemento daría para investigar en una imputación y por lo tanto defenderse en un juicio. En este caso el trabajo de investigación que había desarrollado un profesor del área de derecho penal ya había sido elaborado en 2018, ya se había aprobado,  ya estaba, incluso, con asignación del número con ISNB para efectos de publicación y acá hacen certificaciones como si Bedoya hubiera aportado a la investigación a enero de 2019, es decir, seis meses después de aprobada la tesis.

CAMBIO: Otras de las pruebas están relacionadas con exámenes y supletorios que Bedoya hizo en jornadas muy cortas.

C.N.: Cuando él regresa a la universidad en un procedimiento –que fue irregular también porque lo tenía que aprobar el consejo académico y el permiso lo hizo el subsecretario académico–, en ese momento le faltaba 11 materias, todos los preparatorios, los cursos de inducción, la tesis de grado, el consultorio jurídico. Es decir, toda una cantidad de aspectos que le hacían imposible obtener un grado en un periodo corto en condiciones normales.

Aquí lo que se hizo fue permitirle en un periodo tan corto de dos meses, incluso en vacaciones y en días que no eran hábiles para presentar estos exámenes, se le permitió hacer hasta cuatro suficiencias y tres preparatorios, en ocasiones siete exámenes, en otras cuatro exámenes. Una cosa absolutamente grotesca. El decano nunca firma, entonces encarga a la secretaria de la facultad de derecho, Yolanda Cosío, que es la que firma todas las actas. Adicionalmente, según los registros de la universidad, el acceso y retiro del vehículo donde entraba Julián Bedoya duraba en algunas ocasiones 18 minutos, 30 minutos y por lo tanto no permaneció en la universidad durante la celebración de los exámenes, que implicaría estar por lo menos 12 horas continuas si se trata de siete exámenes al día.

CAMBIO: Cuando el caso pasa de la Corte Suprema a la Fiscalía, esta prácticamente se pone la chaqueta de Bedoya y decide argumentar la preclusión. ¿Qué opina de esto?

C.N.: Es uno de los aspectos más tristes de esta historia: que un fiscal se preste para esto por cualquier consideración, por amistad con el exvicefiscal Perdomo o por otras circunstancias que no pueden explicarse. No es objetivo y es triste que un fiscal tome esta decisión ante tal acervo probatorio de hechos y ante tal cantidad de antecedentes fidedignos donde se demuestran las irregularidades, como lo son la propia investigación de la universidad, que toma cartas en el asunto para destituir a los profesores y a las directivas.

Adicionalmente, la propia investigación del Ministerio de Educación llevó a destituir e inhabilitar por cinco años a dos funcionarios de la universidad: al rector y a la secretaria general. Y la propia investigación de la Corte Suprema de Justicia, que imputa cargos a Julián Bedoya diciendo que “es de sana lógica y de sano juicio ver que todas estas irregularidades dan fe de que hubo un concierto para cometer un delito”. Pero un fiscal, de manera sorpresiva y ante todos estos antecedentes, nos viene a decir que supuestamente estaba por fuera de todo este contexto de irregularidades el exsenador Julián Bedoya. Eso es absurdo, eso no le cabe en la cabeza a nadie.

CAMBIO: Entonces, ¿usted cree que esta solicitud de preclusión está relacionada con que Julián Bedoya haya contratado para su defensa a un exvicefiscal para llevar este caso?

C.N.: No me cabe la menor duda que existe una conexión entre ese fiscal y el exvicefiscal, Jorge Perdomo.

CAMBIO: Si bien la Procuraduría ha establecido algunas irregularidades, la investigación se paralizó. ¿Qué pasó ahí?

C.N.: Resulta que tanto la Fiscalía como la Procuraduría tenían la tesis que como los rectores de las universidades no eran servidores públicos, y por tanto no eran sujetos de investigación, y fue una lucha durísima a nivel intelectual y académica para lograr que la Fiscalía y la Procuraduría aceptaran la tesis que  las directivas de las universidades, en el ejercicio del servicio público de educación, sí son servidores públicos y si se pueden vigilar  asumir las consecuencias en relación con las posibles sanciones penales y disciplinarias.

En el caso de la Procuraduría curiosamente si bien inicia la investigación contra el exsenador Julián Bedoya, no la inicia contra el rector Néstor Hincapié y ha sido imposible que continúe la investigación y que ejerzan el grado de investigación que corresponde contra ese servidor público. Hasta el momento no ha avanzado la investigación por parte de la Procuraduría, no entiendo a la procuradora y hay que hacerle un llamado de que determine qué es lo que está sucediendo y por qué razón no quiere asumir la investigación de los directores de las entidades universitarias del país.

CAMBIO: Después de todo lo que se ha conocido de Julián Bedoya, ¿usted qué opina de que él sea cercano al Gobierno de Petro o de que, de cierto modo, a través de nombramientos, se note un respaldo del Gobierno de Petro a Bedoya?

C.N.: Eso es otra cosa que lo pone a uno triste como ciudadano, porque los partidos políticos tienen que mandar un mensaje claro ante la ciudadanía y ante el electorado en general, y es que ciertas líneas éticas no se pueden transgredir y cuando se transgreden uno no puede apoyar a un partido político que apoye a este tipo de personajes. Es muy grave lo que está sucediendo.

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