Jorge Rojas Rodríguez: "Colombia reunirá a América Latina y el Caribe con la Unión Europea"

Jorge Rojas Restrepo, embajador de Colombia ante la Unión Europea.

Crédito: Cancillería

28 Julio 2023

Jorge Rojas Rodríguez: "Colombia reunirá a América Latina y el Caribe con la Unión Europea"

En entrevista con CAMBIO, el embajador de Colombia ante la Unión Europea, Jorge Rojas Rodríguez, quien también es el jefe de la misión en Bruselas, habla de la reciente cumbre UE-CELAC y explica el significado que tiene para el país que el presidente Gustavo Petro vaya a presidir la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.

Por: Redacción Cambio

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El último de los tantos viajes al exterior que ha hecho el presidente Gustavo Petro fue a Bruselas. El propósito fue asistir a la Cumbre Unión Europea-Celac, junto con 53 presidentes, jefes de Estado y primeros ministros de Europa, América Latina y el Caribe. ¿Qué hizo el presidente en esa cumbre? ¿Qué obtuvo Colombia al hacerse presente en ella? ¿Cuál es el rol del país en estos escenarios del mundo multipolar? Para entender esos tema Cambio entrevistó al embajador de Colombia ante la Unión Europea, Jorge Rojas Rodríguez. 

CAMBIO: Embajador Rojas, ¿por qué se habló tanto sobre la importancia de la Cumbre Unión Europea-Celac llevada a cabo hace poco en Bruselas? ¿Qué hace más especial a esa cumbre de las otras cumbres en las que ha participado el presidente Petro?

Jorge Rojas: Desde su posesión, el presidente Petro ha desplegado una intensa agenda internacional, marcada tanto por los intereses geopolíticos (Estados Unidos, Venezuela, América Latina y Europa) como por los temas estratégicos globales (Naciones Unidas, cambio climático, Davos). La III Cumbre Celac-UE se presentó como una oportunidad geoestratégica en un momento importante de la relación con Estados Unidos, en el que además la guerra en Ucrania genera muchas preocupaciones y hay en el mundo una gran influencia de China. Y gracias a la coincidencia ideológica de nuevos gobiernos progresistas en la región, ha vuelto a despertar la Celac, que es un mecanismo de concertación e integración de América Latina y el Caribe, creado el 3 de diciembre de 2011, en respuesta a la necesidad de realizar esfuerzos entre los Estados con el fin de avanzar en la unidad y en la integración política, económica, social y cultural; aumentar el bienestar social, la calidad de vida, el crecimiento económico de la región, y promover el desarrollo independiente y sostenible, sobre la base de la democracia, la equidad y un concepto más amplio de justicia. Por otra parte, vivimos una difícil coyuntura internacional, que ha llevado a la región a replantear su lugar en un mundo multipolar. Y esa difícil coyuntura internacional también ha llevado a la Unión Europea a reevaluar su papel como líder global y a reafirmar su presencia y su alianza con un grupo de países importantes en términos de afinidad histórica, política y de valores. Sin duda, además influye el peso estratégico de América Latina en el espacio multilateral y en las nuevas dinámicas globales del comercio y de la inversión. 

CAMBIO: ¿Para qué sirvió la cumbre, embajador?


J. R.: Tras ocho años de silencio y distanciamiento entre bloques, esta cumbre fue una oportunidad para volver a expresar interés en avanzar de la mano como aliados, sin prejuicios y con el interés genuino de explorar nuevas formas de trabajo, por parte de dos regiones que, en conjunto, tienen un peso extraordinario en el orden global. El proceso hacia la Cumbre no fue fácil porque coincidió con el reacomodamiento de la Celac tras el reingreso de Brasil, el liderazgo de Argentina y México, la presidencia pro tempore de San Vicente y Granadinas en representación del Caribe y la presencia renovada de Colombia. En este contexto latinoamericano y caribeño emergió la insistencia de la presidencia española de celebrar la cumbre en julio y la activación de complejos mecanismos de negociación entre bloques asimétricos que comparten valores, pero no prioridades. Varias veces dudamos sobre la conveniencia de la participación del presidente Petro en la cumbre, sobre todo porque hasta el último minuto no era claro que hubiera un acuerdo para lograr una declaración final. Es decir, llegamos con expectativas moderadas y logramos resultados satisfactorios. Y debo decir que la participación del presidente Petro en el diálogo político de alto nivel contribuyó a que se obtuvieran esos buenos resultados.

CAMBIO: ¿Cuál fue la agenda de la cumbre y qué logró Colombia?

J. R.: Por ser un encuentro para retomar un diálogo entre 60 países, que había sido suspendido durante casi una década, el proceso de construcción de agenda fue complejo y se optó por contar con una agenda abierta en la que los mandatarios expusieran sus preocupaciones, expectativas y propuestas en temas como el cambio climático y la descarbonización; la seguridad y la justicia; las barreras al comercio internacional; las migraciones; y una nueva arquitectura financiera internacional. En todo el proceso de preparación y negociación de la declaración que finalmente se adoptó, Colombia tuvo claras sus prioridades, ajustadas a la realidad de una agenda de intereses amplios y diversos: uno, el apoyo a la paz. La Unión Europea ha sido un socio invaluable en la búsqueda de la paz y era importante que ese apoyo se refrendara por ambos bloques, de manera singular y sin ambigüedades. Dos, el compromiso de avanzar concertadamente en la lucha contra el cambio climático, tema en el cual el presidente Petro tiene un liderazgo reconocido mundialmente y fue crucial en todas sus intervenciones en Bruselas. Tres, los impactos que tienen en el comercio las medidas del pacto verde europeo y las perspectivas claras del comercio y la inversión birregional.  Ese tema es sensible para los europeos y, en él, no se alcanzó tanto como se esperaba. No obstante, la Unión Europea anunció un plan de inversiones para la canalización de recursos hacia sectores estratégicos, que se verá si pueden cumplir. Y, lo más importante, se logró confirmar que las dos regiones mantendrán un diálogo regular, a nivel de cancilleres, y cada dos años lo tendrán a nivel de jefes de Estado. 

CAMBIO: ¿Cuándo será la próxima Cumbre? 


J. R.: La próxima cumbre será en Bogotá en 2025 y Colombia asumirá ese año la presidencia Pro tempore de Celac. Ese un gran reconocimiento al liderazgo del presidente Petro.

CAMBIO: ¿Por qué es importante para el país que Bogotá sea la sede de la próxima cumbre y Colombia asuma la Presidencia Pro Tempore de la Celac?

J. R.:  Presidir Celac es asumir la responsabilidad de coordinar América Latina y el Caribe; de construir consensos y consolidar la afinación de una voz regional ante los bloques de poder (Estados Unidos, Europa-Reino Unido, China, Rusia, Japón). Además, es una expresión tangible del compromiso con la integración regional, una de las líneas claras del programa de gobierno. En segundo lugar, porque tras esta III Cumbre, en dos años tendremos que medir la intensidad y seriedad del compromiso de las dos regiones para trabajar juntas y abordar desafíos comunes. El 2025 será un año complejo políticamente en ambas regiones: en la Unión Europea se darán cambios institucionales tras las elecciones de la Unión Europea en 2024, y esperamos que la agenda no cambie frente a América Latina.

CAMBIO: Finalmente, embajador, el presidente Petro que ha incumplido tantas citas importantes tanto en Colombia como en el exterior, ¿sí asistió a todas las reuniones que estaban programadas en Bruselas?


J. R.:  La agenda, que se preparó de manera conjunta entre la Cancillería, la Presidencia y la Embajada, se cumplió a cabalidad. El presidente atendió todas las sesiones del encuentro oficial de líderes y tuvo encuentros bilaterales y con grupos de presidentes. Se reunió con presidentes progresistas, concurrió a un encuentro con la sociedad civil en la Universidad de Bruselas, intervino en el Parlamento Europeo, atendió a los medios de comunicación y volvió a pisar la sede de la Embajada de Colombia en Bruselas, en la que fue primer secretario hace 27 años.
 

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