Petro al balcón 2.0: el presidente apela a la tribuna para defender sus reformas

Aunque ya se conocía la convocatoria del Gobierno a la movilización social para apoyar sus reformas este 14 de febrero, en los últimos días se sumó un nuevo ingrediente a la agitada semana que tendrá Colombia: como en los tiempos de su alcaldía en Bogotá, Gustavo Petro saldrá al balcón a hablarles a sus bases.

El 9 de diciembre de 2013, la Procuraduría ordenó la destitución de Gustavo Petro como alcalde de la capital por la llamada ‘crisis de las basuras’. En la noche de ese lunes, Petro inauguró sus apariciones en el balcón del Palacio de Liévano frente a una Plaza de Bolívar llena de simpatizantes.

Desde ese momento y hasta el 14 de marzo de 2014, fecha en que se ratificó su destitución, el hoy presidente encontró en las movilizaciones y discursos una estrategia controversial pero eficaz para consolidar su imagen como la de un líder ubicado a la otra orilla de lo que el mismo llamó en ese momento como “el establecimiento” con actos “fascistas”, con especial referencia al entonces procurador Alejandro Ordoñez.

Petro y sus estructuras políticas en Bogotá lograron movilizar a más de mil ciudadanos que interpusieron una lluvia de tutelas para frenar la destitución, con relativo éxito.

Aunque la situación actual no es la de Petro enfrentándose a una destitución, sí prevalecen elementos comunes a los expuestos hace más de nueve años:

1. Petro versus el establecimiento

Desde hace varias semanas el presidente ha venido lanzando serios cuestionamientos a los medios de comunicación que ya le valieron un llamado de atención por parte de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) por sus intentos de "sembrar la duda sobre la idoneidad de los medios” a través de por lo menos 34 trinos en contra de nueve medios de comunicación.

La respuesta de Petro fue argumentar que tiene derecho a “defenderse” en referencia a los “medios del establecimiento” y, según él, la información tergiversada e imprecisa que difunden de su Gobierno:

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“Soy tolerante con las críticas de los medios del establecimiento, pero tengo todo el derecho a defenderme y a defender el programa del gobierno por el que las mayorías de la sociedad votaron".

No en vano, a la jornada de movilizaciones del 14 de febrero convocada por el Gobierno le han fijado el objetivo de ser un día de “socialización” de la reforma a la salud, a pesar de que todavía no se conoce el texto definitivo.

Pero el desmarque del presidente y varios integrantes de su gabinete frente a lo que consideran como “el establecimiento” también se ha hecho evidente, por ejemplo, en las discusiones alrededor de la reforma a la salud. La ministra Carolina Corcho ha hecho férreas críticas a las EPS al igual que varios congresistas del Pacto Histórico, planteando incluso su eliminación definitiva.

Por ello, como un gesto simbólico y un guiño a sus bases, los eventos de radicación de la reforma a la salud este 13 de febrero y la “socialización” que hará el presidente el 14 serán inéditos, pues en ambos días se abrirá por completo la Plaza de Armas de la Casa de Nariño para la entrada libre de personas. Este patio solo había sido utilizado para eventos protocolarios de alto nivel como visitas oficiales de otros presidentes.

Según fuentes consultadas por CAMBIO, hoy lunes llegarán a la Casa de Nariño delegaciones de varios gremios de trabajadores de la salud de todo el país, por lo que una de las razones para aplazar el evento varios días desde la semana pasada fue la dificultad de coordinar la logística.

2. Un presidente que quiere hablar en nombre del Gobierno

Voces del Pacto Histórico que pidieron no ser citadas le dijeron a CAMBIO que una de las razones por las que el presidente Petro tomó la decisión de usar el balcón de la Casa de Nariño es el creciente fuego amigo entre sus ministros y los antecedentes de comunicaciones contradictorias provenientes del alto Gobierno.

Para Petro, lo importante es despejar tantas dudas como sea posible principalmente sobre la reforma a la salud y por ello “decidió que él mismo se haría cargo de transmitir el mensaje”.

Además, el presidente no quiere perder la credibilidad de sus votantes, esto por algunas declaraciones de integrantes del Pacto Histórico como Roy Barreras que han criticado la reforma a la salud y la demora de varias carteras en la radicación de las reformas.

En la época de sus intervenciones desde el Palacio de Liévano, el entonces alcalde Petro también intentó enviar un mensaje de unión tanto de su equipo como de la Colombia Humana, por lo que en varias ocasiones estuvo acompañado no solo de su familia sino de otras figuras como César Pachón, Aida Avella y Antonio Navarro.

3. Opacar a la oposición

Las marchas a favor de las reformas no nacieron precisamente de la iniciativa del Gobierno, sino que fueron una reacción al anuncio de la oposición de salir a las calles.

La premura del Gobierno en convocar a movilizaciones como respuesta al ‘paro nacional’ que han venido impulsando fuerzas como el Centro Democrático, Cambio Radical y Salvación Nacional muestra la necesidad del presidente de no perder el pulso en la plaza pública, donde se ha hecho fuerte desde hace una década.

La disputa con la oposición ya ha tenido dos victorias para el Gobierno. La primera fue el cambio de fecha de las movilizaciones que hizo la oposición, pues tenían todo preparado para salir el 14 pero prefirieron hacerla un día después para no encontrarse con el petrismo en las calles. Y la segunda, es la moderación en el discurso sobre las EPS que han mostrado el mismo Petro y el portavoz Alfonso Prada, diciendo que no se van a eliminar. Lo anterior deja con menos sustento el argumento más fuerte en contra de la reforma a la salud que tienen los opositores.

El gran desafío para el Gobierno nacional es que, tanto el evento de esta tarde como las marchas del 14 de febrero no deriven en actos de vandalismo y violencia que supondrían un grave revés al llamado del presidente a defender las reformas en las calles. Hay alertas por posibles ataques vandálicos a las sedes de la Procuraduría y la Fiscalía. La misma preocupación tienen integrantes del Pacto Histórico como Roy Barreras, y de la coalición como Humberto de la Calle. Sin embargo, no hay marcha atrás.