
Primicia: Capturan con fines de extradición al mayor Pablo Uribe por caso que involucra al general Tito Castellanos
Uniforme de la Policía Nacional.
Crédito: Foto: Colprensa
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Tal y como CAMBIO lo anticipó en una investigación periodística, fue capturado con fines de extradición el mayor Pablo Uribe Gómez, exjefe de la Unidad investigativa SIU Caribe, investigado por un caso de narcotráfico por el que la Fiscalía abrió una indagación para establecer la presunta participación del general Tito Castellanos.
Por: Sylvia Charry

CAMBIO reveló que el pasado 12 de abril la Fiscalía Delegada ante la Corte Suprema de Justicia abrió una indagación preliminar para establecer cuál fue la participación del exsubdirector de la Policía, general Tito Castellanos, en un complejo entramado de corrupción que empezó con el robo de recompensas de los gastos reservados de la Policía y de la DEA y que, luego, migró a una supuesta alianza con el Clan del Golfo y La Cordillera para traficar cocaína.
Vale la pena recordar que, en entrevista con La W Radio, el general Castellanos negó cualquier relación con la red y con los oficiales capturados como presuntos integrantes de la organización: el mayor Pablo Uribe, el mayor Carlos Mario Montoya y el mayor Andrés Felipe Osorio, y el patrullero Elkin José Tovio. Aquí puede ver su declaración sobre el tema.
La investigación había culminado su fase inicial en agosto de 2023 con la captura de tres mayores de la Policía señalados de hacer parte de la red que operó, al parecer, entre 2019 y 2023. Los policías fueron imputados y sabían que les esperaba un juicio en Colombia. Pero las consecuencias eran mayores de lo que ellos mismos esperaban en ese momento.
Tal y como se anticipó en la investigación periodística, el día llegó. CAMBIO pudo confirmar que uno de ellos, el mayor Pablo Andrés Uribe que, hasta el momento de su detención tenía una hoja de vida intachable y una reputación sólida en la Dirección Antinarcóticos, fue capturado el lunes 3 de junio con fines de extradición hacia Estados Unidos.
Fuentes confirmaron a CAMBIO que la solicitud de extradición es por el mismo proceso por el que fue capturado en agosto del año pasado y por el que estaba pendiente de ser acusado ante un juzgado especializado en Bogotá. Proceso en el que, según las fuentes, uno de los mayores capturados mencionó al general Castellanos y, entonces, el caso adquirió amplia dimensión.
Esas fuentes advierten que cuando el mayor Uribe sea extraditado no le quedará otra opción que colaborar con las autoridades norteamericanas que ya tienen en la lupa a varios oficiales de mayor rango.
¿Cuáles son los hechos?
Según la investigación, el líder de los capturados sería el mayor Pablo Andrés Uribe. De 2019 a 2022, Uribe fue jefe de la Unidad investigativa SIU Caribe con sede en Barranquilla.
El grupo Sensitive Investigative Unit (SIU) o Unidad de investigaciones Sensibles es un programa de la DEA que financia y entrena agentes para la lucha contra el narcotráfico en diferentes países. En Colombia estas unidades las tienen la Dijin y la Diran (antinarcóticos) de la Policía, y el CTI, de la Fiscalía, con enlaces permanentes de la DEA.
En los primeros tres años el modus operandi era el siguiente: el mayor Uribe obtenía información privilegiada sobre las rutas del narcotráfico. Luego, se la filtraba a una supuesta fuente de apellido Montaña, que a su vez se la entregaba a la Policía para cobrar la recompensa y después repartir entre sus cómplices esa plata de la institución y de la DEA. El monto no puede ser revelado porque hace parte de la reserva de las autoridades norteamericanas.
En 2023, los oficiales pasaron de cobrar recompensas a sumarse al negocio del narcotráfico. Ese año los mayores capturados Carlos Mario Montoya y Andrés Felipe Osorio, y el patrullero Elkin José Tovio, se le unieron al mayor Uribe y a Montaña, la fuente. Los investigadores aún no descartan que su supuesto actuar delictivo viniera de tiempo atrás.
El líder de la red, el mayor Pablo Uribe, pasó del SIU Caribe al grupo de Lavado de Activos de la Dirección Antinarcóticos en Bogotá. Desde ese cargo, según la Fiscalía, empezó a trabajar para el Clan del Golfo y La Cordillera, que el año pasado fue señalada de planear un atentado contra el presidente Gustavo Petro.
El mayor Carlos Mario Montoya era comandante del Grupo Gaula Valledupar; el mayor Andrés Felipe Osorio Osorio, investigador del Grupo de apoyo a la Justicia Penal Militar en Bogotá, y el patrullero Elkin José Tovio integraba la Dirección de inteligencia policial (DIPOL) en el grupo de inteligencia del GAULA de Barranquilla.
Desde 2023, según la Fiscalía, la red de policías empezó a facilitar el transporte de droga hasta los puertos de Barranquilla y Cartagena para que, desde ahí, saliera en contenedores hacia Europa.
El trabajo de la estructura era osado y confuso. Dice la Fiscalía que el mayor Uribe y la fuente Montaña engañaban a los narcotraficantes y a los otros policías capturados. El negocio tenía tres fases. Primero les cobraban a los narcos por transportar la droga en carros oficiales hasta los puertos. Luego, por dejar que saliera a Europa. Finalmente, delataban esos cargamentos en el país de destino y cobraban la recompensa. Es decir, cobraban doble: a los narcos y luego, a la Policía y a la DEA.
Según fuentes de la investigación, ese modus operandi fue el que permitió que trabajaran bajo la sombra durante tantos años. En el papel, esa unidad daba resultados y registraba buenos índices de incautaciones.
A finales del año pasado, la investigación impulsada por los Estados Unidos adquirió una nueva dimensión. Una fuente no policial le dijo a las autoridades que las cabezas de esta red no eran solo unos mayores. Ese informante aseguró que el general Tito Castellanos, en ese entonces el segundo al mando de la Policía Nacional, era a su vez uno de los determinadores del entramado criminal.
Las primeras sospechas sobre las conductas de Castellanos no solo lo sacaron de la institución, sino que despertaron las primeras alertas en la justicia. El testimonio inicial de una fuente civil ya era un dolor de cabeza para el general. Ahora, cuando un mayor de la Policía lo corroboró, su situación se complicó aún más. Con esos testimonios como soporte, la Fiscalía delegada ante la Corte Suprema de Justicia abrió una indagación contra Castellanos por, supuestamente, recibir dinero por suministrar información que terminaba beneficiando a los grupos criminales.
Este caso es uno de los más importantes que llevan de manera conjunta las autoridades colombianas y norteamericanas y que seguirá dando resultados próximamente.
