"Por razones que desconozco y no me compete opinar, el ministro de Salud se opuso a mi llegada al Invima": Germán Velásquez
10 Enero 2024

"Por razones que desconozco y no me compete opinar, el ministro de Salud se opuso a mi llegada al Invima": Germán Velásquez

Crédito: COLPRENSA

En entrevista con CAMBIO, el filósofo y experto en salud, con 20 años de trabajo en la Organización Mundial de la Salud, se refirió a la carta con la que desistió de su intención de ocupar la dirección del Invima y reveló las diferencias con el jefe de la cartera de Salud que le sirvieron de motivación para dar un paso al costado.

Por: Pía Wohlgemuth N.

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El Instituto de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) anda huérfano desde el comienzo del Gobierno Petro. Aunque hay personas que se están haciendo cargo mientras tanto, la falta de una cabeza oficial ha ocasionado retrasos y problemas.

A finales de octubre de 2023, el presidente anunció que el nuevo director del Invima sería Germán Velásquez, filósofo con más de cuarenta años de experiencia en salud, veinte de ellos en la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, el nombramiento nunca se materializó y Velásquez se cansó de esperar. En una misiva que le envió al mandatario en diciembre, Velásquez le dejó claro al Presidente que ya no está disponible.

En una entrevista con CAMBIO –que respondió por escrito–, el experto habló sobre el tema y sobre sus diferencias con el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo.

CAMBIO: Usted dijo que ya no está disponible para dirigir el Invima y ha hablado de discrepancias con el ministro Jaramillo. ¿Cuáles son?

GERMÁN VELÁSQUEZ: Quiero recordar, primero que todo, que como dije en mi mensaje al señor presidente que recientemente se filtró a la prensa, para mí es un gran honor la designación como director del Invima anunciada por el señor presidente Gustavo Petro el 28 de octubre 2023. En la reunión con el Presidente, dije que, si el nombramiento se confirmaba en noviembre, podía estar en Bogotá antes del final de 2023. Esperé dos meses, en los que no tuve ninguna noticia sobre la emisión del decreto de nombramiento, y por eso terminé mi mensaje informando que  “por la manera en que el gobierno ha manejado el anuncio del Presidente, ya no estoy disponible.”

Me refiero ahora a su pregunta sobre mis discrepancias con el ministro de Salud. Como fue ampliamente cubierto por los medios de comunicación durante noviembre del año pasado, tanto el ministro de Salud como el director encargado del Invima informaron que las más de 20.000 solicitudes de registro de medicamentos pendientes atascadas en el Invima serían tratadas antes del final del primer trimestre del 2024, dando a entender a la Procuraduría, al Tribunal de Cundinamarca y al público en general que muy pronto estos medicamentos entrarían al mercado colombiano. Este mensaje no me parece responsable ni coherente desde una perspectiva de salud pública. 

En Colombia circulan –ya autorizadas por el Invima– unas 15.000 especialidades farmacéuticas. Con 20.000 más atascadas en el Invima, y prometidas por el ministro, llegaríamos a unos 35.000 medicamentos circulando en el mercado colombiano. Le recuerdo solo que en los países de Europa occidental están autorizados menos de 5.000 medicamentos, y que la lista de medicamentos esenciales recomendada por la Organización Mundial de la Salud no contiene mas de 500 medicamentos.

Enviar el mensaje de que los medicamentos en espera de registro serán autorizados no es bueno, repito, en términos de salud pública, como lo ha dado entender la comisión técnica revisora de medicamentos del Invima. Esta comisión de alto nivel técnico científico, una de las mejores del continente, es una garantía para los ciudadanos. Presionar a un órgano de consejo científico de manera autoritaria, como empezó a hacerlo el anterior encargado del Invima, es un error peligroso para la salud de los ciudadanos.

CAMBIO: Si estas diferencias son ideológicas o relacionadas con la reforma a la salud, ¿por qué inicialmente sí quiso empezar el proceso administrativo para formalizar el cargo en el Invima? ¿Qué cambió o qué fue lo que pasó?

G.V.: Estas diferencias ideológicas son relacionadas con los actuales problemas del Invima y no sobre el proyecto de reforma de salud en curso. Inicié los tramites para aceptar el ofrecimiento del presidente porque me parecía que, en el momento histórico de esperanza que vive el país, no era responsable negarse a colaborar.

CAMBIO: ¿Lo volvieron a llamar después de enviar la carta en la que dejó claro que ya no está disponible para el cargo?

G.V.: No hasta el momento en que usted me hace estas preguntas.

CAMBIO: ¿Sabe qué hubo detrás de la demora en la oficialización de su nombramiento?

G.V.: Las distintas informaciones que han circulado en las últimas semanas pusieron en evidencia que, por razones que desconozco y no me compete opinar, el ministro de Salud se opuso a mi llegada al Invima. Esperé durante dos meses una respuesta… Esperar indefinidamente no fue posible para mí, y, sobre todo, no me parecía algo saludable para una Institución como el Invima.

CAMBIO: En la carta que envió, dice que aceptó “nuevas responsabilidades en Ginebra, en el Centro Sur, exigidas por una situación imprevista urgente y el contexto internacional actual". ¿A qué se refiere?

G.V.: Son motivos internos del organismo intergubernamental, importantes para mi decisión pero que no son relevantes para el debate sobre el Invima.

CAMBIO: Si bien no va a ingresar al Invima, tal vez alcanzó a hacer algún diagnóstico de lo que está pasando allí. Hay más de 27.000 trámites represados, por ejemplo. ¿Qué cree que se necesita y qué habría querido hacer allí para mejorar la situación?

G.V.: De esos trámites represados, a los que ya me referí, solo muy pocos merecen ingresar al mercado colombiano. Como le comenté al presidente cuando tuvo la amabilidad de recibirme el pasado mes de octubre, podemos estar seguros de que ninguno de los medicamentos represados en el Invima han causado la muerte de un solo colombiano ni en este, ni en el anterior gobierno. Lo anterior, porque los medicamentos represados en la agencia sanitaria no son a causa del actual Gobierno, como tampoco una exclusividad colombiana.

Entre los medicamento represados en este y otros países, incluso algunos desarrollados, se encuentran decenas de ejemplos. Por ejemplo, los anticuerpos monoclonales de altísimo costo, que muchos países, a causa de la sostenibilidad financiera del sistema sanitario y la eficacia terapéutica, tienen, con razón, cierta reticencia en aceptar.

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