¿Pueden los niños aprender habilidades valiosas a través de videojuegos?
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Aunque existen beneficios reales, también es importante evaluar cómo el juego afecta el rendimiento escolar, el sueño, el tiempo que pasa fuera de la pantalla y el comportamiento de los niños.
Por: María Amparo Gaitán
Actualmente los videojuegos son muy populares. En 2022 existían en todo el mundo más de 3.000 millones de jugadores y, según Statista, en 2022 este mercado alcanzó un valor de aproximadamente 229.400 millones de dólares. Se prevé que para 2027 el valor se incremente en cerca de 172.000 millones de dólares.
Asimismo, existen todo tipo de jugadores. Desde los que juegan de forma casual en su celular mientras van al trabajo hasta los profesionales de los sports. En todo el mundo los videojuegos ya son considerados un deporte. En este contexto están los niños que son atraídos a las consolas, los computadores o los smartphones de forma natural. Y aunque existe gran preocupación por el tiempo que pasan en las pantallas, cuando se trata de videojuegos no todo es malo.
Según Camilo Gutiérrez Amaya, jefe del Laboratorio de Investigación de Eset Latinoamérica, algunas habilidades valiosas que los niños pueden adquirir al jugar videojuegos son:
1. Habilidades sociales: a medida que los videojuegos online se fueron expandiendo, la interacción entre los jugadores fue alcanzando nuevos niveles. Mientras que hace tan solo unos años los niños y niñas iban al colegio a hablar de sus colecciones o de sus logros deportivos, ahora juegan a videojuegos junto a amigos y gente de todo el mundo, saliendo de relaciones sociales limitadas a los centros educativos.
2. Autoconciencia: muchos estudios que analizaron el estado de ánimo y el estrés de las personas, notaron mejoras significativas como consecuencia de jugar videojuegos, en parte porque ofrecen una sensación de logro. Los niños y niñas pueden aprender los beneficios de realizar tareas, la importancia de la organización, la planificación y aprender nuevas habilidades que los acerquen a mejores resultados y recompensas.
3. Habilidades cognitivas: los videojuegos a menudo requieren un enfoque extremo, reacciones en fracciones de segundo y tomar decisiones en forma rápida, lo que les permite detectar y reaccionar mejor a los cambios en su entorno. Al mismo tiempo, tener que recordar imágenes, personajes y pasajes secretos; actividades como navegar por mapas, ayuda a mejorar la memoria y la atención al detalle. Del mismo modo, existe evidencia de que algunos juegos, como Minecraft, son excelentes para inducir la creatividad.
4. Habilidad para resolver problemas: los videojuegos son una buena manera de mejorar las habilidades para resolver problemas, usando la lógica y la creatividad para encontrar soluciones necesarias y avanzar a los siguientes niveles. Los niños y niñas pueden manejar problemas complejos, dividirlos en partes más pequeñas, identificar similitudes situacionales para luego aplicar soluciones anteriores a nuevos retos.
5. Habilidades de razonamiento: aprender a leer datos y cómo funcionan las diferentes herramientas, son habilidades valiosas que le ayudan a los niños y niñas a comprender el mundo que los rodea. En la sociedad actual repleta de datos, encontrarle sentido a la gran cantidad de información, fomentar conexiones significativas, aplicar juicios sensatos y construir argumentos convincentes es algo muy útil. De hecho, el pensamiento crítico es una habilidad fundamental que, junto con las demás habilidades y aptitudes enumeradas anteriormente, son claves en la construcción de adultos responsables y seguros de sí mismos.
“Los niños deben jugar solo bajo la supervisión de un adulto. Si bien estas son excelentes habilidades para aprender, no son suficientes para garantizar que tengan luz verde para jugar cuando y como quieran. Es importante evaluar si el juego es idóneo para su edad, cómo afecta su rendimiento escolar, su sueño, su tiempo fuera de la pantalla y su comportamiento”, comentó Gutiérrez.
Algunas recomendaciones de seguridad
Para mejorar la experiencia y la seguridad de los niños y niñas, Eset recomienda:
• Cuando compre un juego para su hijo verifique la clasificación PG, esta sigla indica si el videojuego deber ser supervisado por los cuidadores.
• Evite juegos con compras en la aplicación, ya que suelen persuadir a los jugadores para pagar y tomar atajos; es decir, avanzar pasando por alto las habilidades de aprendizaje necesarias para progresar en el juego.
• Si bien puede darles a sus hijos algo de privacidad a medida que pasan de ser adolescentes a adultos jóvenes, promueva que el tiempo de juego sea solo en las áreas comunes de la casa. Igualmente es recomendable intentar crear relaciones basadas en la confianza e intentar aprender o incluso jugar los mismos juegos.
• Acuerde de antemano los tiempos de juego y la duración. De esta manera, los niños también pueden aprender a planificar su tiempo como quieran. Y dado que los juegos también son actividades sociales, podrán ponerse al día con amigos.
• Desactive las notificaciones de juegos cuando no sea hora de jugar y configure los controles parentales en consolas como PlayStation, Xbox o Nintendo Switch, así como en los teléfonos de sus hijos o hijas.
• Hable sobre cómo mantenerse seguro en línea, qué es el ciberacoso, los tipos de estafas y que no todas las personas que conocen en línea son lo que aparentan.
En cifras
Según un estudio de Wavemaker Colombia, hay más de 20 millones de gamers en el país y las categorías de videojuegos más populares son los shooters o de disparos, los juegos de rol y los juegos de deportes. En cuanto a las plataformas, el móvil es la plataforma preferida, seguida de la PC y las consolas.
Una encuesta TGI Digital View, reveló que el 72,9 por ciento de los adolescentes colombianos asegura que juega habitualmente con videojuegos y que, entre los juegos más destacados están League of Lengends, LoL, Fortnite FIFA, Call of Duty y Among US.
Otro estudio publicado por la empresa de publicidad móvil Adsmovil afirmó que el 69,1 por ciento de los adultos colombianos juega en su celular, la mayoría de los gamers están entre los 16 y 24 años y la minoría está por encima de los 45 años, con una representación de 16, 7 por ciento.