30 Julio 2022

Andrés Caicedo, de nuevo en escena

Un aspecto menos divulgado de la obra del escritor caleño Andrés Caicedo son sus piezas para teatro, así como su labor de director y actor de teatro, oficio que desarrolló en sus años de colegio y universidad. El sello editorial Seix Barral acaba de publicar 'Teatro completo', un tomo donde se recopilan todas las obras teatrales que escribió entre 1966 y 1972, año en que abandonó la dramaturgia.

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El mar, de Andrés Caicedo
Andrés Caicedo durante el montaje de su obra 'El mar', en1972. Foto de Diego Vélez.

Por Eduardo Arias
Editorial Planeta, a través de su sello Seix Barral, publicó hace unos pocos días Teatro completo, del escritor Andrés Caicedo. Este volumen forma parte de la colección de obras completas del autor que se ha venido publicando desde 2019, con ¡Que viva la música! y Noche sin fortuna, las dos novelas que Caicedo escribió. Un año después aparecieron en librerías los dos tomos de su correspondencia 1971-1974 y 1975-1977) y, el año pasado, los cuentos completos. Este esfuerzo editorial capitaliza el trabajo que desde comienzos de los años 80 han adelantado el periodista, dramaturgo y escritor Sandro Romero Rey y el cineasta Luis Ospina (quien falleció en 2019), tarea en la que también han hecho importantes aportes el escritor chileno Alberto Fuguet, la periodista María Elvira Bonilla, y el mismo Juan Gustavo Cobo Borda, responsable de la edición original de ¡Que viva la música! cuando era el editor de las diferentes colecciones que Colcultura publicó en los años 70.
Esta nueva reimpresión de la obra de Caicedo, liderada por Juan David Correa, editor de Planeta, ha contado con el apoyo de Sandro Romero Rey, quien desde 2019 ya no tiene a Luis Ospina, su entrañable amigo y compañero en esta monumental aventura.
Con este tomo que recopila la obra teatral de Caicedo, el lector se sumerge en una de sus facetas menos conocidas y divulgadas del escritor. Pero, como señala Correa, estas piezas no pueden verse como obras menores.

Las obras teatrales del adolescente Andrés Caicedo son importantes para entender su obra literaria porque en ellas está el germen de buena parte de las temáticas de su narrativa posterior, en particular de sus primeros cuentos.


Caicedo, que desde muy niño tuvo claro que quería ser un escritor, un artista, un creador, cuando estaba en bachillerato se dedicó al teatro. Y no solamente escribió varias obras sino que también se dedicó a montarlas y a dirigirlas, aunque esto no lo logró con todas sus creaciones.
La obra más antigua que está en los archivos de Andrés Caicedo se remonta a 1966 (cuando tenía 15 años) y se titula Las curiosas conciencias, aunque no se tienen datos confiables acerca de su montaje. En el prólogo del libro Sandro Romero Rey anota que las obras significativas de Caicedo se remontan a 1967, con El fin de las vacaciones. La puesta en escena fue prohibida por los hermanos maristas, impidiendo que se representara en el Día de la Madre. “Acto seguido”, prosigue Romero Rey, “se empeñaron en representar la obra 'Los imbéciles están de testigo', que Caicedo quería estrenar en una fiesta de adolescentes en su casa. Los padres de Andrés impidieron la representación, por el alto volumen de la música y porque las jovencitas asistentes iban a llegar en minifalda. La obra se presentó, para pocos testigos, en un lote frente a los talleres de Chipichape, en el norte de Cali”. Al año siguiente logró montar La piel del otro héroe, que ganó el premio a la mejor dirección en el Tercer Festival de Teatro de Cali. Su siguiente obra fue Recibiendo al nuevo alumno, que se presentó en el Paraninfo de la Universidad del Cauca. Se trata de un muy fuerte alegato contra las instituciones educativas.

Adiche de El mar.
Afiche del montaje de Andrés Caicedo de 'El mar', que se presentó por primera vez en la Universidad del Valle (Cali) en 1972.


En aquellos años finales de la década de los 60, Caicedo conoció el Teatro del Absurdo y escribió una versión de La cantante calva, de Eugène Ionesco que no llevó a las tablas. En cambio, en 1969 sí logro dirigir y representar una versión de Las sillas, del mismo autor. Ese año se vinculó a la Universidad del Valle como director de un grupo de teatro y montó una versión de La noche de los 18 asesinos, del cubano José Triana, que presentaron en Cali y también en Bucaramanga, ya en 1970. En esa ocasión entró en contacto con el director y actor Enrique Buenaventura, del Teatro Experimental de Cali, grupo al que se unió como actor para participar en la obra Seis horas en la vida de Frank Kulak, escrita por Buenaventura.
En esa época Caicedo, que era un voraz lector, se interesó mucho por las novelas generacionales de Mario Vargas Llosa (la colección de cuentos Los jefes, la novela La ciudad y los perros y el relato extenso Los cachorros). Adaptó al teatro La ciudad y los perros con el título de Los héroes, que su amigo Jaime Acosta intentó montar años después en Bogotá sin éxito. “De comienzos de la década del setenta también data su versión de ‘La muerte de Bessie Smith’, a partir de un texto de Edward Albee. Esta versión nunca se llevó a escena. Y, para completar la lista, Caicedo hizo una adaptación de 'Fastos del infierno' y 'El escorial', de Michel de Ghelderode, en un libreto titulado 'Juan en el desierto'. Otro ambicioso sueño que se quedó en el papel”, señala Romero Rey en otro aparte del prólogo.

Su último trabajo teatral, y su gran obra maestra como dramaturgo, vio la luz en 1972 y se tituló El mar, basada en El cuidador, de Harold Pinter, Las narraciones de Arthur Gordon Pym, de Edgar Allan Poe, y Moby Dick, de Herman Melville. Se presentó en la biblioteca de la Universidad Santiago de Cali.

El mar, de Andrés Caicedo, montaje de Sandro Romero Rey.
Dubián Gallego y Rodrigo Candamil, en el montaje de 'El mar' que dirigió Sandro Romero Rey y que se estrenó en 1996.


Las obras teatrales del adolescente Andrés Caicedo son importantes para entender su obra literaria porque en ellas está el germen de buena parte de las temáticas de su narrativa posterior, en particular de sus primeros cuentos. Estas piezas teatrales también reflejan el espíritu contestatario propio de la época pero también del propio Andrés Caicedo.
A partir de 1972 se dedicó por completo a la narrativa y al Cine Club de Cali. No solo a programar y conseguir películas para proyectarlas sino también a la escritura de una gran cantidad de textos críticos que publicó en los boletines del cine club, en su revista Ojo al Cine y en otros medios de comunicación de Colombia y el exterior. Romero Rey y Ospina recopilaron y organizaron ese monumental material en los primeros años 80, que sólo se publicaron bajo forma de libro en 1998, con el título de Ojo al cine. Ese es uno de los lanzamientos que Planeta tiene previsto para completar la colección, así como otro volumen dedicado a los guiones cinematográficos que Caicedo escribió.
Esta reedición de la obra de Andrés Caicedo es un ejercicio de nostalgia. Pero, mucho más importante que eso, muestra la relevancia de un escritor que, como señala Romero, al comienzo sólo parecía ser de interés para los asistentes al restaurante Los Turcos, en la ciudad de Cali. Luego para toda la ciudad de Cali. Después, para Colombia y que en los últimos tiempos se ha convertido en autor de culto en diversos países de América Latina y España, y que además ha sido traducido ya a varios idiomas. Un autor que conmueve no solo a quienes fueron adolescentes en Cali en los tiempos de Richie Ray y Bobby Cruz, sino también a nuevas generaciones de jóvenes que sucumben ante la aparente sencillez y el desparpajo de la obra de Caicedo. Un autor importante a pesar de los críticos que a lo largo del tiempo han intentado minimizar y pordebajear su obra y reducir a Caicedo a la condición de escritor sobrevalorado por sus excesos y por haberse suicidado siendo tan joven. El paso del tiempo ha mostrado que esa monumental obra en cantidad y calidad que escribió en apenas diez años sigue vigente y fresca. Que ya es un clásico. No olvidar que la traducción al inglés de ¡Que viva la música! se publicó en la muy afamada y prestigiosa colección Penguin Classics.

Vea aquí la conversación de Cambio en Vivo sobre las obras completas de Andrés Caicedo. Invitados, Juan David Correa y Sandro Romero Rey.

Teatro completo.

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