Sobredosis de televisión
El MAMBO presenta la exposición 'Un placer incierto: artes del tiempo en la Colección Pierre Huber', donde se hace un repaso a obras en las que el videoarte es el gran protagonista.
08:00, obra de Rodney Graham. Fotos: Gregorio Díaz. Cortesía del Museo de Arte Moderno de Bogotá - MamBo.
En 1963, en la galería Parnass, de Wuppertal, de Alemania, el artista surcoreano Nam June Paik decidió exponer arte desde unos televisores. Hoy suena como una anécdota más, pero el público y la crítica en ese momento no entendieron muy bien cómo unos aparatos que parecían destinados a transmitir otros contenidos, en hogares u oficinas, ahora eran el soporte para que las imágenes fueran “artísticas”. ¿Unos televisores vistos como arte? El público, además, era partícipe de la muestra y para que el arte “viviera” era necesaria su participación.
Esa exposición, donde también hicieron parte otros miembros de un movimiento que se llamó Fluxus, que buscaba que el arte se volviera una mezcla de varias disciplinas, es uno de los precedentes del llamado videoarte. Y justamente una de las obras de Nam June Paik hace parte de Un placer incierto: artes del tiempo en la Colección Pierre Huber, que actualmente se presenta en el MAMBO. En la obra del artista fallecido en Estados Unidos en 2006 se ve un televisor que, en lugar de proyectar una imagen, deja ver una estampa del japonés Utagawa Kuniyoshi (1798-1861), quien en su momento era reconocido por sus grabados. La contraposición de un medio “contemporáneo” se presta para la ironía mostrando una obra de un pasado remoto.
Esta exposición recoge varias obras donde predominan el video, las instalaciones y el registro de performances que este coleccionista suizo, quien le apostó a conservar este tipo de obras que desde finales de los años 60 marcaron nuevas pautas sobre lo que se conocía como “arte”. Ya la escultura, la pintura o el dibujo, no eran la única manera de expresar ideas, también lo eran, ¿por qué no?, las imágenes que podían verse en pantallas o monitores.
El museo le dedica sus cuatro pisos a esta interesante muestra que recibe al espectador con varios monitores dispuestos en el piso donde se ven manos rascando la piel de cuerpos desnudos. El placer y a la vez el fastidio de “las cosquillas” multiplicadas en las pantallas es un abrebocas de muchas obras de la muestra con artistas realmente importantes como William Kentridge, Paul McCarthy, Tracey Moffatt, Dexin Gu, Isaac Julien, On Kawara, Kimsooja, entre otros nombres.
En el primer piso, dedicado al cuerpo y a su relación con el espacio, hay obras que sobresalen como la del chino Lluming Ma. quien en un video camina desnudo, de espaldas, sobre la muralla china, generando la duda en el espectador sobre la verdadera identidad sexual de quien recorre ese espacio histórico, emblemático, “intocable”, que parece vulnerado ahora por un cuerpo sin ropa.
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Esta exposición recoge varias obras donde predomina el video, las instalaciones y el registro de performances que Pierre Huber, coleccionista suizo, quien le apostó a conservar este tipo de obras que desde finales de los años 60 marcaron nuevas pautas sobre lo que se conocía como 'arte'.
A pocos pasos de ahí, en una gran mesa, el también artista chino Dexin Gu realizó unas animaciones en flash, donde se ven representadas, a manera de historietas infantiles, varias de las problemáticas de China: desde la política hasta la muerte. La tasa de suicidios en este país es muy alta y solo hasta ahora se está revisando como un problema de salud pública. Y la manera “light” como se ven ahí contrasta, si se ve con cuidado, con la gravedad de lo que ahí se muestra.
En una sala oscura, hay dispuestas poltronas, con mesas y lámparas para que el público se siente cómodo a ver un documental sobre la actriz y cantante trans Ceyhan Firat, realizado por Kutlug Ataman. Allí se ve interpretando el papel de una estrella del cine turco y Never my soul -como se llama la obra- alude a la frase “podrás tener mi cuerpo, pero nunca mi alma”, cuando en algunas películas se alude al abuso sexual.
La australiana Tracey Moffatt plantea un video en el que la cámara persigue a los surfistas que buscan dónde cambiarse huyendo del acoso. Es una obra de hace 25 años donde ella buscaba mostrar la gran incomodidad del acoso callejero y voyerismo permanente al que son sometidas las mujeres al, con este video, “perseguir” hombres.
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La exposición es un gran repaso por las prácticas de las llamadas 'artes del tiempo' -porque ocurren en un tiempo limitado- y es fundamental para intentar entender cómo el video puede ser visto desde muchas perspectivas artísticas: desde su carácter documental hasta como el registro de un performance.
La obra de Paul McCarthy muestra al artista disfrazado del famoso personaje, con una nariz de tubo, haciendo todo tipo de acciones incómodas, perturbadoras, que parecen todo menos infantiles e inocentes. En una gran pantalla, el artista inglés Mat Collishaw, se propuso recrear la crucifixión de Jesús, moviéndose en la cruz de un lado a otro, gesticulando dolor, sufriendo espasmos, lejos de la imagen inmóvil que adoran los cristianos.
En el último piso se puede ver, entre otras obras, Desniansky Raion del francés Cyprien Gallard. Es un video aéreo de un suburbio de Kiev que, por medio de edición, superpone y une a suburbios y eventos que ocurren en París, Belgrado y San Petesburgo. Si en el primer piso se plantean reflexiones sobre la identidad del cuerpo humano, aquí la arquitectura también parece cuestionarse su carácter.
La exposición es un gran repaso por las prácticas de las llamadas “artes del tiempo” -porque ocurren en un tiempo limitado- y es fundamental para intentar entender cómo el video puede ser visto desde muchas perspectivas artísticas: desde su carácter documental hasta como el registro de un performance. Sin duda, una de las muestras más interesantes de este año en Colombia. La buena noticia es que va hasta febrero de 2023.