¿Por qué sigue subiendo la inflación?

Frente a una expectativa de 0,54 por ciento, el Dane calculó que en agosto la inflación mensual fue de 1,02 por ciento, un resultado que fue más de cinco veces superior al promedio que había registrado el octavo mes del año desde 2016. Como resultado, la inflación anual se aceleró hasta 10,84 por ciento, en contra de la tendencia de otros países del mundo, donde el costo de vida ya empezó a bajar.

Mientras en Estados Unidos y Brasil la inflación mostró sus primeros signos de desaceleración en el último mes, en Colombia el indicador tomó aún más vuelo y superó las expectativas de agosto.

“En Colombia están pesando más los efectos locales que los globales, y principalmente la fuerte depreciación del peso colombiano viene afectando la cadena productiva en todos los niveles, por lo que en la medida que el peso se siga desvalorizando, vamos a seguir viendo precios al alza”, analizó Ana Vera, economista jefe In On Capital S.A.

Este efecto de la tasa de cambio se ve en los datos de inflación de los alimentos, bienes, elementos de aseo para el hogar y hasta los servicios públicos domiciliarios. De hecho, una de las mayores sorpresas fue la inflación básica, impulsada por las mayores tarifas de energía, gas, acueducto y los precios de arrendamientos, que superaron las expectativas. 

En el caso de los arriendos, el Dane advirtió que este rubro incrementó nuevamente impulsado por las actualizaciones de contratos que se deben hacer con la inflación del año anterior. 

Por su parte, los servicios de gas y electricidad han incrementado por los mayores precios de distribución, las actualizaciones de tarifas que estaban congeladas por la pandemia y la mayor tasa de cambio. 

El precio del dólar también llevó a la inflación de bienes y servicios a subir más, dado que los vendedores y proveedores han tenido que renovar sus inventarios de bienes importados con un precio más alto del dólar. Investigaciones Económicas del Grupo Bancolombia destacó: “Los productos de limpieza y mantenimiento, de higiene personal y de aseo para el hogar explicaron los mayores incrementos. Es de resaltar que dicho comportamiento se vio con especial ímpetu en los jabones, el papel higiénico y las toallas higiénicas femeninas”.

Algo similar ocurrió con los alimentos. Pese a que algunos perecederos como la papa, el tomate y la zanahoria bajaron de precio, los demás alimentos volvieron a subir por los mayores costos de producción, ya que muchas de las materias primas como los fertilizantes y abonos son importados; a eso se sumaron las condiciones climáticas, que por las lluvias han provocado inundaciones y menor productividad o pérdidas de cultivos. 

Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, dijo: “Esto sigue siendo muy preocupante, especialmente porque buena parte de la canasta básica de la población de ingresos bajos viene por cuenta del consumo de alimentos, eso lo que quiere decir es que todavía falta bastante para que la inflación toque techo y seguramente ya vamos a estar hablando de inflaciones de más de 11 por ciento a noviembre de este año”.

Para diciembre, los analistas ya esperan una inflación más cercana al 11 por ciento, lo que también significa que las tasas de interés del Banco de la República seguirán subiendo. Investigaciones Económicas de Bancolombia estima que, con el resultado de agosto, el Emisor decida una subida de entre 100 y 150 puntos básicos en su reunión de septiembre, es decir que la tasa de referencia quedaría entre 10 por ciento y 10,50 por ciento, una tasa que no se veía desde finales de la década de los noventa.