A proteger el pulmón del mundo

A proteger el pulmón del mundo

Crédito: Nicolás Acevedo Ortiz / FCDS

Países europeos, organizaciones no gubernamentales y entidades públicas trabajan para cuidar la gran biodiversidad del Amazonas.

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Cuando un turista visita el departamento del Amazonas lo primero que lo deja maravillado es el infinito tapete verde que ve desde el avión, conformado por millones de árboles que hacen parte de uno de los principales bosques húmedos tropicales del planeta.

Es tal la exuberancia que el 97 % de su territorio está cubierto con bosque tropical y cuenta con más de dos millones de hectáreas de áreas protegidas como los parques nacionales naturales Amacayacu, Cahuinarí, Río Puré, Yaigoré-Apaporis y los humedales de los Lagos de Tarapoto, lugar donde nacen los delfines de río, caimanes negros y manatíes, declarado sitio Ramsar, es decir, de protección especial por su diversidad biológica (ver nota anexa “Nadando con los delfines del Amazonas”). 

A esta riqueza natural se suma el gran potencial hídrico. Al departamento lo atraviesan importantes ríos como el Amazonas, el más caudaloso del mundo; 116 kilómetros pasan por su territorio. También lo circundan los ríos Putumayo, Caquetá y Apaporis.

Amazonas es el departamento más extenso de Colombia, con 109.655 kilómetros cuadrados, casi tres veces el territorio de Suiza, y tiene la mayor proporción de bosque tropical de Colombia, con 18 %. 

Cambio Colombia

Junto con Caquetá, el sur del Meta, Vichada, Guainía, Vaupés y Putumayo hacen parte de la región de la Amazonía, con 42 % del territorio nacional y alberga el 10 % de la biodiversidad del planeta. Tiene enormes fronteras con Brasil y Perú, lo que aumenta su biodiversidad, sus tradiciones y su presencia humana multiétnica.

Pero es uno de los departamentos menos poblados, con casi 78.000 habitantes, de los cuales cerca del 60 % pertenece a alguno de los 26 pueblos indígenas entre ellos los cubeos, boras, tikunas, huitotos, mirañas, localizados en 24 resguardos (ver nota “La gran radiografía de los pueblos indígenas”).

La Amazonía es conocida como el pulmón del mundo porque absorbe millones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera, contribuye a reducir los impactos del cambio climático y ayuda a regular la temperatura global. 

Controlando la deforestación

Por eso, la atención de organizaciones nacionales e internacionales está puesta en la conservación de la Amazonía, un tema de vital importancia, más cuando muchos actores legales e ilegales siguen tumbando selva para diversas actividades.

Son muchos los factores detrás de la deforestación: las acciones de los grupos ilegales para cultivar la hoja de coca, la minería ilegal, la venta de especies maderables nativas muy apetecidas en los mercados internacionales, la ganadería extensiva, el acaparamiento de tierras, entre otros. Es un desastre ambiental de proporciones gigantescas y daños incalculables.

Tras los acuerdos de paz de La Habana creció la deforestación, con más de 600.000 hectáreas de bosque talados en los últimos seis años solo en la región de la Amazonía. Y aunque el año pasado comenzó un leve descenso, la afectación al medio ambiente sigue siendo muy preocupante. 

Amazonas

Sin embargo, el departamento de Amazonas, contrario a lo que muchos pueden pensar, no está entre los que más talan bosques. El récord se lo llevan Meta y Caquetá, con más de 38.000 hectáreas deforestadas, cada uno, según datos del Ideam. 

Aunque en 2021 se deforestaron 962 hectáreas en Amazonas, el departamento fue uno de los que logró reducir este fenómeno en más de 60 % frente al año inmediatamente anterior gracias a las acciones de las comunidades indígenas que protegen los ecosistemas, de organizaciones no gubernamentales y países que luchan por la conservación de este pulmón del mundo.

Así lo indica Luis Alexander Mejía, director de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonia (Corpoamazonía), quien afirma que las acciones para proteger el medio ambiente y las áreas de importancia ecológica son una tarea conjunta de las comunidades, el Estado y las ONG.

Entre ellas están los planes de manejo forestal de productos maderables y no maderables, el apoyo a las asociaciones de comunidades indígenas para el desarrollo de productos nativos, el Incentivo Forestal Amazónico, que es un pago por servicios ambientales del Ministerio del Medio Ambiente, a través del programa REM Visión Amazonía para la conservación de los bosques.

Adicionalmente, se han entregado otra clase de incentivos a las comunidades como estufas ecológicas eficientes con el fin de disminuir la tala de árboles para el uso de leña para cocinar. También se apoyan emprendimientos relacionados con negocios verdes con el fin de brindar alternativas de ingresos a los habitantes del departamento.

Cooperación internacional

Uno de los países que está más comprometido con la protección de la Amazonía es Noruega. Este país nórdico, situado a más de 9.000 kilómetros de distancia de Colombia, a pesar de ser uno de los principales productores de petróleo y gas del mundo, o precisamente por eso, es uno de los que más se preocupa por la conservación del medio ambiente, al punto de que la tala de bosques está considerada un delito. Además, prohibió el uso de automóviles a gasolina y diésel y determinó que a partir de 2025 todos los vehículos deben ser eléctricos. 

Noruega, el país más sostenible del planeta, invierte millonarios recursos en la protección de la Amazonía brasileña. También apoya la conservación de los bosques en Indonesia, Perú, los países de la cuenca del Congo, entre otros. 

En Colombia, junto con Reino Unido y Alemania, ha aportado un poco menos de 100 millones de dólares para programas como Redd for Early Movers (REM) que financia la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, a partir de la reducción en la deforestación. Hasta el momento dicho programa se ha implementado en Brasil, Colombia y Ecuador. 

Amazonas

Esta iniciativa hace parte de Visión Amazonía, una estrategia del Ministerio del Medio Ambiente, que busca reducir las emisiones por la deforestación, promover un nuevo modelo de desarrollo en la Amazonía, y crear oportunidades económicas sustentables que permitan mejorar las condiciones de vida de las comunidades.

“Colombia es uno de los cinco países del mundo con mayor cobertura boscosa y diversidad y está tomando medidas para frenar la deforestación. Apoyamos estos esfuerzos porque no podremos lograr nuestros objetivos climáticos globales sin la reducción de la deforestación de los bosques tropicales y su restauración”, dice Andreas Dahl Jorgensen, director de la Iniciativa Internacional Noruega de Clima y Bosques, en entrevista con CAMBIO.

Además de los objetivos climáticos, este año están mirando el Convenio sobre la Diversidad Biológica, que es el primer acuerdo global que aborda todos los aspectos de la biodiversidad, incluyendo los recursos genéticos, especies y ecosistemas. 

Jorgensen señala que no hay ecosistemas más valiosos que los bosques tropicales y en ese objetivo trabajan con la Fundación Gaia, la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), el Instituto de Crecimiento Verde Mundial (GGGI por su sigla en inglés), la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito y el Fondo Noruego de Derechos Humanos.

Noruega, Suiza y Suecia apoyan el Fondo Colombia Sostenible, creado por el gobierno para apoyar proyectos relacionados con el desarrollo sostenible, la conservación de los ecosistemas y el fortalecimiento institucional en sitios de alta deforestación y en zonas afectadas por la violencia. Hasta el momento se han financiado 26 proyectos.

Hay otras organizaciones no gubernamentales trabajando en la Amazonía. Entre ellas están la WWF, una de las fundaciones más grandes a nivel mundial que vela por la conservación de la naturaleza, y la Fundación Omacha, que ha puesto en marcha estrategias para el uso sostenible de ecosistemas y especies acuáticas.

A pesar de estos esfuerzos, se requieren acciones más coordinadas y una estrategia más fuerte del gobierno nacional para detener y castigar a los que están afectando el medio ambiente. La Amazonía tiene una riqueza natural invaluable que debe ser preservada para las generaciones futuras. Por eso, es un imperativo proteger su biodiversidad.

La serie periodística “La Fuerza de las Regiones” de Cambio Colombia es apoyada por Grupo SURA, que cree que un desarrollo armónico es posible con una gestión integrada y balanceada de los capitales económico, social, humano y natural.

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