Las proyecciones de la reapertura de la frontera con Venezuela

No fueron años fáciles para los habitantes de la frontera entre Colombia y Venezuela. La ruptura de las relaciones diplomáticas ocasionó un parón en el flujo comercial que afectó directa e indirectamente a toda la población de la zona. Los primeros afectados fueron los vehículos de carga, que dejaron de transitar en agosto de 2015, y posteriormente los peatones, quienes no pudieron movilizarse legalmente de un país a otro desde 2019. Los puentes y vías que existían a lo largo de los 2.341 kilómetros de frontera fueron cerrados y no hubo otra opción que recurrir a las trochas y pasos ilegales.

El mercado de tráfico de bienes y personas que surgió desde entonces –en los últimos años, los migrantes venezolanos utilizaron estos caminos para llegar a territorio colombiano– impidió que la circulación binacional quedara totalmente rota, pero no fue suficiente para mermar el impacto negativo que tuvo en la economía. En 2008, a pesar de la distancia ideológica que existía entre Álvaro Uribe y Hugo Chávez, los mandatarios de ese momento, el intercambio comercial estuvo por encima de los 7.000 millones de dólares, una cifra muy superior a los 394 millones que se registraron en 2021.

Por eso es que el 27 de septiembre de 2022 puede marcar un nuevo comienzo no solo en términos diplomáticos. El beneficio de reanudar relaciones también se esparcirá a la ciudadanía. Así lo señaló el presidente Gustavo Petro, quien asistió al acto de reapertura del puente Simón Bolívar, que conecta a Villa del Rosario con San Antonio del Táchira. El jefe de Estado anunció que el objetivo es llevar pronto la actividad comercial a los 4.000 millones de dólares y rebasar los 8.000 millones en el mediano plazo. “Necesariamente, las dos economías tienen que integrarse”, agregó. Su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, se pronunció en el mismo sentido: "El intercambio y la cooperación entre nuestros pueblos reinician con buen pie", fueron sus palabras.

Saúl Cristancho, comerciante de Villa del Rosario, ve con buenos ojos el restablecimiento del cruce en la frontera colombo-venezolana. Desde su óptica, el provecho no se limitará exclusivamente al ámbito mercantil. “Desde el comercio es muy bueno porque aquí todo estuvo estancado. Estuvimos supeditados a conductas ilegales como el contrabando. Con la apertura de la frontera las cosas van a mejorar y los comerciantes vamos a aumentar nuestras ventas. Va a venir más gente a comprar y eso beneficia mucho la zona de frontera. También aquí pensamos que la cantidad de personas que migraron van a regresar a su país y no van a tener miedo de estar pasando por las trochas”, destacó.

En el departamento de Norte de Santander hay, a la fecha, cuatro cruces hacia el estado Táchira en Venezuela. Sin embargo, solo tres de ellos están habilitados. Los puentes internacionales La Unión, Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander se encuentran abiertos, mientras que el puente Tienditas, que terminó de construirse en 2016 y curiosamente nunca fue formalmente inaugurado, todavía no se encuentra habilitado. La razón es la falta de adecuación de las vías por parte del gobierno venezolano que, en principio, debería estar solventada para el próximo mes de diciembre.

Desde la Cámara de Comercio de Cúcuta celebran que el flujo de personas y mercancía reanude, pero son cautos. La experiencia demostró que la política es volátil y en cualquier momento los gobernantes pueden entrar en disputas que repercutan, nuevamente, en el estado de la frontera. Por lo menos así lo evalúa Javier Pabón, miembro de la junta directiva de la institución. “Quisiéramos que fuera una apertura de frontera segura. Eso implica tener unos controles fronterizos bien organizados y que nuestras agencias de inteligencia operen bien para que los grupos armados ilegales que hoy existen no vean esto como una nueva oportunidad para agrandar sus niveles de delincuencia. Nosotros, desde la Cámara de Comercio, articulamos el tema multisectorial para que los comerciantes estén lo mejor preparados, pero el verdadero éxito depende en mayor medida de la disposición que tengan los gobiernos y sus respectivas cancillerías”, apuntó.

Pese a disminuir sus expectativas frente a la opinión, las proyecciones que tiene la Cámara de Comercio ahora con la frontera abierta brindan cierta esperanza. Actualmente el desempleo en Cúcuta es de 13,4 por ciento y se espera que disminuya en los meses venideros entre 1 y 4 puntos porcentuales. En este sentido, se estima que podrían crearse entre 4.000 y 15.000 nuevos puestos de trabajo.

La relevancia de Venezuela para la economía de Norte de Santander y su capital es trascendental. En 2021, el departamento exportó al vecino país la ínfima suma de 5.564 dólares, pero en 2022 creció a 15.077. Con corte a junio del presente año, la cifra de exportaciones ya va por encima de los 420.000 dólares. India, Brasil, Noruega y Bélgica son los destinos de la mayoría de los productos que exporta Norte de Santander. Sin embargo, es posible que ese orden se vea trastocado próximamente con la aparición de Venezuela como aliado comercial. Además, el 86 por ciento de los inversionistas extranjeros registrados como personas naturales en la Cámara de Comercio de Cúcuta son venezolanos y la reactivación económica va a conllevar mayor dinamismo y flujo de dinero.