Deshojando a Margarita: retrato crítico de la procuradora
14 Mayo 2022 05:05 pm

Deshojando a Margarita: retrato crítico de la procuradora

La suspensión del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, despertó una vieja controversia sobre el papel real y la utilidad institucional de la Procuraduría. Las dudas sobre la imparcialidad de Margarita Cabello Blanco tampoco son nuevas.

Por: Alfredo Molano Jimeno

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La decisión de la procuradora Margarita Cabello Blanco, de sancionar a cuatro funcionarios públicos por intervenir en el debate electoral, marcó la agenda política en pleno desenlace de la campaña presidencial. La suspensión del alcalde de Medellín Daniel Quintero por la publicación de un video en el que le hace un guiño a la campaña de Gustavo Petro fue tan célere como polémica, ya que parece estar guiada por las preferencias ideológicas de la procuradora y no por la intención de disciplinar una conducta prohibida por la Constitución. 

Y es que la medida de la jefe del Ministerio Público produjo una paradoja: al tiempo que activó el discurso del perseguido político en favor del candidato que hoy puntea en las encuestas, atrajo los reflectores sobre ella misma, proyectando en el telón sus sombras: las conexiones políticas que la llevaron de escribiente en el juzgado de Sabanalarga, al inicio de su carrera, a los cargos más poderosos en la rama judicial. Magistrada y presidenta de la Corte Suprema de Justicia, ministra de Justicia y del Derecho, y ahora procuradora general de la nación.

Margarita Cabello es descendiente del coronel Leandro Cabello, jefe militar de la Guerra de los Mil Días, y sus raíces paternas están en Villanueva, La Guajira. Estudió en la Corporación Universitaria de la Costa, un centro educativo de los Crissien, una familia que ha mezclado negocios, educación y política, y a la cual pertenece el actual ministro de Ciencia y Tecnología, Tito Crissien. Desde su alma máter, la procuradora Cabello selló un vínculo profundo con la clase política barranquillera. Su entrada a los círculos judiciales se dio de la mano de la casa política de los hermanos José y David Name Terán, y en particular del dirigente conservador, Abel Francisco Carbonell Vergara, quien fue el que le abrió campo en el juzgado de Sabanalarga, del cual fue jueza, en el año 82.

Desde el comienzo de su vida profesional, miembros de la masonería se fijaron en la joven abogada. Contrario a lo que muchas personas podrían imaginarse la masonería colombiana no funciona como un bloque monolítico. Algunas logias operan con total independencia de las otras, muchas no permiten la presencia de mujeres, y varias han tenido una fuerte influencia en la rama judicial, en las Altas Cortes y en los organismos de control. 

Una de las logias más conocidas de Barranquilla es la “Luz Hermética”, de la cual el contratista David Name Terán es maestro vitalicio. De acuerdo con fuentes consultadas por Cambio, Margarita Cabello ha sido miembro de la logia dirigida por Name. Hace años concurría regularmente a las tenidas, como se llaman las sesiones secretas de esas fraternidades. Algunos consideran que en el ascenso en la carrera judicial de la procuradora ha contado su pertenencia a la masonería. 

David Name
David Name Terán


La logia “Luz Hermética” de Barranquilla no siempre es vista como un centro de conocimiento y filantropía, algunos de sus críticos la perciben como un influyente club de negocios políticos, judiciales y de obras públicas. A David Name le gusta posar con el mandil, la escuadra y el compás, pero sus negocios en la contratación pública generalmente están rodeados de controversia. También sus mediaciones en asuntos judiciales. Recientemente se ventiló que reunió en su oficina al juez Andrés Rodríguez Cáez, con Luis Fernando Acosta Osío, uno de los interesados en el pleito de la Universidad Metropolitana de Barranquilla. El juez Rodríguez fue el mismo que rechazó el soborno que le ofreció el senador Eduardo Pulgar, hoy preso por estos hechos. Los apellidos Name, Pulgar, Char o Gerlein frecuentemente aparecen en las reseñas biográficas de la procuradora.

Margarita Cabello
Margarita Cabello y Eduardo Pulgar.


Los amigos políticos

“Esta señora hizo su carrera en el mundo judicial de la mano de las casas políticas de Barranquilla. Primero con el viejo José Name Terán, luego con los Char, con quienes tiene una relación entrañable y funcional, e igualmente fuertes han sido los lazos de ella con los Gerlein, con Efraín Cepeda o con Eduardo Pulgar Daza, quien la eligió como procuradora y hoy es la jueza de sus actuaciones por el ofrecimiento de sobornos a un juez de la república. El éxito de Margarita Cabello ha consistido en ser la cancerbera de la crema y nata de la Arenosa”, advirtió un conocedor de los intrincados detalles de la clase política barranquillera.

"Margarita Cabello está donde está por ser una traficante de fallos".


“Cuando el nombre de Margarita Cabello empezó a sonar entre la baraja de aspirantes a la Procuraduría, advertí que era un error gravísimo que una persona que le ha hecho tanto daño a la administración de justicia fuera la procuradora. Margarita Cabello está donde está por ser una traficante de fallos. Se ha dedicado a beneficiar a sus amigos y atacar a sus enemigos. No podemos olvidar que ella creció de la mano de David Name, uno de los barones políticos de la costa, y a su vez la heredaron los Char, quienes hoy en día son los que la tienen en ese puesto. Ella es una persona que le sirve a los intereses políticos”, aseguró Luis Enrique Guzmán Chams, un ganadero barranquillero que es denunciante de una red de corrupción en la ejecución del contrato del Megatanque de la ciudad, del cual fue socio y que ha tenido un costo de más de 36.000 millones de pesos.


El ganadero también preguntó: “¿Por qué esta señora ha sido tan diligente en suspender al alcalde de Medellín solamente porque hizo un video en redes sociales y porque no es igual de diligente en las actuaciones de fondo en el tema del Megatanque de Barranquilla, donde tienen todas las pruebas para haberse pronunciado hace mucho tiempo para tomar medidas en contra de diez o 12 funcionarios del Distrito de Barranquilla? Es que esta señora va mucho más allá. Resulta que su hijo, Alberto Mario Caparroso Cabello, es uno de los grandes contratistas de la costa. Ella ha utilizado su poder intimidando a alcaldes y gobernadores para que le den contratos a su hijo”. 


Margarita cargadita

La principal acusación que se hace de la procuradora Cabello es que sus conexiones con el mundo político se reflejan en la manera como ejerce la función pública y en su nómina (Lea aquí el roscograma de Margarita Cabello). “A la señora Cabello la rodea un personaje llamado Erika Scaff, exjefe jurídica de la Alcaldía de Soledad. La ha llevado al Ministerio de Justicia y luego a la Procuraduría”, reveló una fuente.   

Efectivamente, Erika Scaff Vergara figura como contratista de la Procuraduría, mediante un convenio con la OEI. Scaff Vergara es abogada y fue secretaria general del alcalde de Soledad Joao Herrera, contra quien la Procuraduría formuló cargos por el manejo de las vigencias futuras del municipio. El pliego se extendió a la abogada y fue destituida en primera instancia por la misma entidad que hoy la tiene contratada.

Otro de los nombramientos que le cuestionan a Margarita Cabellos es el de Idayris Yolima Carrillo Pérez, quien se desempeña como procuradora séptima delegada ante el Consejo de Estado. Yolima Carrillo es una dirigente liberal guajira. “Yolima Carrillo fue alcaldesa de Riohacha entre 2001 y 2003, justo la época en que el paramilitarismo consolidó el control en La Guajira. Su esposo, Eugenio Benjumea Argote, fue secretario privado de la exgobernadora condenada Oneida Pinto, mientras tanto Carrillo ejercía como magistrada del CNE”, agregó la fuente. Carrillo también fue senadora entre 1998 y 2002; y perteneció al grupo juventudes liberales que dirige el exrepresentante Antenor Durán. Es curioso que varias generaciones después la procuradora parece mantener lazos intactos con La Guajira.

Las relaciones de Cabello con el mundo político se construyeron durante su paso por los despachos judiciales. Una carrera de 30 años que empezó en 1980 como escribiente del Juzgado Noveno Civil Municipal de Barranquilla, y pasó por ser juez de Sabanalarga, juez civil del Circuito Barranquilla, magistrada del Tribunal Superior de Barranquilla, en la sala de familia, hasta llegar en 2009, nombrada por Alejandro Ordóñez, a ser procuradora delegada de la poderosa Sala Disciplinaria que actúa como segunda instancia en las decisiones de suspensión y destitución.

La relación con Ordóñez se ha convertido en alianza política. De ahí que buena parte de las personas que han rondado la nómina de Margarita Cabello provengan del ordoñismo. En 2011, Cabello Blanco aspiró a la Gobernación del Atlántico, sin embargo, a pesar de tener el apoyo de todas las casas políticas, terminó declinando a la candidatura para darle paso a Elsa Noguera. 


Cuando toca, toga

En febrero de 2013, Margarita Cabello llegó al clímax de su carrera judicial, al ser nombrada magistrada en la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia. Tribunal del que llegó a ser presidenta en 2016. Un magistrado que compartió periodo con Cabello Blanco asegura que es una mujer  cordial y diplomática, y que su paso por la Corte estuvo marcado por su cercanía con la clase política, principalmente con el uribismo pero con estrechas relaciones con el Partido Conservador y Cambio Radical.

"Las relaciones de Cabello dieron frutos en ese momento. Sus vínculos con el uribismo y los Char son muy grandes".


“Es una mujer que ha tenido una mixtura entre la vida judicial y los vínculos políticos. Sus concepciones son de derecha y estaba más interesada en las relaciones sociales que en el mundo de la jurisprudencia. A toda costa quería ser presidenta y lo logró justo en una tremenda crisis, después de la presidencia de Leonidas Bustos, el del cartel de la toga, que dejó a la Corte en una pelea interna profunda. Las relaciones de Cabello dieron frutos en ese momento. Sus vínculos con el uribismo y los Char son muy grandes. Recuerde que a ella Uribe la ternó para fiscal en 2009, y luego el presidente Duque la incluye en la baraja para fiscal ad hoc en  el caso de Odebrecht. La Corte se opuso y le dijo que si quería hacerlo tendría que renunciar. Al final ella declinó ser integrante de la terna”, recuerda el exmagistrado.

El jurista caracteriza a Cabello mediante una anécdota: “Cuando la Corte le abrió la investigación al senador Uribe, se vivió una andanada de señalamientos contra el presidente de la Corte, que en ese momento era José Luis Barceló. Por esos días, en una sala plena, un magistrado de la sala laboral pidió que hiciéramos un pronunciamiento en defensa del presidente y de la Corte. Se necesitaban 12 votos para que la propuesta fuera aceptada y fue ella quien lideró la negación del comunicado. Siempre encabezó una tendencia muy uribista al interior de la Corte. Entre sus amigos más cercanos está el presidente Aroldo Quirós, y entre sus más fervientes detractores el exmagistrado, Fernando Giraldo, quien fue uno de los que desenmascaró a Bustos”, recordó el jurista. 


De ministra de Duque a procuradora

De la Corte Suprema de Justicia, Margarita Cabello saltó al gobierno de Iván Duque, al que llegó para ponerle el pecho al estruendoso fracaso de la reforma judicial que intentó la entonces ministra de Justicia, Gloria María Borrero. Cabello la reemplazó en el cargo desde junio de 2019 hasta que logró su elección como procuradora general de la nación.  Paradójicamente su principal promotor en el Congreso fue el senador Armando Benedetti, hoy directivo de la campaña de Gustavo Petro.

Ministra de justicia
Margarita Cabello en su posesión como ministra de Justicia. Foto: Colprensa 


Un senador que pidió omitir su nombre recordó que la designación de Margarita Cabello fue atípica en el Capitolio, pues logró alinear a todas las fuerzas políticas en una elección que históricamente ha sido un pulso muy cerrado entre los partidos. “Todo empezó porque Wilson Ruiz iba ganando. Lo promovían los conservadores, que ya se habían quedado con la Defensoría a través de Carlos Camargo. Entonces Benedetti se puso las pilas para convertirla en aliada de La U, y cuadró a la bancada costeña. La U la proclamó candidata y eso generó un efecto cascada que hizo que en un fin de semana todos los partidos cerrarán filas con Margarita”, detalló el congresista. Otro de los grandes impulsores de la candidatura de Margarita Cabello a la Procuraduría fue Eduardo Pulgar. A pesar de que ya en ese momento era público su intento de sobornar a un juez ofreciéndole “doscientas barras”, Pulgar participó activamente en la nominación de la procuradora que habría de convertirse en su juez disciplinario. 


Sin embargo, nada de eso habría sido posible sin el empujoncito de Iván Duque. Mientras ella pasaba a la Procuraduría su contendor conservador, Wilson Ruiz, la remplazó en el Ministerio de Justicia en lo que parece ser un acuerdo a tres bandas del gobierno y su bancada.

“Ella tiene una auténtica nómina paralela a través de los contratos de prestación de servicios".


Una vez en la Procuraduría, Margarita Cabello puso el espejo retrovisor. “Llegaron con la tesis de que todo lo que hizo Carrillo lo hizo mal. Y empezaron a perseguir a quienes tenían el  sello de su administración. Aunque yo llevo dos décadas en el Ministerio Público mi última resolución de nombramiento fue durante la era de Carrillo y eso fue suficiente para que emprendieran una intensa persecución en mi contra”, aseguró un funcionario de la entidad que pidió la reserva de su identidad, y añadió:  “Eso también ocurrió con Claudia Adriana García o con el delegado de derechos humanos que llevaba 20 años en el cargo y era uno de los baluartes de la institución”.


Para este funcionario el ambiente de revancha y persecución que desató la señora Cabello al interior de la entidad no es lo más grave, sino el manejo de los recursos públicos. “Ella tiene una auténtica nómina paralela a través de los contratos de prestación de servicios. Le menciono tres casos graves: el contrato que tiene la exviceprocuradora de Ordóñez, Martha Isabel Castañeda Curvelo, el exconsejero de Estado, Álvaro Namén Vargas y un contrato que le dio en 2021 a Carlos Edward Osorio, un dirigente del uribismo en Tolima, que hizo campaña al tiempo que recibía sueldo con recursos públicos”, explicó.


El funcionario advierte que lo más irregular que ha hecho la Procuraduría es un convenio de la entidad con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) para que administre los recursos de inversión. “Es un contrato de más de 18.000 millones de pesos, más un aporte de la OEI de supuestamente 20.000 millones. Pero eso es plata a la que no se le puede hacer seguimiento ni se le puede hacer veeduría ni control. Se convierte en plata de bolsillo que manejan como se les da la gana. La plata se la entregaron al señor Carlos Mario Zuluaga, un exalcalde de Sabanalarga, donde ella empezó su vida profesional. Ahí hay una violación a las normas, porque dan los recursos como ejecutados siendo que los estarán sacando a cuentagotas y quién sabe a dónde van a parar”, sostuvo el servidor público.


El escándalo de corrupción de Centros Poblados también se le convirtió en una papa caliente a la procuradora, pues fue recusada para apartarla de la investigación por su lazo de amistad con la exministra Karen Abudinen, también reconocida como ficha de los Char. Al final, la recusación fue resuelta por una subalterna de Cabello y hasta hoy el país sigue a la espera de que se recuperen los 70.000 millones que se le embolataron a la ministra.  


Estos y otros cuestionamientos a la procuradora Cabello volvieron a salir a flote tras su decisión de esta semana de suspender al alcalde de Medellín Daniel Quintero. Según sus contradictores esto muestra que Margarita Cabello es una procuradora al servicio del gobierno y de clanes políticos con grandes deudas con la justicia. Así lo dice el abogado Fabián Araújo, denunciante de Alejandro Char por el caso de la Isla de la Loma, un exclusivo sector de Barranquilla, donde se proyectó la construcción del nuevo palacio municipal. “Yo fui funcionario judicial en la rama penal desde 1985, cuando ella se desempeñó como juez. En el tribunal se escuchaba a hablar bien de ella, pero tras su paso por la Corte Suprema y la Procuraduría esa imagen se deslució y se formó la idea de que es una funcionaria cercana a los intereses de Cambio Radical, de la familia Char y otros sectores”, expresó el jurista.


Y concluyó: “Su carrera se desarrolló a expensas de la casa Char, por lo que ella busca tapar sus arbitrariedades y negocios. Llevo siete años con el proceso de la Loma. La puse en Bogotá para evitar la injerencia del Cambio Radical. Siete años de inoperancia de la Fiscalía, de la Procuraduría y todos los entes de control. En este proceso, por el despojo de 96 hectáreas no solo están metidos Alejandro Char, Elsa Noguera y el actual alcalde Jaime Pumarejo, sino también el sobrino de la procuradora, Miguel Vergara Cabello, quien fue secretario de Planeación en el momento de la modificación del POT y hoy es secretario de Infraestructura de la Gobernación”. El caso fue denunciado por José Raúl Rodríguez, quien asegura que para engavetar el caso de la Loma, Margarita Cabello ha ascendido a los cuatro jueces que les ha tocado el expediente y, según él, “curiosamente los cuatro fueron a parar a la Corte Suprema cuando ella era magistrada”.


La siempre ascendente carrera judicial de Margarita Cabello ha estado acompañada por las sombras de sus amigos políticos. Algunas de sus decisiones parecen encaminadas a favorecerlos. En la cúspide de su carrera la procuradora general ha guardado silencio frente a las intervenciones del presidente Iván Duque en la campaña electoral. Ella argumenta que no tiene competencia disciplinaria sobre el mandatario, pero sí tiene la posibilidad de llamarle la atención como lo han hecho muchos de sus antecesores, incluyendo a Alejandro Ordóñez quien le envió una enérgica carta a Juan Manuel Santos cuando el entonces presidente participó en una reunión que el jefe del Ministerio Público consideró política.


La procuradora tampoco dijo nada sobre la deliberación política del comandante del Ejército, general Eduardo Enrique Zapateiro, quien a través de Twitter quiso convertirse en el contradictor del candidato presidencial Gustavo Petro. En cambio procedió en horas a suspender al alcalde de Medellín Daniel Quintero, quien también participó en política pero a favor de Petro. Para disimular el evidente doble rasero la procuradora tumbó en la misma resolución a un peso pesado del petrismo, el alcalde Quintero y a un peso mosca del fiquisimo, el alcalde de Ibagué Andrés Fabián Hurtado. 


No se necesita deshojar margaritas para saber a quién quiere la procuradora.
 

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