Isabel Zuleta, la piedra en el zapato de Sergio Fajardo
9 Mayo 2022

Isabel Zuleta, la piedra en el zapato de Sergio Fajardo

Isabel Zuleta y Sergio Fajardo son viejos conocidos políticos.

Crédito: Colprensa

Un video en el que la senadora del Pacto Histórico dijo que haber "quemado" al candidato de la coalición Centro Esperanza fue "una tarea dura" revivió una vieja pelea que tiene sus orígenes en el debate alrededor de la construcción de la planta de Hidroituango, específicamente en los años en los que Fajardo era gobernador de Antioquia.

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La campaña presidencial ha estado marcada en gran parte por las múltiples denuncias de “jugar sucio”. Los señalamientos vienen y van, de bando y bando, y el último de ellos se dio esta semana tras la aparición de un video en el que se ve a la senadora electa Isabel Zuleta, del Pacto Histórico, hablando sobre el candidato de la Coalición Centro Esperanza Sergio Fajardo.

"A Fajardo lo quemamos y fue una tarea dura, hasta en Procuraduría y Contraloría. Fue una tarea dura de demostrar que ese tipo no puede estar en la presidencia”, dice en el video la senadora, palabras que han sido interpretadas, por varios voceros del centro, como un acto de campaña sucia. Además, la parlamentaria se refiere a una estrategia para frenar el crecimiento del candidato de la coalición Equipo por Colombia, Fico Gutiérrez.

 

 

 

Vale la pena recordar que Isabel Zuleta y Sergio Fajardo son viejos conocidos. Desde 2008, la hoy senadora por el Pacto Histórico cazó una pelea con el entonces gobernador de Antioquia por el desarrollo del proyecto hidroeléctrico de Hidroituango. En ese entonces, Zuleta era integrante del movimiento Ríos Vivos, que se opuso con fuerza a la construcción de la obra por las afectaciones que podría ocasionar al río Cauca.

La relación de Zuleta con el “Patrón Mono” (como se le llama al río Cauca) se remonta a su niñez. Nacida en Ituango el 12 de abril de 1982, vivió en este municipio hasta los 14 años, cuando salió desplazada. Años después, se mudó a Medellín, al haber sido aceptada en los programas de sociología e historia en la Universidad de Antioquia. Fue en la capital antioqueña donde escuchó por primera vez sobre el proyecto de Hidroituango, la presa más grande de Colombia. 

Zuleta se convirtió entonces en la principal piedra en el zapato del megaproyecto Hidroituango. Conformó en 2008 el movimiento Ríos Vivos y desde allí convocó a manifestaciones pacíficas y bloqueos contra la obra. Los objetivos de sus ataques eran EPM, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) y la Gobernación de Antioquia. Las críticas se centraban –en su mayoría– en los daños ambientales que podría ocasionar la presa, como las inundaciones, los deslizamientos de tierra, la deforestación, la contaminación y la muerte masiva de peces; sin contar las denuncias sobre el poco acceso a información por parte de la población local y la creciente presencia militar por parte de la fuerzas armadas en todos los municipios impactados por el megaproyecto.

Pero fue en 2013 cuando su nombre ganó notoriedad. Después de haber participado en varias manifestaciones, y luego de haber sido retenida ilegalmente por EPM, la organización Ríos Vivos convocó a una gran movilización en oposición a Hidroituango. La protesta, efectuada en marzo, buscaba, entre otras cosas, denunciar un supuesto incumplimiento por parte de EPM y la Gobernación de Antioquia (entonces liderada por Sergio Fajardo) de los acuerdos suscritos con los pobladores locales. 

Decenas de afectados por el proyecto viajaron a Medellín y se asentaron en el coliseo deportivo de la Universidad de Antioquia durante ocho meses. Exigieron lo mismo: ser escuchados. Lograron reunirse con varios funcionarios, entre ellos, delegados de la Gobernación y de EPM. Sin embargo, el gran ausente fue Sergio Fajardo, quien, en palabras de Zuleta, “nunca les dio la cara”.

Pero a pesar de los esfuerzos de las organizaciones sociales y las comunidades afectadas, la obra de Hidroituango avanzaba a paso lento, pero firme. En marzo de 2018, EPM y la Gobernación de Antioquia anunciaron con orgullo que el proyecto de Hidroituango se entregaría a finales del año. Pero en abril, las caudalosas aguas del río Cauca, cargadas de piedras, troncos y desechos, taponaron uno de los túneles de desviación de la futura represa. Horas más tarde la misma fuerza del río logró destrabar el tapón. Dos días después sucedió lo mismo, pero con más intensidad. Comenzaron los problemas.

Hidroituango

Al poco tiempo, la emergencia se agudizó: el 12 de mayo el destaponamiento de uno de los túneles provocó una crecida del río Cauca, afectando seriamente a los habitantes de Puerto Valdivia. Luego, el 16 de mayo se presentó una fuerte fuga de agua dentro de uno de los túneles que conectan con el cuarto de máquinas. EPM urgió a sus trabajadores a irse de la zona, que se declaró en alerta roja: miles de familias huyeron, otras fueron evacuadas por las autoridades (más de siete mil personas) y todas llegaron a albergues improvisados.

Mientras tanto, en Hidroituango se libraba una carrera para evitar una tragedia aún mayor: si el embalse superaba la presa, que aún estaba sin terminar, el agua podría debilitar la estructura hasta el punto del colapso. Fue solo el 1 de junio cuando se anunció la culminación del vertedero, que permitió desde entonces evacuar de forma controlada el agua del embalse por medio de sus cuatro compuertas. 

“Empezamos una movilización desde 2010. En 2011 logramos bloquear la obra de Hidroituango con las comunidades (…) A la gente le preocupaba la estabilidad de las montañas porque sabían que la presión del agua representaba un riego para las mismas”, manifestó en su momento Zuleta en una entrevista radial.

Un año después, las cosas no mejoraron en Hidroituango. Esta vez, una nueva emergencia se dio en enero de 2019, luego de que se reportara un socavón y se ordenara el cierre de compuertas de la casa de máquinas. La decisión redujo el caudal del río Cauca en hasta 80 por ciento; lo cual, además de provocar una tragedia ambiental, afectó una vez más a los municipios aledaños que dependen en gran parte de la pesca.

“El dolor más grande que uno puede sentir es que maten el río con absoluta impunidad –comentó Zuleta–. Me duele que Colombia sea tan miserable y permita este crimen ambiental. El llamado es a que las personas entiendan la importancia de un río y que no permitan que esto vuelva a pasar en el país”.

 

Su llegada al Pacto Histórico y sus nuevas peleas con Fajardo

El trabajo de Zuleta fue reconocido por varias organizaciones internacionales. Durante las protestas por el Paro Nacional de 2021, acompañó a los integrantes de la primera línea durante las manifestaciones y fue una activista vocal contra el gobierno de Iván Duque. Ese mismo año, Zuleta aceptó la propuesta de Gustavo Petro de unirse al partido Colombia Humana, el cual le dio el aval para participar en la coalición del Pacto Histórico al Senado de la República.

Al tiempo que Zuleta movía su campaña política, en los despachos de la Contraloría se movía un expediente en contra de Sergio Fajardo y otros 22 actores, entre personas naturales y jurídicas, por las irregularidades encontradas en Hidroituango, específicamente por los hechos “que contribuyeron a poner en una situación de vulnerabilidad el proyecto y que finalmente desencadenaron la contingencia de 2018". 

Fajardo dijo en su momento que se trataba de una persecución política por estar en campaña. Zuleta, por su parte, cuestionó esta postura y dijo que no era cierto. “La denuncia la radicamos nosotros en el año 2016 para delitos ambientales, después se han venido sumando otras situaciones”, expresó en una entrevista en radio.

Los choques entre Zuleta y Fajardo incrementaron conforme se acercaban los meses decisivos de la campaña. A finales de febrero de este año –antes de las consultas de coaliciones y las elecciones legislativas del 13 de marzo– ambos se encontraron en Ituango y protagonizaron un hecho que se hizo viral. En un video quedó registrado cómo la entonces candidata al Senado cuestionó en público a Fajardo en medio de un encuentro de su campaña con la comunidad, en especial por su rol como gobernador de Antioquia frente los impactos ambientales y sociales de la megaobra. 

Fajardo argumentó que Hidroituango ya estaba en marcha cuando él llegó a la Gobernación, pero ella lo interrumpió en más de una ocasión cuando él trataba de hablar. Fue abucheada por un sector del público, que entendió sus intervenciones como un irrespeto al candidato presidencial.

Fajardo, por su parte, había guardado casi absoluto silencio en sus redes sociales ante los pronunciamientos de la senadora. Solo en 2021 compartió un artículo titulado “La metamorfosis de Isabel Zuleta y el todo vale de Petro”. No obstante, sobre la supuesta campaña para “quemarlo”, aparentemente ideado por el Pacto Histórico, publicó un trino en el que dio por hecho que la estrategia era real y que esto era por ser “una amenaza muy grande”.

 

 

El video que salió en redes donde confiesan que buscaban acabarme corrobora la campaña sistemática para eliminarme de lo político y de lo público. Yo soy una amenaza muy grande, con nosotros lo corruptos no entran al poder.

Zuleta, por su parte, respondió ante los cuestionamientos no solo de Fajardo, sino de otros políticos como Juan Manuel Galán, Juan Fernando Cristo o Federico Gutiérrez, y dijo que la expresión “quemar” era algo “coloquial”, en referencia a las elecciones presidenciales que se están viviendo. Además, dijo que a lo que se refería con una "tarea dura" era el denunciar el rol de Sergio Fajardo en las emergencias de Hidroituango.

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