La billetera política de Petro: ¿cómo están las cuentas para el otro año?
18 Diciembre 2022

La billetera política de Petro: ¿cómo están las cuentas para el otro año?

Crédito: Fotoilustración de Yamith Mariño

El gasto en cuotas burocráticas y el sacrificio de ambición en las reformas han sido altos para que el gobierno mantenga las mayorías en el Congreso. Sin embargo, el 2023, que es año electoral, parece ser más retador para la reforma pensional, de salud, laboral y el Plan de Desarrollo. ¿Cómo están las finanzas políticas del gobierno Petro?

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El primer periodo legislativo terminó el pasado 16 de diciembre con un balance positivo para el gobierno nacional. Las grandes reformas que se fueron radicando en el Congreso, al poco tiempo de la posesión presidencial, se aprobaron o avanzaron sin mayores inconvenientes:

  • Reforma tributaria: aprobada y sancionada por el presidente.
  • Marco jurídico para la paz total: aprobada y sancionada por el presidente.
  • Creación del Ministerio de la Igualdad: aprobada por Senado y Cámara, a falta de sanción presidencial.
  • Reforma política: aprobada en sus primeros cuatro debates en el Congreso y conciliada en ambas corporaciones.

Además, avanzaron de manera rápida y cómoda otras iniciativas importantes para el gobierno, como la ratificación del Acuerdo de Escazú y la creación de la Jurisdicción Agraria. En general, hay un reporte favorable para los intereses del Ejecutivo en el primer periodo legislativo, que normalmente es de luna de miel entre el gobierno y las mayorías del Congreso.

Sin embargo, como todo balance financiero, en este caso político, aunque las ganancias para el gobierno Petro son significativas, no se pueden ocultar los costos e invitan a revisar el presupuesto para 2023, que, así como en lo económico, parece ser de recesión o, por lo menos, de desaceleración. ¿Por qué?

2023: reformas ambiciosas y aliados cautelosos

Si en el primer periodo legislativo del actual Congreso se debatieron reformas profundas, para el próximo año la apuesta del gobierno es, por lo menos, igual o incluso más ambiciosa, tanto así que, según fuentes consultadas por CAMBIO, el presidente Petro llamará a sesiones extraordinarias, es decir, que los congresistas volverían de su receso en febrero y no en marzo de 2023.

Dentro de las reformas más grandes que se encargará de discutir el Congreso el próximo año están:

  • El Plan Nacional de Desarrollo
  • La reforma a la salud
  • La reforma laboral
  • La reforma pensional
  • Nuevo Código Electoral
  • Segunda ronda de debates a la reforma política

De las anteriores iniciativas, las que más desgastarán el capital político del gobierno Petro serán la transformación del sistema de salud, los cambios al régimen pensional colombiano y la reforma política en su segunda vuelta.

Además, aunque la reforma política sigue con vida, las discusiones que tuvo en el Senado y la Cámara durante la última semana dejaron ver las tensiones con el gobierno que tiene la Alianza Verde y algunos congresistas de las otras fuerzas de la coalición. Varios de ellos han expresado su intención de no apoyar este acto legislativo, como Katherine Miranda, Inti Asprilla, JotaPe Hernández y María José Pizarro. Además, las críticas podrían hacer eco en las bancadas liberales, conservadoras y del Partido de la U, poniendo en riesgo la efectividad de la aplanadora del presidente en el Congreso.

La alta inversión en capital político que el Gobierno tendrá que hacer para sacar adelante esas iniciativas se suma a otro factor importante: 2023 es año electoral. Lo anterior implica que los apoyos de todos los partidos políticos se cotizarán al alza, pues cada movimiento podría ser premiado o castigado por los electores en las urnas.

Por ello, 2023 será de desaceleración en el apoyo dentro al Ejecutivo por parte de todas las fuerzas políticas que integran la coalición. Aún así, no será la primera vez que el Gobierno tenga enfrentar y conjurar la rebeldía de sus aliados, pero ¿será suficiente?

El “método del Pacto”

Aunque el presidente Petro logró consolidar una mayoría abrumadora en el Congreso, con la inclusión accidentada del Partido Liberal y la sorpresiva adhesión del Partido Conservador y de La U, lo que se ha aprobado en el Congreso no ha sido exactamente lo que tenía planeado.

En proyectos como la reforma tributaria, el Ejecutivo tuvo que ceder en puntos como los impuestos a las pensiones altas y a las iglesias, luego de las amenazas de votar negativamente de liberales y conservadores, principalmente. Hasta el ministro Ocampo tuvo que hacer cumbres con estos partidos para despejar cualquier amenaza de falta de apoyo al proyecto clave del Gobierno.

En diálogo con CAMBIO, la senadora del Pacto Histórico, Clara López, manifestó que, aunque la coalición de Gobierno es mayoritaria, ha sido también “deliberativa, porque ha primado el debate y la discusión”. Además, destacó la inclusión de las recomendaciones de la oposición en proyectos como la reforma tributaria.

Según López, existe un “método del Pacto”, que consiste en “diálogo y construcción de acuerdos, en donde se tiene que ceder de parte y parte sin renunciar a los principios del programa de Gobierno”. Por ello, confía en que para el próximo año la coalición siga siendo "fuerte y unida".

El senador Wilson Arias reconoció que el distanciamiento de los partidos tradicionales de la coalición de gobierno es una posibilidad para el próximo año. También afirmó que los cambios de "largo aliento" que viene haciendo el gobierno se han realizado con el trabajo de un "espectro político amplio" y espera que se apoyo se mantenga:

"Yo espero que nuestros aliados sean tan inteligentes como para sabernos acompañar en esta política de largo aliento", dijo el senador vallecaucano.

Sin embargo, desde la oposición no se ha tenido una visión tan ‘romántica’ de los métodos del Gobierno. A partir de los nombramientos de ministros y altos funcionarios y, posteriormente, los anuncios de apoyo en el Congreso de los partidos hacia el Gobierno, desde sectores como el Centro Democrático se calificaron estas movidas políticas como mermelada.

Al revisar la cuota burocrática que se ha repartido entre los partidos tradicionales se nota la generosidad del Gobierno a pesar de que su apoyo en las elecciones fue nulo o incluso estuvieron en contra, como en el caso conservador. 

Cuota burocrática

Aún así, al cierre de este artículo, todavía le faltan puestos claves al presidente por nombrar, como lo son: la dirección de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, presidencia de Coljuegos, superintendente de Industria y Comercio, viceministros de Empleo y Pensiones del MinTrabajo, Talento y Apropiación Social del MinCiencia y el de Fomento Regional y Patrimonio del MinCultura. Además, también está pendiente la designación del gerente de RTVC y el director de la Unidad de Servicios Carcelarios y Penitenciarios (Uspec).

Sin muchos fondos burocráticos, el Gobierno también tendrá que echar mano del sacrificio de los puntos más controversiales de sus reformas para no perder las mayorías. Aunque podría tener una opción de crédito.

La reforma política: ¿un crédito para el Gobierno?

Son dos los parágrafos del texto de la reforma política que han avivado las críticas de varios sectores al considerarlos como dádivas para los congresistas y estratégicos para el Gobierno de cara a las elecciones de 2023.

Para profundizar

El primero de ellos es el que autoriza por única vez, dentro de los dos meses posteriores a la entrada en vigor del acto legislativo de la reforma política, que congresistas, diputados y concejales puedan cambiarse de partido sin incurrir en doble militancia. Lo mismo aplicaría a quienes hayan renunciado a su curul antes de la promulgación de la reforma, como Rodolfo Hernández.

Parágrafo transitorio

El senador Humberto de la Calle declaró al respecto: “El trasfuguismo, que era para el 2026, lo adelantaron para ahora. Todo esto va a incidir en las próximas elecciones de 2023, esto es realmente grave”.

Este parágrafo abre, sin duda, la posibilidad de que para las elecciones de octubre los políticos puedan saltar a los partidos que vean más convenientes electoralmente sin que haya lugar a ninguna sanción.

El otro parágrafo que desató la ira de varios congresistas es el que permite por una sola vez, posterior a la promulgación de la reforma, que los partidos organicen sus listas a las corporaciones de elección popular sin tener en cuenta la paridad de género y usando el mismo orden de elección del periodo constitucional más reciente. Para Katherine Miranda, lo anterior es un “orangután sin precedentes” e implica garantizar “la reelección del actual Congreso”.

Parágrafo transitorio 2

A pesar de que el proyecto vio sus horas más oscuras en la plenaria del 15 de diciembre, se salvó y podrá seguir su curso el próximo periodo legislativo. Sin embargo, consciente del costo que tuvo esta aprobación, el ministro Alfonso Prada anunció que en enero hará una cumbre con todos los partidos para tramitar las diferencias sobre la reforma política.

Con el cinturón apretado, el Gobierno nacional tendrá que reorganizar su presupuesto político de cara al 2023 para evitar que su aplanadora legislativa se convierta en una tímida suma de voluntades.

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