18 Octubre 2022

Carlos Enrique Cavelier, un empresario soñador

En su libro 'Coordinando sueños', el empresario y humanista Carlos Enrique Cavelier cuenta la historia de La Alquería, una empresa lechera familiar que aprendió a crecer en escenarios no siempre favorables.

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Carlos Enrique Cavelier

Esta tarde de lanza en el Gimnasio Moderno de Bogotá el libro Coordinando sueños, escrito por el empresario Carlos Enrique Cavelier, quien cuenta no solo con una gran experiencia al frente de La Alquería, una de las grandes productoras de leche de Colombia, sino también una formación como humanista.

En este libro Cavelier cuenta cómo La Alquería pasó de ser un pequeño negocio familiar que se manejaba casi que desde la informalidad hasta convertirse en una empresa moderna. También cuenta los esfuerzos que han hecho para que sea sostenible como empresa y en su relación con el medioambiente. CAMBIO converszó con el autor.

CAMBIO. ¿Por qué decidió contar la historia de su empresa?


Carlos Enrique Cavelier. La verdad me pasó durante varios años como en el chiste del gamín que ‘le volvían a dar ganas de ir a Mayami’, pues hace unos años había ya escrito un par de libros y el tema me tenia picoso. Me llamaron de Planeta y hace dos años, finalmente, me puse fechas. Yo quería hacer inicialmente un libro de dichos populares que tengo anotados y volverlos lecciones de gerencia y de vida por el test del tiempo que tienen; esto, sin embargo, no le caló a la editora, pero sí le colé unos cuantos. Me insistió en lo de escribir un libro sobre mi experiencia, y decidí en tires y aflojes con ella hacerlo sobre la historia de La Alqueria. Siempre he adorado la docencia y quería extender muchos aprendizajes sobre gerencia, emprendimiento y la vida a mucha gente; eso siempre queda.


CAMBIO. Algo que llama la atención es que usted le da igual importancia (o a veces más) a los momentos adversos y a los errores o falencias que a los momentos de gloria y sus aciertos. ¿Eso tiene alguna finalidad?

C.E.C.
No me había dado cuenta conscientemente …pero sí es claro que uno aprende mucho más en las duras y maduras. Y trato que este libro sea de enseñanzas de la experiencia en la calle. Todo el mundo quiere Disney y comer perdices. No sé si la educación francesa con su dureza pero amplitud lo enfoca a uno en resaltar esos aprendizajes de los ‘drames psychologiques’. Por lo demás, hay una frase de Michael Dell que dice que “hay que celebrar los triunfos tres microsegundos y pasar al siguiente reto”. También le oí a Jorge Valdano que en su llegada al Real se extrañó que no festejaran particularmente su primera copa allí, sino que le dijeron que en el Real Madrid lo normal era ganar y al día siguiente había que levantarse a entrenar para ganar la siguiente.

CAMBIO. Es notable su capacidad no solo para argumentar y explicar sino también para narrar. ¿A usted le atrae la escritura literaria?


C.E.C.:Tampoco lo había pensado. Creo que mi clavada aprendiendo inglés hace varios siglos con unas muy buenas profesoras de redacción ayudaron mucho. Luego, escribí en el periódico de la universidad y más tarde en el diario La Prensa durante dos años. Sí publiqué esos tres libros que señalé arriba en 1992. Pero lo que lo forma a uno para escribir, creo es la lectura, otra obviedad. Tuve en Harvard en un curso ejecutivo un profesor de historia de negocios/biografías de gerentes extraordinarios que era un escritor muy, muy ameno y le releí su obra un par de veces; él sí me formó mucho en el silencio de la lectura y la reflexión.

CAMBIO. ¿En su concepto qué puede aportarle al país en este momento tan crucial una historia como la de La Alqueria?

C.E.C.: 
Es una pregunta compleja, pues –it takes one to know one– cuando fui algo de izquierda en la universidad las compañías me producían absoluta roncha. Yo quise trabajar en el gobierno hasta que el destino me botó a la compañía como está descrito en el libro. Tal vez por ello nos hemos empeñado en construir más que una empresa tradicional, una organización que sirva un propósito mucho más allá de generar retornos financieros, de ahí el epígrafe sobre Ben&Jerry’s. Pero no se puede uno equivocar: sin retornos financieros no hay nada más, son los glóbulos blancos que tenemos que producir para vivir, pero nadie vive contándoselos mensual o trimestralmente. Vivimos para disfrutar la vida como ello se quiera entender para cada cual. De ahí las organizaciones con propósito. Una más sobre los retornos financieros tan puestos en la mira en este momento: Marx es claro en El Capital que la súper estructura económica es la más importante de todas…es la base y sin ella no hay estructura social, política, cultural. solo los chinos, que son más pragmáticos que los gringos, lo han entendido muy claramente. Ni rusos, ni cubanos, ni norcoreanos lo han hecho. Los vietnamitas sí…

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