El cese bilateral echará a la caneca cinco meses de avances militares en el Cauca

En las últimas dos semanas, el presidente Gustavo Petro le había ordenado al ministro de Defensa, Iván Velásquez, y a los integrantes de la cúpula militar, no detener la ofensiva militar para recuperar el control del Cañón del Micay, un corredor estratégico para la salida de cargamentos de droga hacía el Océano Pacífico.

Desde el mes de junio, cerca de dos mil integrantes de las Fuerzas Militares iniciaron la llamada Operación Trueno, con el principal objetivo de quitarle el control de la zona al frente Carlos Patiño, del Estado Mayor Central, columna Diomer Cortez, de la Segunda Marquetalia e integrantes del ELN.

Según las autoridades, estos tres grupos ilegales han sido responsables de confinamientos, desplazamientos, amenazas y la acción de minas antipersonales, que han sufrido por varias décadas los habitantes del municipio El Plateado, zona rural de Argelia, Cauca. 

Esta es una de las zonas con mayor presencia de cultivos de coca y marihuana, que son el motor de la economía de la región, por la falta de presencia del Estado y el total control de los grupos ilegales que han impuestos sus reglas en la región.

El martes 3 de octubre, el presidente Gustavo Petro visitó El Tambo, Cauca, para el lanzamiento de la nueva política contra las drogas. Allí le reiteró su mensaje a los uniformados: “Yo he dado la orden a todos los miembros del Ejército de tomar El Plateado. Yo la di después de que habían matado a policías por allá en otros pueblos. La di porque esta economía no puede seguir financiando la muerte de la sociedad colombiana, no nos podemos vestir de revolucionarios y ser traquetos en el alma”.

Pero ese mensaje, al parecer, tuvo un fuerte cambio en una reunión que el presidente sostuvo el jueves 5 de octubre con el ministro de Defensa, Iván Velásquez, y el Alto Comisionado para la Paz, donde se estudió un primer borrador de cese al fuego.

Los avances de la operación Trueno

Para los altos mandos, la decisión de detener la operación Trueno puede ser un golpe duro para el estado de ánimo de los uniformados, que han trabajado sin descanso por lograr el objetivo de tener el control total de la región. 

Durante los últimos cuatro meses han sido capturados más de veinte integrantes del frente Carlos Patiño y diez de la Diomer Cortez. Además, han podido recuperar a siete menores que habían sido reclutados de manera ilegal.

Los uniformados han podido desactivar cerca de 620 minas antipersonales y 28 campos minados, que habían sido plantados por los grupos ilegales, además de la incautación de 16 cilindros bomba y cinco rampas de lanzamiento.

En la ofensiva militar han sostenido más de treinta combates, en los que han muerto dos uniformados y 35 han resultado heridos por armas de fuego y esquirlas de explosivos.

Según las Fuerzas Militares, ya se tiene el control de más del 45 por ciento de la zona, con la destrucción de varios campamentos, incautación de armas, material de intendencia  y equipos de comunicación fundamentales por los grupos ilegales.

La decisión de decretar el cese fuego será estudiada por el presidente Petro, el ministro de Defensa y la cúpula militar este lunes, 9 de octubre, donde revisarán los avances de la operación Trueno. Según los altos mandos, sería un retroceso en la ofensiva militar, porque solo podría continuar hasta el domingo 16 de octubre, cuando se debe parar toda acción ofensiva en el Cauca.