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El poder de las disidencias en las zonas donde se levantó el cese al fuego
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En la zona hacen presencia seis frentes guerrilleros del Estado Mayor Central con injerencia en los departamentos de Cauca, Nariño y Valle del Cauca, quienes para las Fuerzas Militares no han detenido sus acciones terroristas. Esta es una radiografía de la zona.
Por: Javier Patiño C.
El presidente Gustavo Petro ordenó levantar el cese al fuego con el Estado Mayor Central, de las disidencias de las Farc, tras un ataque contra las comunidades del resguardo indígena de Tacueyó, en Toribio, Cauca.
Para las autoridades esta acción terrorista no ha sido la única que el grupo ilegal ha realizado en el suroccidente del país, donde han documentado más de 60 infracciones al cese al fuego.
Según un informe de inteligencia, durante lo corrido del 2024 se han reclutado 50 menores que han sido sacados de varios resguardos indígenas hacia otros departamentos para alejarlos de sus familillas.
Además, se han presentado más de 20 asonadas realizadas por las comunidades en varios municipios del Cauca y Nariño, en las que han resultado heridos varios uniformados y civiles. Estas protestas se han realizado para evitar la erradicación de cultivos y la captura de cabecillas del grupo armado.
Influencia en el Cauca
La región con mayor presencia de integrantes del Estado Mayor Central, bajo el mando de alias Iván Mordisco, es el departamento del Cauca, que comenzó con un disputa en la parte norte con el ELN, donde los frentes Dagoberto Ramos y Jaime Martínez que tomaron el control de los municipios Miranda, Corinto, Caloto y Toribio.
En la costa pacífica caucana hace presencia el frente 30, encargado de recibir los cargamentos de cocaína y marihuana que son extraídos de las cerca de 40.000 hectáreas que son cultivadas por los campesinos de la región.
De igual forma, hay presencia del frente Carlos Patiño, que fue enviado al sur, en la zona del Patía, Argelia y Balboa. Su principal objetivo es mantener el control del cañón del Micay, en especial en el corregimiento de El Plateado, que ha generado fuertes disputas con la fuerza pública.
Es algo común ver a los miembros de estos frentes patrullando por las calles de los municipios y recogiendo el cobro de las extorsiones. “Es algo muy delicado que ocurre todos los días, que infringe todas las normas del DIH. Se aprovechan que hay cese al fuego y no hay presencia del Ejército, con la excusa que van a fortalecer la seguridad de la zona”, denuncia un habitante de la zona.
El miedo en Nariño
En Nariño, el Acuerdo de paz que realizó el Gobierno Nacional con los delegados de las Farc nunca ha sido realidad. La presencia del frente Franco Benavidez y la Urías Rondón ha afectado la tranquilidad de varios municipios del departamento.
En Barbacoas, Llorente y Samaniego actualmente tienen una fuerte confrontación con el ELN y la Segunda Marquetalia por los puntos estratégicos y las salidas al mar.
“Estas confrontaciones han llevado al desplazamiento y confinamiento de cientos de familias que huyen para no ser víctimas de la confrontaciones entre los grupos ilegales”, enfatiza un informe de la Defensoría del Pueblo.
La infuencia en el Valle del Cauca
El objetivo de tomar el control de más zonas en el suroccidente del país ha llevado a las disidencias a ingresar a varios municipios del sur del departamento del Valle del Cauca.
Además, el frente Adán Izquierdo ha afectado la tranquilidad de varios municipios en el centro del Valle como Cerrito, Buga, Tuluá y Sevilla.
La zona donde ejercen mayor control es el municipio de Jamundí, donde los habitantes viven bajo el temor de las armas. Son la autoridad de la región realizando retenes ilegales, secuestros, asesinatos, trafico de drogas, pero especialmente el de carnetizar y dar permisos para transitar por los corregimientos cercanos.
El poder es dado por los integrantes del frente Jaime Martínez que han impuesto multas en efectivo y someter a trabajos forzados en una carretera que une a Buenaventura con la región de El Naya para permitir la rápida salida de los cargamentos de coca al Océano Pacífico.
Para los organismos en defensa de la población civil es importante realizar acciones urgentes por parte de las autoridades gubernamentales y la fuerza pública para proteger a los ciudadanos frente a las amenazas de los grupos armados.
