Una teniente se ha convertido en el dolor de cabeza del Clan del Golfo en el Bajo Cauca antioqueño

Crédito: Ejército Nacional

Una teniente se ha convertido en el dolor de cabeza del Clan del Golfo en el Bajo Cauca antioqueño

La oficial Paola Quintero, al mando de 26 uniformados, ha sido la encargada de dirigir las operaciones contra el Clan del Golfo en el Bajo Cauca. La última semana, su unidad fue la artífice de la captura de dos importantes cabecillas del grupo ilegal. ¿Cómo lo logró?

Por: Javier Patiño C.

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Esta semana, el Ejército Nacional dio con tres importantes cabecillas del Clan del Golfo que operaban en el bajo Cauca anquioqueño: alias Darío, alías Tejada y alias Arnold. La artífice de esta maniobra, que afectó a la subestructura Julio César Vargas, fue una mujer, la teniente Paola Quintero, quien organizó el operativo, al mando de 26 hombres.

De niña, Paola Quintero soñaba con vestir de camuflado, inspirada en los miembros del Ejército que pasaban caminando por las calles de su natal Cúcuta, durante los desfiles del 20 de julio y el 7 de agosto, a los que acudía de madrugaba, para estar en primera fila y no perder detalle del evento.

Antes de graduarse de bachiller, conoció a quien le ayudó a decidirse, un suboficial que llegó a vivir al apartamento contiguo a su casa y en corto tiempo le despejó todas las dudas. Incluso, la acompañó a inscribirse a la Escuela de Cadetes José María Córdoba en Bogotá.

“Desde muy niña, soñaba con pertenecer a esta institución y, gracias al apoyo de mi padrino, de sus consejos, pude conocer todas las capacidades con las que cuenta el Ejercito Nacional”, le dijo a CAMBIO la teniente.

Luego de varios años de estudio y entrenamiento, tomó la decisión de hacer parte del arma de caballería, y se destacó entre sus compañeros por su don de mando, que llamó la atención de sus superiores, que le vieron la suficiente destreza para ser enviada a zonas de conflicto. 

Sus primeras misiones las realizó en el Grupo de Caballería encañizado José Miguel Silva Plazas, en Duitama, Boyacá, donde realizó varios operativos contra los integrantes del ELN, incautando varios fusiles y municiones que pretendían ingresar al departamento de Arauca.

“Como mujer es muy importante demostrar que tenemos las mismas capacidades que los hombres. A pesar de que somos pocas en las áreas críticas, nuestro trabajo para proteger a todos los ciudadanos frente a las amenazas que impiden su tranquilidad, habla por sí solo”, dice la oficial. 

militares

Varios meses, fue asignada a la Fuerza de Tarea Conjunta Aquiles, que combate en el norte del departamento de Antioquia, con la misión de coordinar un grupo especial de 26 uniformados.

El comandante de la unidad le encargó, por sus conocimientos en inteligencia y combate, identificar los movimientos de la subestructura Julio César Vargas, del Clan del Golfo.

Durante varios meses persiguió los movimientos de los cabecillas de la organización ilegal, aprendiendo cómo se movían y en qué viviendas se escondían de las operaciones militares.

La paciencia y la persistencia le dieron frutos. El lunes  25 de septiembre, en zona rural del municipio de Valdivia, Antioquia, su unidad encontró, escondido en una vereda, a alias Darío, cabecilla de la subestructura Julio César Vargas, perteneciente al Clan del Golfo. Darío era requerido por los delitos de porte ilegal de armas, tráfico y porte de prendas de uso privativo de las Fuerzas Militares.

Pero no era momento de cantar victoria. Inteligencia le informó que muy cerca se encontraba otro de los objetivos de la estructura armada. La teniente recibió las nuevas órdenes y se desplazó con sus hombres a continuar la operación. “Con mis hombres realizamos un desplazamiento motorizado a un punto determinado. Allí organizamos la seguridad del sector y realizamos una infiltración a 200 metros del objetivo, donde, con la ayuda y el direccionamiento de mis superiores, procedimos a organizar el planeamiento en los puntos críticos, para realizar las acciones sobre el objetivo”, recuerda la uniformada.

A las ocho de la mañana del martes 26 de septiembre, la teniente y sus hombres sostuvieron un combate de varios minutos, luego del cual decomisaron 14 fusiles, una subametralladora 9 milímetros, un revólver calibre 38, material de intendencia, material de comunicaciones y 8 capturados, entre ellos dos cabecillas más (alias Tejada y alias Arnold) y una mujer.

“Luego –recuerda la teniente– realizamos un registro perimétrico, y encontramos un delincuente herido, a quien le brindamos los primeros auxilios para posteriormente llevarlo a un centro médico de Caucasia”.

Mujer de pocas palabras, humilde a la hora de reconocer su valor, la teniente Quintero se limita a contar los hechos como suceden, sin agregar adjetivos, sin contar algo de más. Solo dice sentirse orgullosa de poder hacer parte de este tipo de operaciones. “Solo sé que estoy aportando un granito de arena para la seguridad de todo el pueblo colombiano”.

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