5G: ¿Qué ha pasado y a dónde vamos?

Crédito: Freepik

13 Diciembre 2023

5G: ¿Qué ha pasado y a dónde vamos?

Ya han pasado casi tres años desde que se licitó el primer espectro para 5G en Latinoamérica (Chile en enero del 2021), ¿qué ha sucedido desde entonces?, ¿se han cumplido todas las promesas relacionadas con el lanzamiento de dicha tecnología?, ¿cómo estamos con relación a otras regiones del mundo?

Por: Miguel Calderón Lelo de Larrea

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

El 5G, o quinta generación de tecnología móvil, representa la evolución natural de los sistemas móviles y se define como una tecnología de red inalámbrica que transformará positivamente nuestras vidas y la actividad de las empresas gracias a un aumento significativo de la capacidad de red para que los usuarios disfruten de mayor rapidez (de 20 a 100 Mbps en el corto plazo), incluso en lugares de alta congestión. 

Su gran diferencial está en la latencia o tiempo de respuesta, el cual disminuirá a pocos milisegundos. Es decir, el tiempo entre realizar una acción (ej. mover un personaje en un videojuego) y obtener esa respuesta, la cuál será muy reducida. Su baja latencia y altas velocidades serán también esenciales para las empresas, ya que podrán desarrollar soluciones que beneficiarán su productividad y los acercarán a la economía digital, a la Industria 4.0 y al Internet de las Cosas (IoT).

En la huella de Telefónica en la región, seis países han asignado, o están en proceso de asignar espectro para 5G en la banda de 3.5 GHz (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Uruguay), en cuatro de ellos Telefónica ya ofrece servicios de 5G al público.

De acuerdo con el último Ericsson Mobility Report , 28 millones de usuarios ya usan 5G y el 5% de todo el tráfico de la región se transporta utilizando dicha tecnología. Sin embargo, Latinoamérica se encuentra muy por debajo de otras regiones como Norteamérica, Europa o China, donde los porcentajes de penetración ya superan el 20%.

Telefónica

Los tiempos de despliegue de esta nueva tecnología se ven afectados por varios factores. Primero, un cambio tecnológico se justifica cuando las redes actuales dejan de satisfacer adecuadamente las necesidades de los clientes, una situación que en muchos lugares todavía no ha ocurrido. Por tanto, hoy nuestro principal desafío sigue siendo el avanzar hacia una conectividad masiva e inclusiva, tanto en el hogar como en el mundo móvil, sobre todo en zonas rurales, continuando con el despliegue 4G y de fibra óptica. 

Las redes de 5G que hoy se despliegan en la región son las llamadas 5G Non Stand Alone (5G NSA), tecnología que sigue utilizando el Core de 4G. En ese sentido, para que el futuro 5G sea posible será clave fortalecer la red 4G y también la fibra óptica, tecnologías esenciales para el despliegue de esta futura tecnología móvil, que permitirán interconectar las distintas antenas y poseer un mayor despliegue de torres o puntos de enlace.

Los casos de uso innovadores de 5G siguen siendo incipientes y más orientados al mercado B2B. Servicios como el Internet al Hogar, la automatización de robots, el coche conectado o el Internet de las Cosas ya se proveen actualmente con tecnologías 4 o 4.5G aunque con velocidades promedio por debajo de los 20 Mbps. Las aplicaciones que requieren altas velocidades y muy baja latencia como aplicaciones de salud (cirugías remotas), realidad aumentada o virtual y el coche autónomo, tienen una demanda baja actualmente o la tecnología no está completamente desarrollada.

Segundo, las redes 5G son una “falsa promesa” para la expectativa de cerrar la brecha digital que afecta a la población de América Latina. Si bien la tecnología 5G se puede implementar en cualquiera de las bandas móviles autorizadas existentes, en la totalidad de los casos se ha optado por un gran bloque contiguo de espectro (de 50 a 100 MHz) en la banda de 3.5 GHz, para poder soportar la gran demanda de tráfico con velocidades altas. Las características físicas de propagación de esta frecuencia hacen que los radios de cobertura sean unas cinco veces menores a aquellas bandas que se utilizan para dar cobertura rural.

Miguel Calderón Lelo de Larrea
Miguel Calderón Lelo de Larrea.
Foto: Telefónica. 

Tercero, otro problema que debe enfrentar el 5G es la sostenibilidad de su modelo de negocio en América Latina. Los niveles de ingreso de la industria de telecomunicaciones en Latam han decrecido en los últimos 10 años, al igual que el ingreso promedio por línea (ARPU), valores que son tan solo una tercera parte de los valores de mercados desarrollados; y, si bien los niveles de consumo de los clientes de Hispam son más bajos que los de países en los próximos años veremos un incremento importante en el consumo de datos pero que no necesariamente se traducirán en mayores ingresos para los operadores. Lo anterior conlleva a que el despliegue de una red 5G implicará costos e inversiones importantes para poder alcanzar la cobertura, soportar la alta capacidad de tráfico y permitir la baja latencia que caracterizan a las redes 5G. 

El insumo más importante para las redes y servicios móviles es el espectro radioeléctrico. En palabras sencillas, el espectro radioeléctrico es una porción del espacio aéreo donde se transmiten señales electromagnéticas que permiten nuestra comunicación de voz y datos. El espectro no tiene un valor por sí mismo, solo adquiere valor cuando alguien está dispuesto a invertir y desplegar redes de telecomunicaciones para poder prestar servicios sobre él. El espectro sin utilizar no genera valor en la sociedad.

Si el costo de este insumo esencial, el espectro, es mayor que la suma de todos los beneficios que puedan dar las inversiones necesarias para explotarlo, el resultado no es sostenible. En esta situación, no habría ningún interesado en desarrollar las redes de telecomunicaciones necesarias para proveer dichos servicios. Es importante que los operadores de telefonía móvil puedan adquirir el espectro que necesitan y conservar sus espectros actuales por un precio razonable. Esto les permitirá centrar sus esfuerzos e inversiones en la implementación de la tecnología 5G y ampliar la cobertura de la red móvil. Solo así los países podrán obtener todos los beneficios económicos del uso de la tecnología 5G.

En este sentido hemos tenido experiencias muy disímbolas. En Brasil, se privilegio la conectividad sobre la recaudación ya que el 83% del costo del espectro no se pagó a modo de honorarios de la licitación, sino a modo de inversiones para ampliar la cobertura de los servicios. Debido a esto, el despliegue del servicio de 5G en Brasil ha sido impresionante, a dos años de haberse realizado la licitación, ya se cubren 3.079 municipios y el servicio podría estar disponible en zonas en las que habitan 172 millones de brasileños equivalente al 81 por ciento de la población total.

Finalmente, las inversiones. Según el estudio “Brecha de conectividad y necesidades de inversión en América Latina y el Caribe”  elaborado por el cet.la y el BID, la inversión necesaria para conectar zonas remotas y rurales y cubrir al menos el 80% de la población con una red de última generación fija o móvil podría ascender hasta 125.462 millones de US$, lo que supondría un incremento de un 16% de inversión. Sin embargo, el sector de las telecomunicaciones tiene un problema de rentabilidad que limita su capacidad para realizar estas grandes inversiones.

De acuerdo con un estudio de NERA , son los grandes incrementos de tráfico lo que justifica las inversiones en 5G. “El tráfico de datos móvil en la región crecerá en los próximos años a una tasa anual promedio del 28%, siendo su principal causa el tráfico de vídeo en streaming, que pasó de ser un 29% del tráfico mundial de Internet en 2011 a ser el 66%, en 2022. Los analistas del mercado prevén que el tráfico de vídeo en streaming siga creciendo más que el del resto hasta llegar al 80% del tráfico mundial en 2028. El tráfico no está solamente muy concentrado en un único tipo de aplicación, sino también en unos pocos agentes de enorme tamaño a escala mundial: más de la mitad del tráfico de Internet de todo el mundo fue generado por tan sólo siete proveedores de servicios OTT: Google, Netflix, Facebook, Microsoft, Apple, Amazon y TikTok”.

El despliegue exitoso de 5G en la América Latina dependerá de la capacidad de los operadores de incrementar la rentabilidad de sus inversiones. Adicional a revisar que operadores y gobiernos puedan reducir los costos de despliegue e insumos, y no sobrecargar más los costos a los usuarios finales, se ha iniciado una discusión de si otros actores beneficiados por el ecosistema del 5G y el despliegue de fibra (ejemplo, los grandes OTTs) puedan contribuir de manera directa o indirecta al despliegue de las redes de telecomunicaciones fijas e inalámbricas que requiera la región.

La transformación del ecosistema a la que conlleva el 5G apenas ha comenzado.

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí