“Dejamos una nueva ciudadanía en Jamundí”: Andrés Felipe Ramírez

¿Cuáles son los tres proyectos a los que su administración llamó Planes Huella y por qué se decidió enfocar en estos esfuerzos?

Jamundí necesitaba iniciar una transformación urbanística que lo pusiera a la par de las ciudades intermedias del departamento, pues ha sido el municipio con mayor crecimiento habitacional durante los últimos 20 años, pero se empezó a quedar estancado en el tiempo. Es por eso que, desarrollando el plan de desarrollo, nos propusimos iniciar ese camino para convertirnos en ciudad y pensamos en unas acciones que pudieran detonar el desarrollo. Allí nacen los Planes Huella, que son un conjunto de proyectos que se planearon a partir de procesos de acupuntura urbana y que podrían convertirse en referentes. Y los enfocamos en tres temáticas estratégicas: vías, educación y centro histórico. Como son grupos de proyectos, los llamamos Planes Huella, porque el otro reto era consolidar una narrativa de gobierno y de ciudad. Les llamamos Vías para el Desarrollo, Centro para la Felicidad y Educación para las Oportunidades, y en torno a eso centramos nuestro actuar en el gobierno, sin descuidar lo social y empezar a generar institucionalidad, que era otra de las deudas del municipio.

¿La gran obra de su administración es la intervención a plaza de mercado? ¿Por qué fue un proyecto tan particular?

Yo crecí a tres cuadras de la plaza de mercado y recuerdo que anhelaba que llegara el día de mercado para ir a ese lugar y acompañar a mi mamá. Un día me iban a raptar y fue una persona de la plaza quien identificó que eso estaba pasando y me devolvió a mi familia. Así, mi conexión con ese lugar se fortaleció. Con los años, la plaza empezó un deterioro que la llevó a que la gente no volviera, por temas de precios e infraestructura. Por eso, desde mi labor como concejal me propuse hacer renovación integral de este espacio. Después de hacer el diagnóstico supimos que una revitalización sería imposible y decidimos reconstruirla totalmente. Encontramos los recursos a través de la figura de cargas urbanísticas, y el pasado 14 de diciembre abrimos las puertas de la obra. Las plazas de mercado son el punto de encuentro de las personas en un municipio, además de convertirse en un espacio de circulación turística muy importante en los municipios, y eso es lo que buscamos con este lugar, que además de haber transformado su infraestructura vivió una transformación más poderosa: la social, pues los comerciantes después de este proceso se sienten merecedores de trabajar en condiciones más dignas y han empezado un proceso sin precedentes de fortalecimiento de sus negocios, que mejorará la calidad de vida de la gente. 

¿Cómo le fue a la educación en su cuatrienio?

Nos fue muy bien, la primera crisis que tuvimos que atender en el gobierno fue recibir más de 2.000 estudiantes por fuera del sistema. Teníamos un colegio que habían entregado hacía dos años y no lo habían puesto a funcionar. Nosotros gestionamos la dotación, concertamos horas extras con los docentes y logramos subsanar eso. El primer paso fue entender el problema, hacía más de 10 años que Jamundí se había certificado y nunca había pagado la carga prestacional de los docentes y eso era lo que no permitía ampliar planta docente. Entonces, enmarcamos el Plan Huella Educación para las Oportunidades en dos frentes: calidad e infraestructura. Durante estos cuatro años trabajamos y logramos tener el mejor PAE del país, ganamos reconocimiento como experiencia significativa con procesos docentes y, además, después de pagar más de 3.000 millones en deudas, logramos ampliar en tres oportunidades la planta docente. Subimos tres puntos en pruebas saber y logramos becas con la Universidad ICESI para seguir formando a los docentes. Estos cuatro años se trabajó en hacer de la educación un eje de desarrollo para el municipio. 
 
¿Y en materia de infraestructura para la educación?

A la par, trabajamos en la construcción de una institución educativa nueva para el sector del sur, que es el de más crecimiento. La I.E. Farallones se la dejamos al municipio con docentes y dotación que gestionamos con la empresa privada –primera vez que Tecnoquímicas donó algo al municipio, una inversión de más de 600 millones–. Esta infraestructura nueva la entregamos al municipio el pasado 12 de diciembre y arranca clases en enero. 

Además, hicimos el arreglo en infraestructura de cinco sedes rurales en los corregimientos de Timba, San Antonio y Potrerito, y estamos construyendo la más moderna sede del SENA del suroccidente colombiano. La obra del SENA la dejamos a más de 50% de avance y el gobierno entrante lo único que tiene que hacer es seguimiento riguroso para que la obra se termine, pues la financiación de esta primera fase está garantizada.

Hablemos de infraestructura vial para el municipio. ¿Qué cifras se pueden destacar en su administración?

Nuestro municipio se fue atrasando frente a otros del área metropolitana, y es algo que se nota mucho en las vías, donde hay una deuda que empezamos a saldar. Durante estos cuatro años hicimos la inversión más ambiciosa que se haya visto en la zona rural, fueron más de 14.000 millones en más de 45 obras de infraestructura vial, entre placahuellas, cintahuellas, alcantarillas y todo un despliegue de obras viales para conectar las zonas más críticas de la ruralidad de Jamundí. Esa apuesta la hicimos convencidos de que es necesario llevar al Estado a estas zonas que históricamente solo se miran para los votos. Así mismo, con Findeter como aliado hicimos un paquete de 19 obras viales en la zona urbana, que ya terminamos de ejecutar. Como la necesidad era tanta, priorizamos los tramos con mayor impacto e hicimos obras de la mejor calidad, con sistemas de acueducto y alcantarillado, y garantías de más de 20 años de uso. Así mismo, estamos haciendo la ampliación de la Avenida Chipayá, que es una vía principal interna que conecta con la Avenida Cañasgordas –la conexión con Cali–, y le dejamos proyectados los recursos a través de plusvalía al siguiente gobierno para que pueda avanzar en la ampliación del tramo de la Cañasgordas que le corresponde a Jamundí sin necesidad de recurrir a la valorización. Considero que logramos enseñarle a la gente cómo se hacen vías de calidad y después de las Vías para el Desarrollo que construimos los jamundeños ya tienen herramientas para exigir cada vez más y mejores obras viales. 

¿En qué aspectos le hubiera gustado tener más tiempo?

Lo hicimos todo. Nadie nos preparó para estar un año atendiendo una pandemia que lo que exigía era centrar todos los esfuerzos en cuidar la vida de la gente y luego un estallido social con el que dimos ejemplo nacional gracias al diálogo, pero que también demandó mucho tiempo de trabajo para salir de la mejor forma posible. Creo que, si no hubiéramos tenido ese año y medio atendiendo la crisis, hubiéramos podido lograr más cosas para Jamundí. Sin embargo, me siento tranquilo y feliz con los resultados y reitero: lo hicimos todo para sacar adelante esta tierra bendecida por Dios.

¿Cuál cree usted que es su legado para el futuro del municipio?

Atrevernos a hacer obras que antes eran impensables en Jamundí, educar y abrir la administración pública a la ciudadanía y decirle a la gente que el ejercicio de gobernar es también comunicar. Y que a partir de esto que nosotros hicimos la gente no se va a conformar con menos: va a exigir los estudios y diseños de las obras, va a exigir la mejor calidad, el cumplimiento de los tiempos. Así que considero que es una nueva ciudadanía la que le dejamos a este municipio. 

¿Qué podría esperar de la nueva administración?

Que construya sobre lo construido. Le dejamos un banco de iniciativas con más de 30 proyectos estructurados. Nosotros no recibimos ninguno. Así que la siguiente administración tiene proyectos para que gestione recursos, contrate y ejecute y le siga cambiando la cara a Jamundí.