Diomedes Díaz nació el 26 de mayo de 1957 y murió el 22 de diciembre de 2013.
Crédito: Colprensa.
10 años sin Diomedes Díaz: el Cacique de la Junta, el amor y los escándalos
El 22 de diciembre de 2013 murió Diomedes Díaz, quizá el cantautor vallenato más grande en la historia de Colombia. El legado de el Cacique de la Junta es tan grande, que a su "fanaticada" poco le importan los escándalos que sacudieron su vida. Han pasado 10 años desde su muerte y en muchas casas del país sigue sonando el rey del vallenato.
Por: Claudia M. Quintero
La Plaza Alfonso López, en el corazón de Valledupar, la capital mundial de Vallenato, fue el lugar dispuesto para despedir a Diomedes Díaz Maestre, 'el Cacique de la Junta', el 22 de diciembre de 2013. Diomedes era, para muchos, el artista del pueblo: el día de su sepelio, que fue el 25 de diciembre, el féretro tuvo que ser trasladado en un carro de bomberos porque de lo contrario no habrían podido moverlo.
En la despedida de Diomedes se reunieron sus más de 20 hijos, las mujeres que lo acompañaron en las diferentes etapas de su vida y su fanaticada, como le decía a quienes lo siguieron en sus épocas de gloria y en la de los escándalos. 'El Cacique de la Junta' dejó un legado musical tan grande, que para muchos solo quedan sus canciones y parrandas, más allá de su vida de excesos y la relación con la muerte de Doris Adriana Niño.
Diomedes dio su último concierto el 20 de diciembre, en Barranquilla. Estaba cantando en la discoteca Trucupey y los 56 años de esa vida de excesos se le notaba. Ese show fue especial, porque además de ser el último, cantó, por primera y última vez, su última producción musical 'La Vida del artista', junto a Álvaro López, quien fue Rey Vallenato en 1992 y Rey de Reyes en 2017.
Ese día, "el rapsoda del pueblo, el turpial que mejor trina, el chivo que más mea, el gallo que alborota el corral, el mandacallá de los cantantes", como lo describió el cronista Alberto Salcesdo Ramos, cantó poco y pidió una silla para continuar con su última presentación.
Después de cantarle a los barranquilleros, Diomedes se fue a Valledupar, donde murió, en plena época de las 'Cuatro Fiestas', como aquella canción que describe la historia de un Juan que va llegando a su pueblo para disfrutas las fiestas de Velitas, Navidad y Año Nuevo, y un poco más lejos, los Carnavales.
El Cacique, que nació en el corregimiento de La Junta, en San Juan del Cesar (La Guajira) en una familia muy pobre, aprovechó su voz desde muy joven. Cuenta Salcedo Ramos que siendo espantapájaros cantaba para no aburrirse en las jornadas tan largas. Fue un hombre atrevido, que se convirtió en el rey del vallenato a punta de escalar de a poquito en la música.
También era un hombre sensible, que sufrió mucho en la vida con cada uno de sus muchos amores, como asegura Mario Jaramillo en su libro 'Diomedes y su camino largo'. Incluso, Jaramillo dice que el alcohol y las drogas fueron su manera de apaciguar los dolores y sensibilidades.
Bien lo relató Diomedes en muchas de sus canciones. Por ejemplo, en 'Triste y Confundido' se escucha a un hombre afligido por un amor:
He sufrido muchos desengaños en la vida
Y también he sido responsable de muchas desilusiones
He encontrado un corazón sangrando
He curado sus heridas
Y después tan solo me ha dejado o como pago sin sabores
Y después tan sólo me ha dejado o como pago sin sabores
Las glorias de Diomedes Díaz
Diomedes Díaz era tan fanático de la Virgen del Carmen, como de las mujeres. Tanto que la virgen se convirtió en una de sus insignias y a las mujeres les hizo casi todas sus canciones.
La sensibilidad de la que habla Jaramillo, el Cacique la supo capitalizar para convertirse en el rey del vallenato: ganó un Grammy Latino al Mejor Álbum de cumbia/vallenato; sus éxitos llegaron a vender más de 18 millones de copias de discos en vida, ganó 22 Discos de Oro, 23 de Platino, 13 de Doble Platino y 3 Quíntuple Platino, tal como lo describe el Banco de la República.
Canciones como Amarte más no pude, La Plata, Sin Medir Distancias, Mi ahijado, Mi Primera Cana, La Reina, así como muchas de las más de 500 canciones que grabó, no dejan de sonar en las parrandas vallenatas, los planes en las casas y los estancos de los pueblos.
Para profundizar
Las caídas del Cacique
Diomedes fue un hombre que abrazó la gloria y los excesos lo hicieron arrastrarse en sus placeres. No solo se dice que tomaba mucho y que consumía muchas drogas, sino que fue condenado a 12 años de prisión por la muerte de Doris Adriana Niño, a quien le dio un paro cardiorespiratorio por sobredosis de cocaína.
Por la muerte de Niño, el cantante del pueblo solo pagó tres años, porque tras argumentar que padecía de Guillan Barré salió de la cárcel y cuando las autoridades lograron confirmar que no había rastro de la enfermedad, ya Diomedes estaba prófugo de la justicia. Eso sí, haciendo parrandas vallenatas y mandándole saludos al comandante de la Policía de ese entonces, Ciro Hernando Chitiva.
Pese a sus escándalos, la gente sigue pensando en Diomedes, como lo describió Salcedo Ramos: "el rapsoda del pueblo, el turpial que mejor trina, el chivo que más mea, el gallo que alborota el corral, el mandacallá de los cantantes". Tal vez porque encarnó y cantó lo que más representa a la sociedad: el amor y el desamor, así como las consecuencias de vivir entre la parranda y los escándalos.
En una entrevista con el periodista Ernesto McCausland Sojo, Diomedes decía que su muerte le afectaría mucho, porque no sabía pa' dónde iba: "enterrado debajo de la tierra, imagínate, y con esos calores que hace ahora".
"Si pinto mi entierro. Erda, bonito. El cajón allá en el medio. La gente, los gamínes vendiendo chicle, los otros vendiendo gaseosa, pastelitos y vaina. La viuda con pastillas, pa' que no llore porque ya tiene plata. Problema ese", dijo el artista en su momento.
-La viuda y...-, dijo McCausland.
-Cuántas mássss-, aclaró Diomedes.
Tal como lo pintó Diomedes, así fue su sepelio hace 10 años. No se sabe dónde esté, pero su música sigue sonando y para la gente sigue siendo el Cacique de la Junta, sin importar su vida de escándalos.