Akira Kurosawa, el revolucionario que cambió el cine
10 Diciembre 2023

Akira Kurosawa, el revolucionario que cambió el cine

A los 25 años de la muerte de uno de los más grandes directores del cine japonés y mundial, muy desconocido en Colombia, bien vale la pena recordarlo por la importancia de su obra, el tipo de cine que desarrolló y su destacada influencia internacional.

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Por Gustavo Valencia Patiño
La importancia del cine de Akiro Kurosawa (1910-1998) reside en haberse alejado de los criterios comunes de la poderosa cinematografía nipona, por lo que fue muy criticado en su país y acusado de occidentalista por introducir aspectos culturales europeos. Por ejemplo, adaptó El idiota de Dostoyevski. De Shakespeare, Trono de sangre según Macbeth y Ran, basada en buena parte en El rey Lear. También Los bajos fondos, obra teatral homónima de Gorki. Paradójicamente, en Occidente se le tacha de realizar un cine demasiado japonés, al acudir a epopeyas y relatos de un Japón de siglos atrás, donde la presencia del samurái y otros guerreros adquiere una gran relevancia, con lo que logró ejercer una gran influencia en muchos directores de diversos países.
Esta situación conflictiva se caracteriza muy bien ya desde su tercer film Los hombres que caminan sobre la cola del tigre, de 1945, o sea, finalizando la Segunda Guerra Mundial, pues fue prohibido por los militaristas japoneses quienes, supuestamente, alegaron que se alejaba de las tradiciones feudales de jerarquía y obediencia. Irónicamente, las fuerzas de ocupación de Estados Unidos lo prohibieron, supuestamente, por ser demasiado feudalista. Así esta película fue vetada dos veces por motivos opuestos.

Tigre
Los hombres que caminan sobre la cola del tigre.


Bien mirado y analizado el film, queda en evidencia el hecho de que el guión, escrito por el mismo Kurosawa, posee un discurso de contenido pacifista y de sentido muy humanista, que habla de los valores éticos y morales que deben existir en la sociedad. Esto es lo que en verdad causó su prohibición y no esa excusa simplista relacionada con las tradiciones feudales. Para los belicistas y militaristas este film no podía ser de su agrado. Ambos bandos lo censuraron y prohibieron porque se sintieron y con toda razón, confrontados, criticados y cuestionados en sus posiciones guerreristas.
Esta temprana película y las reacciones que provocó fue una especie de premonición de lo que sería toda su obra, que conocería desde un abierto rechazo y otras veces una velada oposición a sus planteamientos, polémica y en constante debate, a la vez que sorprendente por su tratamiento fílmico y su capacidad de hablar con la imagen, como la cantidad de recursos argumentales que tenía para expresar su sentido profundo de lo humano, de la sociedad contemporánea vista a través del colectivo social nipón del momento. Sus tradiciones históricas las utilizó como metáfora, pues al recrear otras épocas y antiguas costumbres, además de epopeyas con algo de aventura y acción, le servían para referirse al individuo en términos generales, es decir, cumpliendo el axioma de que en lo particular reside lo universal. Así que, acudiendo al pasado o al presente, en ambos casos su caracterización del hombre actual y su conflicto con la sociedad y los valores socioculturales establecidos se convirtió en una de sus constantes.
A la par de su temática consolidó su propio estilo cinematográfico, al desarrollar aún más su habilidad para narrar sólo con imágenes. Los grandes planos y panorámicas fueron uno de sus elementos preferidos. Para ello, la puesta en escena en exteriores, por ejemplo, para registrar muchos extras o ejércitos prestos al combate, se convirtió en uno de los puntos más característicos de su obra.
Colocaba la cámara a cierta distancia de los actores porque consideraba que así se obtenían otro tipo de actuaciones. Su uso de los planos generales y medianos hacía que el dramatismo de la interpretación del actor fuera eminentemente visual. Diversos secretos que el cine posee los desentrañó este maestro. Sus estudiados y bien diseñados planos y enfoques lo convirtieron en todo un perfeccionista.
Otra de sus variantes temáticas y su más famosa fue la de relativizar la verdad de cada cual por la subjetividad que conlleva y que expresó magistralmente en Rashomon (1950), todo un acontecimiento en la historia del cine universal y su trabajo más conocido y premiado. Recibió entre otras distinciones el Óscar a mejor película extranjera y León de Oro en el entonces muy prestigioso Festival de Venecia. Gracias a ello la película entró por la puerta grande, y con ella el director y la industria del cine japonés, hasta ese momento desconocida en Europa y Estados Unidos.

Rashomón


En Rashomon se apreciaba una cinematografía bien distinta a la habitual en occidente, y a un director con una relativa experiencia en lo fílmico, capaz de exhibir un estilo y una forma narrativa muy novedosa, pues la estructura de su relato está basada en un manejo muy especial del flash-back para contar a través de cuatro personas una violación y asesinato,en la que cada cual expresa su particular punto de vista, todos muy distintos entre sí.
Esta técnica tan novedosa para la cinematografía occidental caló muy profundo y de inmediato. Tanto, que pasó a denominarse “el efecto Rashomon”, que se produce entre la subjetividad y la percepción personal cuando varios individuos entregan una versión muy diferente de lo ocurrido, aunque cualquiera de ellas pueda ser posible. El concepto sobrepasó las barreras del cine y como tal existe en derecho, epistemología y ciencias sociales.
Otro punto importante es que gracias a Kurosawa el mundo occidental descubrió una inmensa cinematografía, hasta ahora local pero muy fuerte entre sus fronteras, oportunidad que la industria del cine japonés no desperdiciaría para darse a conocer y conquistar los grandes mercados de Estados Unidos y Europa. Así se consolidó y creció aún más. No sólo en la región sino en topdo el mundo. Los analistas y especialistas en la materia han denominado esta etapa como la segunda edad de oro del cine japonés, pues junto con Kurosawa se dieron a conocer los maestros Ozu y Mizoguchi y a directores como Naruse, Ichikawa, Kinoshita y Kobayashi, por sólo citar los principales.

Siete samurái
Los siete samurái.


En 1954 Kurozawa realizó Los siete samurái, otra de sus más grandes e influyentes películas y su primera incursión dedicada a estos guerreros. Resultó muy popular y de gran acogida entre el público estadounidense y europeo. Continuó en esta línea de samuráis y obtuvo otro gran éxito con La fortaleza escondida, una película con mucha acción y aventuras, que además ejerció mucha influencia en posteriores películas. El mismo George Lucas expresó su deuda con Kurosawa y con este film que le sirvió de inspiración para Guerra de estrellas.
Otro éxito taquillero de aquellos años fue Yojimbo (El mercenario), de 1961, del cual el director Sergio Leone se copió para realizar Por un puñado de dólares, la película que dio a conocer al actor Clint Eastwood. Kurosawa lo demandó por violación de derechos de autor, ganó el pleito y obtuvo un 15 por ciento de las ganancias. Kurosawa admitió, posteriormente, que había ganado más con Por un puñado de dólares que con Yojimbo.
Realizó varias películas más y en 1975 rodó Dersu Uzala, producción ruso-japonesa sobre un cazador siberiano y con el que ganó varios premios internacionales, entre ellos su segundo Óscar a mejor película extranjera.

Kagemucha
Kagemusha (La sombra del guerrero).

En ese momento Kurosawa de tiempo atrás ya era el gran maestro reconocido a nivel internacional y con un prestigio cada vez más alto. Por lo tanto pudo trabajar con grandes empresarios. Así pudo plantearse la gran epopeya Kagemusha (La sombra del guerrero) de 1980, una superproducción con muchos extras, un vistoso y colorido vestuario de época y grandes locaciones. Lo anterior lo logró gracias a George Lucas y Francis Ford Coppola, quienes la financiaron y distribuyeron. Además fue un gran éxito internacional.
Esto le permitió plantear un segundo film con las mismas dimensiones épicas y de gran presupuesto. El resultado fue Ran (1985), basada parcialmente en la tragedia de El rey Lear de Shakespeare, que también tuvo una gran acogida en el mercado internacional. Posteriormente, a sus casi 80 años, rodó un film muy particular en su obra: Sueños (1990), que contó con la colaboración de Steven Spielberg y la Warner Bros. Al año siguiente fue distinguido con el Óscar honorífico a toda su obra. 25 años después de su muerte es importante recordar a Kurosawa, así sea de forma sucinta y breve, como un reconocimiento a su talento y gran influencia en el cine de los últimos 70 años.

Ran

 

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