Álvaro Barrios, el arte de apropiarse del resto del arte
Álvaro Barrios y 'La multiplicación de los cuadros'.
Álvaro Barrios es uno de los artistas más ingeniosos de la plástica colombiana. En su exposición 'La multiplicación de los cuadros', que se exhibe en la galería El Museo, arma un gran fresco conceptual con base en obras de otros artistas de las que el se apropió a su manera.
Por: Eduardo Arias
Una de las principales cualidades de Álvaro Barrios (más allá de sus habilidades técnicas como dibujante, pintor y grabador) es su capacidad para sorprender. Además, ha sido un agudo observador de la historia del arte.
Gracias a su talento como dibujante, ha logrado incorporar la estética de los cómics y de las ilustraciones de periódicos y revistas en el ámbito del arte universal, en que se entrelazan personajes de historietas muy conocidos como Superman, Dick Tracy o Tintín con pinturas del arte occidental que él reelabora para acercarlas, si se quiere, al mundo de la ilustración y las artes gráficas de consumo masivo.
Eso ha llevado a que se haya dedicado a una práctica que se denomina apropiacionismo, que consiste en utilizar en obras de otros pintores y artistas para reelaborarlas y situarlas muchas veces en un contexto inesperado para el observador desprevenido. En muchas de sus obras relaciona artistas que, a primera vista, nada tienen que ver el uno con el otro. Un ejemplo es una de sus obras en el que una pintura del período azul de Picasso, reelaborada por Barrios en forma de cómic, aparece con manchas de pintura rosada que cubren la parte superior del cuadro. Una pareja lo observa aterrada y el hombre (texto escrito en un globo de cómic) exclama: “¡No puede ser! ¡No fue un sueño! ¡Picasso también fue atacado por el “virus Marcel Duchamp” y anoche arrojó pintura rosa en sus cuadros del período azul!”.En otro, Blanca Nieves, tan hacendosa, barre la icónica habitación de Van Gogh.
Además, Barrios ha sacado el arte del ámbito de los museos y las galerías a través de sus Grabados populares, una serie de grabados que, en vez de exhibirse en galerías de arte, circularon en periódicos.
Él nunca terminó ninguna carrera. Estudió arquitectura hasta el último año pero nunca hizo la tesis y tampoco terminó sus estudios de Bellas Artes. El único título que tiene es historiador del arte. En 1966 participó en un concurso que organizaba la Embajada de Italia en homenaje a Dante. “El primer premio se lo ganó Bernardo Salcedo y yo el segundo. Este premio consistía en hacer unos estudios en Italia que escoger y maestría en Venecia precisamente en Historia del Arte. “Claro que yo desde antes siempre tuve un gran interés por la historia del arte”, señala. Desde que empezó su carrera en su obra pintó otras obras de arte. “En ese tiempo se llamaba arte sobre el arte”. También en su obra comenzó a trabajar el cómic. “Desde mi primera exposición como artista profesional mis dibujos tenían tiras cómicas y de ahí en adelante mi obra ha sido una meditación sobre el arte en general y también sobre la historia del arte”.
Como señala Elías Doria, curador de la exposición, “'La multiplicación de los cuadros' debe leerse como una sola obra en sí misma, más que una exposición pictórica. Se trata de una especie de Espacio ambiental compuesto por elementos bidimensionales. Sin embargo, sus posturas en torno a la reproductibilidad son tan vigentes, que parece que jugara con las de nuevo presentes discusiones alrededor de la autoría en tiempos de criptomonedas y NFT”.
Esta exhibición comienza con una gran pintura de ocho metros con 50 de ancho que explica el título de la exposición. Es la ilustración de uno de los cien textos que Barrios comenzó a escribir en 1980 y que ha seguido haciendo hasta el presente, que se llaman Sueños con Marcel Duchamp. En esa época empezó a utilizar los principios conceptuales del artista francés como un trampolín para avanzar. “En uno de esos sueños, palabra que utilicé como pretexto para poder dar rienda suelta a las fantasías, un grupo de pescadores o apóstoles van a pescar en un mar tormentoso pero en lugar de sacar peces del mar lo que pescan son obras de arte”. Una clara alegoría al episodio de la multiplicación de los panes y los peces del Nuevo Testamento.
Estos pescadores sacan del mar cuadros de Picasso, Andy Warhol, Liechtenstein, Mondrian, Pollock y de otros artistas internacionales del período moderno. Dos de ellos son colombianos: Beatriz González y Antonio Caro. Son dos obras en que estos artistas previamente se habían apropiado de material ya conocido. Caro, del logo de Coca-Cola para escribir con esa tipografía la palabra Colombia. Beatriz González, por su parte, se había apropiado de una pieza de la litografía Gráficas Molinari, de Cali, para elaborar su cuadro Canción de cuna.
Barrios busca que su fantasía se salga de ese cuadro y se tome, por así decirlo, toda la exposición.“Yo activo 16 pinturas en las que reproduzco el famoso y ya icónico tema de Colombia de Antonio Caro con el logotipo de la Coca-Cola. Están firmados por detrás con mi nombre, y están numerados hasta el 16”. Los hizo a partir de un Caro auténtico que él tiene. “Físicamente y visualmente son unos Caros pero conceptualmente no lo son, son unos Álvaro Barrios”, señala.
Canción de cuna sale del cuadro de los pescadores y llega a una de las paredes de la galería. También aparece varias veces en una gran tela de 60 metros 60 metros de largo y tres de alto que repite 20 veces la misma pieza gráfica, una serigrafía de tres metros de alto por tres de ancho que se repite 20 veces, en la que se representa a Dick Tracy mientras consulta a una vidente que en vez de una bola de cristal tiene la calavera recubierta de diamantes de Damien Hirst. Ella dice algo con los globos de las tiras cómicas pero el globo está en blanco. Allí reproduce de nuevo Canción de cuna. Como el tamaño de la galería no permite desplegar la obra en su totalidad, cinco de las 20 serigrafías están desplegadas y el resto del rollo de tela está enrollado y apoyado contra una pared.
Otra de las obras presentes es La libertad guiando al pueblo, de Delacroix. Sin embargo, en este caso no es tanto una reproducción sino una reinterpretación. El interés de La Libertad guiando al pueblo le vino de una de las últimas visitas que hizo al museo del Louvre. “A mí siempre me ha impresionado mucho las dimensiones de esta obra y de esa gran sala del Louvre donde están estas pinturas inmensas de los artistas de mediados del siglo XIX, como 'La balsa de la medus'a, que es algo que tengo también en mente hacer más adelante”. En su versíon de La Libertad guiando al pueblo hizo algunos cambios. En la original, esa multitud que sigue a la Libertad camina sobre cadáveres. “A mí me pareció que poner las personas muertas era demasiado fuerte teniendo en cuenta que la violencia en Colombia no es una fantasía sobre la cual podamos frivolizar”. Lo cambió por un piso de rosas rojas gigantes que podrían representar tanto la sangre y la violencia como su contraparte, que es el amor.
La multitud en vez de armas llevan banderas rojas con el símbolo de Colombia de Antonio Caro pero visto en espejo. Además, como él señala, no utilizó sus colores sino los de los afiches del realismo socialista que recuerdan la obra gráfica de Clemencia Lucena.
En otra sala de la galería está una obra de Richard Prince, uno de los grandes maestros del apropiacionismo. Este artista norteamericano comenzó su carrera con una obra conceptual, que consistió en tomarle fotografías a unas fotografías que anunciaban cigarrillos Marlboro (“Venga al sabor, venga al mundo Marlboro”). Barrios vio una exhibición de Prince en Jaén y se apropió de una obra de Prince, quien a su vez se había apropiado de un chiste escrito, sin imagen, tomado de la sección La risa, remedio infalible de la revista Selecciones, que se caracteriza por un muy particular sentido del humor. Sobre un fondo azul, Barrios reproduce en rojo el texto original en inglés del que se apropió Prince, que traduce así. Dos amigos se encuentran en las puertas de un consultorio psiquiátrico. Uno pregunta: “¿Llegas o te vas?”. El otro responde: “Si lo supiera no estaría aquí”.
El 19 de este mes, en los días cercanos a ARTBO, seguirá con su serie de Grabados populares. La imagen de La libertad guiando al pueblo va a salir a doble página en la edición impresa del diario El Espectador. El 23 de noviembre Barrios firmará el grabado de quien lo haya guardado y lo lleve a la galería El Museo.
La multiplicación de los cuadros
Álvaro Barrios
Galería El Museo
Calle 80 No. 11-42.
Bogotá