'Carmina Burana', una obra mucho más compleja de lo que parece

Una de las obras más célebres y querida del repertorio coral es la cantata profana y escénica Carmina Burana, del compositor alemán Carl Orff, una de las obras sinfónico-corales más reconocidas de toda la historia y que se destaca por su sonoridad que combina lo medieval con el espíritu de la música del siglo XX, su gran versatilidad musical y también por lo exigente que le resulta a quienes la cantan. Orff la escribió entre 1936 y 1937 luego de haber tenido acceso a la edición de 1847 de los Carmina Burana llevada a cabo por Johann Andreas Schmeller. El texto original data en su mayor parte de los siglos XI o XII, más algunos del siglo XIII. Orff, con la ayuda de Michel Hofmann (un joven estudiante de derecho y experto en latín y griego), escogió 24 de estos poemas. La mayor parte de ellos están escritos en latín, y algunos pocos en alto alemán medio (el ancestro del alemán contemporáneo) y francés antiguo.

Los temas de los que tratan los fragmentos que escogió Orff hablan de capítulos muy comunes en aquella época como la inconstancia de la fortuna y la riqueza, la naturaleza efímera de la vida, la alegría del regreso de la primavera y los placeres y peligros de la bebida, la gula, el juego y la lujuria.

La versión que se presenta en el Teatro de las Artes de Cafam es la reducción para solistas, coro, dos pianos y percusión que Orff le encargó a Wilhelm Killmayer, su alumno, y que él realizó en 1956.

A pesar de no contar con una orquesta sinfónica, esta versión mantiene intactas la grandiosidad, la potencia y la sonoridad de la versión original de Orff.

A primera vista, Carmina Burana es una obra fácil de escuchar. De hecho, O fortuna, su fragmento más conocido y que abre y cierra la obra, es uno de los clichés más recurrentes del repertorio de la llamada música académica, es común encontrarlo en películas, versiones para diferentes géneros musicales y piezas publicitarias.

Sin embargo, es una pieza de una gran complejidad. Orff aprovechó la rigidez de los textos, que se caracterizan por sus rimas y métricas muy acentuadas, para darles a la percusión y a los acentos un protagonismo en medio de melodías que siguen patrones sencillos y repetitivos. Es una obra bastante efectista, que combina desde partes muy suaves hasta fragmentos de gran fuerza, que apelan a sentimientos muy primarios con los que se identifica de manera instintiva cualquier oyente, lo que explica que llame tanto la atención de directores de cine, teatro, ballet y campañas publicitarias.

Pero para transmitirle al público ese mensaje y esas melodías de apariencia sencilla y tribal es necesario que los cantantes tanto solistas como del coro realicen un trabajo muy concienzudo y pongan todo de sí para mantener el aliento. Es necesario respirar muy profundamente antes de cada frase. Para que la representación de la obra salga bien y logre su cometido, los intérpretes deben realizar un esfuerzo mental y físico muy exigente.

En los conciertos que se presentan en el Teatro de las Artes Cafam este viernes y sábado participan la soprano Sara Bermúdez, el barítono Camilo Mendoza y el tenor Hans Mogollón. Sara Bermúdez recibió una formación en interpretación de música clásica y contemporánea. Ganó la convocatoria 'Jóvenes Intérpretes 2024' del Banco de la República y el premio 'Fundación Victoria de los Ángeles'. Acompañó a la Orquesta Filarmónica de Medellín en su presentación de la Novena Sinfonía de Beethoven, así como en el Messiah de Händel que se presentó con motivo de la celebración de los 400 años de Bucaramanga.

Camilo Mendoza se ha destacado como intérprete de ópera, oratorios y zarzuela. Interpretó el papel de Renato en el montaje de Un baile de máscaras de Giuseppe Verdi que tuvo lugar en Gijón, España, en 2016. Participó en 2014 en la reapertura del Teatro Colón de Bogotá por su papel de Black el Payaso, marcó un hito en su carrera. Con la Orquesta Filarmónica de Medellín ha participado en Carmina Burana y El barbero de Sevilla, bajo la dirección del maestro Andrés Orozco-Estrada. 

Hans Mogollón se ha presentado en diversos escenarios en Europa, Estados Unidos y América Latina. Su talento ha sido reconocido en el Concurso Orquesta Filarmónica de Bogotá 2000 y el Concurso Mirna Lacambra del Instituto Distrital de Cultura y Turismo, en los que se consagró como ganador.

María José Villamil, directora coral y orquestal de esta versión de Carmina Burana, es muy reconocida en su campo y también como gestora cultural . Su papel como cofundadora y directora artística de la Fundación Orquesta Sinfónica de Bogotá (Fosbo) ha sido determinante, ya que es la directora de la Orquesta Sinfónica de Bogotá, la Sociedad Coral de Bogotá y los Ensambles Fosbo. Ha dirigido diversas agrupaciones instrumentales y vocales. Ha trabajado con artistas y solistas de distintos géneros y ha realizado giras en Suramérica, Europa y Asia. Además, ha organizado festivales, encuentros académicos, curadurías artísticas y proyectos interdisciplinarios.

La Sociedad Coral de Bogotá, conocida anteriormente como el Coro Fosbo, nació en 2014 como una sociedad de amantes del canto coral. Su repertorio es muy diverso, ya que ha interpretado obras del canon universales tanto a capella como con acompañamiento instrumental, en formatos que van desde piezas de cámara hasta sinfónico-corales.

Carmina Burana
Teatro Cafam de Bellas Artes
Avenida carrera 68 No. 90 - 88 
Viernes 23 de febrero y sábado 24 de febrero, ocho de la noche