El día que el periodismo expuso al verdadero Pablo Escobar

El 25 de agosto de 1983, el periódico El Espectador publicó en primera plana la foto que mostraba que a un joven Pablo Escobar capturado por narcotráfico en 1976. En aquel entonces, Escobar era representante a la Cámara por el Partido Liberal.

Todo empezó cuando el periodista Rodrigo Pareja plasmó en un artículo la detención de seis narcotraficantes en Itagüí, por parte del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS). Entre ellos estaban Pablo Escobar y su primo Gustavo Gavilán. Aunque en aquel momento la noticia no generó un impacto desmedido, unos años después el retrato significaría un punto de inflexión en la carrera del capo.

Finalmente, el proceso legal en su contra prescribió, y tanto él como su primo fueron liberados. De ahí en adelante, mantuvieron en secreto sus actividades ilícitas bajo la fachada de inversiones agrícolas y supuestos intereses benéficos en las áreas empobrecidas de Antioquia.

Para ese entonces Escobar ya gozaba de una inmensa popularidad entre la gente, además tenía un asiento en la Cámara de Representantes como suplente de Jairo Ortega por el Movimiento Alternativa Liberal. El Ministro de Justicia de ese entonces, Rodrigo Lara Bonilla, acusó varias veces a Pablo Escobar de ganar dinero de forma ilícita, y en un esfuerzo desesperado por desmentirlo, Escobar trató de involucrar sin éxito a Bonilla con otros narcotraficantes. 

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Mientras tanto, un informante compartió con el editor judicial de El Espectador, Luis de Castro, la existencia de una foto de Escobar arrestado por tráfico de drogas seis años atrás. Esta foto estaba vinculada a la nota publicada en 1976 por Rodrigo Pareja. Guiados por esta pista, Guillermo Cano y su investigador principal, Fabio Castillo, rastrearon los archivos hasta encontrar la imagen y la nota.

Después de contrastar esta información del DAS, surgieron más sospechas sobre los negocios de Escobar. Sin embargo, los investigadores asignados al caso en Itagüí, Gildardo Hernández Patiño y Luis Fernando Vasco, fueron asesinados así que no podían dar certeza de los hechos.

Por otro lado, la jueza a cargo del caso recibió amenazas y el abogado de Escobar solicitó que el caso se trasladara a Pasto, alegando que la droga incautada había salido de allí. La jurisdicción se dilató y para cuando se resolvió, Escobar y Gavilán estaban en libertad.

Luego de la publicación que hizo El Espectador, las repercusiones contra Pablo Escobar fueron inmediatas: su inmunidad parlamentaria fue revocada, Estados Unidos le retiró su visa y la DEA lo declaró oficialmente uno de los narcotraficantes más buscados.

Gracias a esta revelación, Lara Bonilla mantuvo su posición como ministro de Justicia y lideró esfuerzos para combatir el narcotráfico. Pocos días después, el juez Gustavo Zuluaga Serna emitió órdenes de captura contra Escobar y Gavilán por el asesinato de los investigadores de 1976. En paralelo, el coronel Jaime Ramírez lideró la destrucción de 'Tranquilandia', un importante laboratorio de fabricación de cocaína.

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Mientras Escobar se escondía, inició una venganza letal contra quienes lo habían expuesto. Desde políticos hasta periodistas, el cartel de Medellín asesinó a figuras públicas que no fueron silenciadas por el miedo, como Rodrigo Lara Bonilla y Guillermo Cano.