"En Colombia la gente constantemente dice que se siente feliz": Lina Martínez, autora de ‘Felicidad’

Lina Martínez.

23 Marzo 2024

"En Colombia la gente constantemente dice que se siente feliz": Lina Martínez, autora de ‘Felicidad’

¿Qué es la felicidad? ¿Cómo lograrla? Lina Martínez, una académica y consultora de instituciones como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo en políticas educativas en América Latina, ha investigado durante más de diez años acerca de la felicidad y el bienestar. Parte del resultado de su esfuerzo lo plasmó en el libro ‘Felicidad’.

Por: Eduardo Arias

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Felicidad. Una palabra que aparece a toda hora. En las conversaciones casuales, en la publicidad, en libros tanto de literatura como de autoayuda, en las finanzas y, por supuesto, en los tratados de filosofía y los estudios de psicología.
El concepto de lo que entendemos por felicidad ha cambiado a lo largo del tiempo. Y en estos tiempos que corren cada quien tiene un concepto muy personal del significado de la palabra y de lo que haría para conseguirla.
De esto (y mucho más) escribe Lina Martínez en su libro Felicidad. ¿Cómo entenderla? ¿Por qué la queremos? ¿Es posible alcanzarla? Analiza la felicidad desde la filosofía, la psicología, el capitalismo y el consumismo y su relación con las redes sociales. Además, ella relata cómo se ha interpretado en cada generación y qué se esconde tras el aumento o la disminución de la felicidad de acuerdo con los estudios que ella ha realizado. Sus análisis e interpretaciones los sustenta con cifras y datos. El índice del libro da cuenta de sus alcances. ¿Qué es la felicidad? Consumismo, generaciones y redes sociales. Las narrativas de la felicidad. Lo que aumenta y disminuye la felicidad. Hábitos. Además, trae un enlace a Felicidad, un camino de ciencia, un curso gratuito en línea.
Lina Martínez estudió Filosofía y Literatura, máster en Educación y Desarrollo Humano y también máster y Ph. D. en Políticas Públicas. Ha asesorado al Banco Mundial y al Banco Interamericano de Desarrollo en políticas educativas en América Latina. En la Universidad Icesi dicta las clases de Felicidad y Bienestar, y Análisis y Evaluación de las Políticas Públicas. Dirige el Observatorio de Políticas Públicas POLIS y CaliBRANDO un sistema de medición de bienestar subjetivo en Cali, el primero en su género en América Latina. CAMBIO habló con ella acerca de su libro.

Libro
CAMBIO: ¿Cómo nació el concepto de felicidad?
Lina Martínez:
Las referencias más claras de felicidad vienen desde los griegos con Aristóteles y en la Hominía donde se concebía la felicidad, de la buena vida y de la vida de los hombres y estaba más asociado con la vida virtuosa. por mucho tiempo nos hemos quedado con esa concepción filosófica desde esa perspectiva y a través de los siglos se ha visto de esa forma.


CAMBIO: Pero esa no parece ser una definición muy precisa de lo que hoy se entiende por felicidad...
L. M.:
En el primer capítulo del libro explico cómo la felicidad luego de ser la búsqueda humana de la finalidad de los hombres se ha ido transformando y hoy la entendemos como una emoción. Y la felicidad entendida como una emoción es básicamente todo lo que asociamos a las emociones positivas, a las cosas que nos generan placer y nos generan bienestar. Entonces cuando uno entiende la felicidad como una emoción, cada individuo tiene una percepción diferente de las emociones positivas y por eso es que la felicidad hoy es tan subjetiva.


CAMBIO: Es decir, ¿hay muchas maneras de ser feliz?
L. M.:
Claro. Hay unas personas que encuentran la felicidad estando en calma, otros encuentran felicidad viajando, otros la encuentran viendo películas o jugando con sus mascotas. Lo que les genera felicidad es alrededor de diferentes actividades.


CAMBIO: Usted dice que hasta hace poco la felicidad no era algo importante. ¿Por qué ahora la buscamos como locos?
L. M.:
Como nos hemos acostumbrado a las emociones positivas y ese es el lugar más cómodo para todos, por eso hemos terminado buscando la felicidad en todo. En las relaciones de pareja, en el trabajo, en las actividades que realizamos,… También ha sido, en muy buena medida, un componente de procesos de mercantilismo y de consumismo. Buena parte de la plataforma de todo lo que consumimos y todo lo que se vende está sustentado en generar emociones positivas. En comerte un helado porque te genera emociones positivas, En comprarte un pantalón o una camisa nueva porque te va a generar emociones positivas. Por eso es que hoy perseguimos la felicidad en todo.


CAMBIO: ¿Podría decirse que confundimos la felicidad con el placer, el bienestar material?
L. M.:
En parte perseguimos la felicidad en todo porque objetivamente hemos mejorado las condiciones objetivas de vida. Hoy tenemos una sociedad con menores niveles de pobreza, menos guerras y, si lo vemos en una perspectiva histórica, este es el mejor momento para vivir. Cuando se suplen unas necesidades básicas lo que sigue es buscar el bienestar en todas las cosas que se hacen.


CAMBIO: ¿Existe alguna explicación neurocientífica que identifique esa necesidad por lo que hoy entendemos por felicidad?
L. M.:
Sin ser una experta dentro del campo de la neurociencia voy a responder con las herramientas que tengo. En muy buena medida todo lo que genera placer y satisfacción es algo que el cerebro desea. Esa es una de las razones que explican, por ejemplo, por qué las redes sociales son tan adictivas. Lo son porque nos exponen a cosas que nos gustan, que son novedosas, a estímulos diferentes… Lo que quiere y lo que busca el cerebro es hacernos sentir bien. Entonces creo que esa sería también la necesidad nuestra de estar buscando constantemente situaciones y emociones que en general nos hagan sentir mejor y que nos recuerden que estamos en ese lado familiar donde las cosas son buenas. De nuevo, no soy la más experta en los aspectos neurocientíficos pero creo que con eso puedo abarcar al menos un elemento.

CAMBIO: ¿Qué piensa usted cada vez que lee que Colombia es el segundo o tercer país más feliz del mundo?
L. M.:
Yo leí un titular de prensa que decía que Colombia del país más feliz del mundo hace alrededor de 12 años. Yo no entendía cómo llegaban a la conclusión de que Colombia era un país muy feliz y eso fue lo que me motivó a realizar parte de la investigación que he hecho y dedicarme durante los últimos 10 años a investigar sobre felicidad y bienestar subjetivo.


CAMBIO: ¿A qué conclusión ha llegado?
L. M.:
Después de haber realizado bastantes investigaciones y analizar los datos que genera el DANE y las agencias estadísticas nacionales Colombia sí estuvo en el ranking de los países más felices del mundo durante un tiempo.


CAMBIO: ¿Cómo se explica?
L. M.:
La respuesta a eso es que en Colombia y en América Latina experimentamos emociones positivas muy altas, donde la gente dice que se siente feliz constantemente. Cuando vemos otras métricas de bienestar subjetivo no ranqueamos tan alto. Por ejemplo, cuando le preguntamos a la gente si el gobierno le provee las condiciones habilitantes para su bienestar, pues ahí ranqueamos más bajo. Pero cuando las preguntas se hacen en si Colombia es un país muy feliz o no, o si los niveles de satisfacción son muy altos, Colombia sí lo estaba.


CAMBIO. ¿Todavía sigue siendo así?
L. M.:
Eso ha cambiado de manera drástica después de la pandemia. Nosotros en los rankings de felicidad estábamos relativamente altos y después de la pandemia estamos en el puesto 69, 71 algo por el estilo. Ha sido una reducción sostenida en los niveles de felicidad muy a consecuencia de la pandemia. Colombia sí ha sido un país muy feliz pero ya no lo es. Esos datos han ido bajando y son el resultado de una felicidad que es muy individual. Cuando uno le pregunta a la gente qué tan feliz se sintió ayer o qué tan satisfecho se encuentra, la mayoría de las personas aducen a una felicidad que es muy privada. Es estar feliz en sus condiciones personales, con su familia, en sus relaciones afectivas, pero no tienen en cuenta las condiciones del país. Cuando a la gente se le pregunta qué tan satisfecha se encuentra con su vida, la mayoría de las personas no piensan en Petro, en el gobierno o en alguno de los problemas coyunturales o estructurales que tenemos. La gente hace el cómputo de sus felicidades individuales. En el libro Felicidad hay un capítulo dedicado a entender cuáles son esas narrativas de felicidad, donde hablamos de cómo se construyen los rankings de los países más y menos felices y muestro algo de las métricas que se utilizan para ilustrar ese punto.

 
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