‘Entre putas... una voz’: de la calle a la sala de teatro
29 Marzo 2023

‘Entre putas... una voz’: de la calle a la sala de teatro

'Entre putas una voz', montaje que combina teatro y artes vivas. Fotos: Carlos Lema

Crédito: Carlos Lema

Tres trabajadoras sexuales son las protagonistas de ‘Entre putas… una voz’, un montaje que combina el teatro con los testimonios de la vida real. Jueves, viernes y sábado en el Teatro La Factoría Tino Fernández de Bogotá.

Por: Eduardo Arias

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A mitad de camino entre teatro y evento escénico de artes vivas, Entre putas... una voz es una creación que combina lo teatral y lo performático, con video, música y otras polifonías. El año pasado tuvo una breve temporada y este año, con algunas variaciones, se está presentando en el teatro La Factoría Tino Fernández, sede del grupo de danza experimental L’ Explose. Este jueves, viernes y sábado serán las últimas funciones.
La obra la dirigen Adela Donadío y Leonardo Petro. Es una incursión en el teatro testimonial en el que participan Carolina Calle, Jahira Quintero e Inés Durán, tres trabajadoras sexuales de Bogotá, quienes se toman la escena con sus relatos, sus experiencias y sus denuncias. Carolina Calle, de la Corporacion Calle 7 Colombia, y Jahira Quintero, como integrante de la Fundación Grupo de Acción y Apoyo a Personas Trans (GAAT), estuvieron el pasado 2 de marzo en la audiencia del Congreso sobre legislación laboral del trabajo sexual, en el que Carolina Calle fue ponente.
Como señala Adela Donadío, “creo que en el montaje aparece también la historia de este país y sus violencias sociales, familiares, políticas, las historias del desplazamiento… Para mí ha sido una gran experiencia humana y artística. Realmente creo que logramos hacer del teatro un pequeño foro social para quienes ven la obra y les damos voz no solo a las tres mujeres (dos cisgénero y una chica trans) sino a los espectadores”. En efecto, después de cada función se realiza un foro en el cual los espectadores pueden participar con preguntas y comentarios acerca de lo que les dejó la obra.

Adela
Adela Donadío


CAMBIO habló acerca de la obra y sus alcances con Adela Donadío.
CAMBIO. ¿Cómo se gestó este proyecto?
Adela Donadío.
Durante la pandemia conocí a Carolina Calle, en un proyecto de L´Explose danza que se llamó Artes del contacto. En esta creación dirigida por Juliana Reyes, diez bailarines escuchaban los relatos de diez personas que en la vida real tenían, por su profesión, contacto con los otros cuerpos. En la segunda parte del proceso los bailarines dirigidos por Juliana hacían un solo de danza que se grabó, pues fue un proyecto visual que está colgado en la página de la compañía. Yo hice la relatoría del proceso y los perfiles de cada persona y entablé una relación con Carolina Calle, quien trabaja como prostituta en las calles del barrio 7 de Agosto. El año pasado la Secretaría de Cultura lanzó una beca para divulgar “experiencias sobre actividades sexuales pagadas en Bogotá”. Carolina nos buscó a Juliana y a mí para apoyarla en la presentación del proyecto y obtuvieron el estímulo de 11 millones. No es mucho, pero por lo menos este tipo de becas, en nuestro caso, facilitó el encuentro entre ellas y nosotros, porque invité a Leonardo Petro a codirigir conmigo para crear una obra testimonial.
CAMBIO. ¿Cómo fue el proceso de trasladar al escenario estas voces?
A.D.:
Realmente fue una exploración, una especie de laboratorio para crear un “algo escénico” que no sabíamos qué podía llegar a ser. Teníamos claro que eran las voces de ellas, sus relatos, sus vidas, sus posturas, sus experiencias las que debían estar en el corazón de esta creación teatral. Faltaba el cómo.
CAMBIO. ¿Cuáles pasos tuvieron que dar para llegar al escenario?
A.D.:
Primero hubo muchas conversaciones con ellas, en un ambiente de confianza y respeto, evitando ver las vidas de ellas a través de nuestros ojos. Solo escucharlas, ver sus gestos, sus presencias, los temas de los que ellas mismas querían hablar, sus denuncias (por ejemplo del abuso policial), escucharlas hablar de los hombres, de lo que buscan los clientes, de su relación con el dinero, de los peligros que viven en las calles, de la explotación… También grabamos a otras compañeras de ellas y dejamos algunas voces de estos otros testimonios en intervalos entre escena y escena.

Una voz
CAMBIO. ¿Cómo convirtieron ese material en una puesta en escena?
A.D.: 
Ahí vino una trabajo ya de dramaturgia y dirección y fue pensar en la forma de contar en escena, que no fuera únicamente el relato sino cómo podían hablar desde lo corporal y gestual. Así exploramos diferentes posibilidades de lo teatral, por eso la creación final está hecha de momentos.
CAMBIO. ¿En qué consisten esos momentos?
A.D.:
Por ejemplo ellas en las calles, hablan solo de sus presencias y movimientos. Luego encontramos un juego de frases cotidianas (sobre cómo le hablan al policía, a quien les va a arrendar un cuarto, del hambre , al cliente que no les paga) frases muy cortas que forman una polifonía. Hay confesiones íntimas (ella hablándose a sí mismas), un relato sobre un cliente de una de ellas que está muy loco, un monólogo sobre los feminicidios, los recuerdos de infancia, una conversación sobre cómo hablan de sus clientes y también cómo hablan de otras modalidades de la prostitución en el mundo de hoy.
CAMBIO. ¿Ellas se ciñen a un texto?
A.D.: 
No. No hay un libreto escrito. Ellas improvisan sobre una estructura y ya lo pueden hacer cada noche como si tuvieran un texto, con ligeros cambios y olvidos. Todo lo que dicen y cuentan lo decidieron ellas. De qué querían hablar y de qué no.
CAMBIO. ¿Qué tan teatral es la obra? ¿Dónde se cruza la frontera entre teatro y testimonio?
A.D.: 
La hemos definido como una creación escénica testimonial, porque no es una obra en el sentido tradicional del término. Además se fue creando durante el proceso de montaje, y lo que prima sí es el testimonio. Resulta siendo muy teatral porque, si uno hila fino, el trabajo sexual tiene mucho de teatral, de construir otra identidad para estar en la calle, o frente a una cámara. Yo siempre había trabajado sobre textos escritos y nosotros, como directores, descubrimos que en esta teatralidad hay mucho que explorar para cumplir con una de las tareas más retadoras del arte, que es darles voz a otras personas, ya no en la ficción, sino cómo lograr que en el escenario las historias reales cobren otra vida, otra dimensión y sean escuchadas y que el lenguaje del teatro se ensanche hacia otras fronteras. Yo creo que lo que hicimos fue encontrar cómo se pueden cruzar las ideas artísticas-teatrales con las vidas reales para generar algo que está en los límites.

Entre putas una voz
CAMBIO. ¿Cómo han recibido ellas la obra?
A.D.:
Para ellas la obra y de eso hablaron en un foro, es un espacio diferente en sus vidas. Mágico, dice una de ellas. “Aquí me puedo expresar”. También lo sienten como un lugar para ser escuchadas y lo agradecen mucho. Aunque dos de ellas son activistas y están en otros foros, creen que en el escenario logran comunicar mejor lo experiencial de su trabajo sexual y hacer sus denuncias y sus reclamos al Estado colombiano. El hecho de recordar sus vidas también lo ven como una terapia, como algo sanador.

"La obra acerca al público a la vida de tres mujeres que despiertan admiración y respeto por la manera como se asumen, cómo han enfrentado la adversidad y cómo defienden el trabajo que, por diferentes circunstancias, les ha dado independencia": Adela Donadío


CAMBIO. ¿Qué tipo de comentarios u observaciones hacen ellas?
A.D.:
En un foro hablaron de que muchos académicos y periodistas se acercan a ellas con cierto morbo y con la finalidad de instrumentalizar sus vidas en algún sentido, o estudiarlas desde la diferencia, pero que en este proceso se sienten muy ellas, que ellas han podido crear algo que no está mediado por una mirada externa a sus realidades. Se habló de la pornomiseria en ciertos acercamientos a ellas, y el público, justamente, ha hablado de que esta obra, pese a ser muy conmovedora, se aleja de este tipo de mirada. Ellas están felices de hacer la obra. Llegar al teatro es dejar atrás todo, dicen. Les veo la dicha en los ojos y en cómo salen.
CAMBIO. ¿Cómo recibe el público la obra?
A.D.: 
El público agradece la honestidad, la verdad, la naturalidad y la valentía que ellas tienen en la escena para contar sus historias. Siempre surge esto en los foros-conversación que hacemos cada noche. Surgen temas de todo tipo. De salud, de derechos, de los prejuicios y estigmas sobre la prostitución, de la discriminación. Estas conversaciones son tan buenas como la obra. Todas las noches los foros son distintos, pero ellas son las que responden casi todas las preguntas. También el público siente lo mismo que yo he sentido en todos estos meses. Hay realidades que vemos desde la otra orilla y que desconocemos totalmente. La obra acerca al público a la vida de tres mujeres que despiertan admiración y respeto por la manera como se asumen, cómo han enfrentado la adversidad y cómo defienden el trabajo que, por diferentes circunstancias, les ha dado independencia. También en algunos foros se ha hablado de las posturas del abolicionismo. Todas las controversias y polémicas aparecen en estos foros. Me ha sorprendido que la mayoría del público se queda hasta el final de estos foros, que se prolongan a veces hasta por media hora.

***
Entre putas… una voz
Creación escénica testimonial
Aforo, 96 personas por función
Esta obra no es apta para niños.
Jueves 30, viernes 31 de marzo y sábado primero de abril, 7:30 de la noche.
Teatro La Factoría Tino Fernández
Carrera, 25 No. 50 - 34. Barrio Galerías (localidad de Teusaquillo)
Bogotá- Colombia
Parqueadero: calle 51 # 25-25.

Entre voz

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