Jazz afrocubano con un toque muy suizo. ¿De qué se trata?
28 Enero 2024

Jazz afrocubano con un toque muy suizo. ¿De qué se trata?

Dayramir González y Manon Mullener.

Crédito: Cortesía: teatro Libre de Bogotá

Manon Mullener y Dayramir González, dos pianistas de mundos y culturas diferentes pero unidos por el amor a un mismo ritmo y sonido, se presentan en el Teatro Libre de Chapinero este 31 de enero a las 8:00 p.m.

Por: Eduardo Arias

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Dayramir González es un virtuoso pianista y compositor cubano que vive en en Nueva York. Manon Mullener es una teclista suiza que, a sus 26 años, recorre Europa con su quinteto de jazz moderno con toques de música cubana.
González, cuyo sonido afrocubano está inspirado en la música de los cubanos Ernesto Lecuona y Chucho Valdés y del norteamericano McCoy Tyner, nació en el seno de una familia de músicos en el barrio El Cerro, en La Habana, en 1983. Se graduó como compositor en el Instituto Superior de Arte y a los 16 años de edad inició su carrera como pianista y compositor en el grupo Diakara de Óscar Valdéz, quien había sido integrante de la legendaria banda Irakere. Ganó en La Habana el concurso JoJazz en 2004 y 2005, y, dos años después, tres premios Cubadiscos por su álbum Dayramir & Habana enTRANCé, álbum debut que lleva el nombre de la banda que había conformado en 2005. En 2010 ganó una Beca Presidencial en el conservatorio Berklee College of Music de Boston, del que se graduó con honores en 2013.
En 2012, invitado por Chucho Valdés, encabezó Voces de Latinoamérica en el Carnegie Hall para representar a la joven generación de pianistas cubanos de jazz. Desde que se radicó en Estados Unidos se ha presentado en innumerables ocasiones con artistas de la talla de Paquito D' Rivera, Chucho y Bebo Valdés, Omara Portuondo, Larry Harlow y Eddie Palmieri, por sólo citar algunos pocos. Actualmente está radicado en Nueva York. Su álbum The Grand Concourse fue elegido como uno de los 40 mejores álbumes de 2018 por Jazz Times y la revista Down Beat le otorgó 4.5 estrellas. En 2020 ganó el premio Wayne Shorter al Mejor Compositor de Jazz del Año.
Manon Mullener nació en Friburgo, Suiza, en 1977 y es una de las estrellas emergentes del jazz europeo. Al igual que González su familia está integrada por músicos, ya que su padre y un hermano son bateristas. A los cuatro años de edad comenzó a aprender piano en el conservatorio de su ciudad natal. Cuando cumplió años de edad se enamoró del jazz y en particular de su vertiente latina y eso la llevó a Cuba, donde profundizó sus conocimientos. Al regresar a Suiza recibió el Premio Spiral en Friburgo.
Continuó sus estudios en la Alta Escuela de Música de Berna. En 2019 publicó Reflejos, su primer álbum, junto con el pianista peruano César Correa y David Stauffacher, percisionista de Zürich. También ha trabajado en programas radiales de jazz. A pesar de su corta edad ya se ha presentadio en diversos escenarios de Suiiza, otros países de Europa, México y Cuba. Con su quinteto que creó el año pasado acaba de publicar Insomnia, su segundo álbum.
CAMBIO se comunicó con Dayramir González para hablar de este concierto, de su trayectoria y de los vínculos entre el jazz y la música cubana.
Intermedio
CAMBIO; ¿Cómo ha sido su conexión con músicos de jazz de Estados Unidos? Desde tiempos históricos pareciera que en el terrotorio del jazz hay muchos más puentes que muros entre Cuba y Estados Unidos.
Dayramir González
: La conexión musical artística que hay entre Cuba y los Estados Unidos de tantos años es tan fuerte que nada político que la puede parar. De toda la vida los cubanos y los americanos buscaban las formas de mantenerse cercanos uno al otro musicalmente. Desde y desde Chano Pozo con Dizzy Gillespie, Machito, Chico O’ Farrell, Arturo Sandoval cuando llegó a Estados Unidos… en general la conexión ha sido de atrás hacia adelante, siempre ha sido así . El mismo Arturo O’ Pharrell, hijo de Chico O Pharrell, ha mantenido una conexión con Cuba muy grande, trayendo siempre big bands a Cuba y ahora estoy trayendo al Festival de La Habana a Aemet Cohen, un pianista americano maravilloso. El año pasado traje a Aaron Goldberg otros pianista increíble y así han venido Joe Lovano, Wynton Marsalis. Muchos americanos siguen teniendo esa conexión con Cuba porque sigue siendo un país exótico y un país también de muchas influencias musicales alrededor del mundo. La gente quieren venir a Cuba a beber de primera mano de esta cultura tan rica que es la cultura cubana.
 

CAMBIO: ¿A qué se debe su admiración por McCoy Tyner?
D. G:
Mi conexión con McCoy Tyner llegó en el 2010 2011 cuando escuché el disco que se llama The real McCoy. Este disco me vino a través de un amigo que lo escuchaba mucho en la Universidad de Berkeley cuando llegué a Boston. Me encantó su sonido de las cuartas, me encantó la fuerza con que toca todas esas pentatónicas en el piano, todos esos conectores armónicos que él tenía para lograr tensiones y intenciones a través de los centros tonales que tocaba. Se parece mucho a la fuerza con que tocamos los cubanos que es bien percutida, que es bien brillante.. Es una de esas influencias que tengo cercanas. Muy parecido también al sonido de Chic Corea que viene también de esa base del sonido posmoderno neoyorkino de los años 60.

CAMBIO: Suele decirse a veces que el jazz es cosa del pasado. ¿Cómo se encuentra el jazz en 2024?
D. G:
Pienso que decir que el jazz es cosa del pasado es erróneo. El jazz, como todos los géneros, ha ido evolucionando. Comenzó desde finales del siglo XIX. En los años 20 contó con el sonido del blues en las bandas, el jazz de Nueva Orleans, después fue evolucionando al be bop, como una forma de expresión de los negros neoyorkinos que necesitaban expresarse y rebelarse contra todas las cosas históricas, sociales y raciales que estaban pasando en Estados Unidos. Después llegó el sonido de McCoy Tyner cono todo el pot be bop, con Joe Henderson, despúes los más modernos con Chic Corea, Herbie Hancock. A partir de ahí cada nación ha logrado incluir muchos de los sonidos que lo hacen autóctono para que siga siendo más fuerte y siga evolucionando.

CAMBIO:  Háblenos del caso concreto de Cuba.
D. G:
Cuba, con toda su idiosincracia, con su cha cha chá, con su son montuno, con su rumba, con su toda su negritud de los yoruba… todo eso logró que Cuba tuviera un sonido que se llama el jazz afro cubano, a través de Chucho Valdez e irakere, que lo comenzaron en los años 70. Entonces pienso que para nada el jazz está muerto. Quienes lean esto, que vengan a nuestro a nuestro concierto para que oigan a dos jóvenes dinámicos, virtuosos, llenos de vida, llenos de alegría . Van a ver que el jazz también es un género muy entretenido, muy muy divertido, muy muy dinámico.

CAMBIO: ¿Cómo será este concierto junto con Manon Mullener?
D. G:
Este concierto junto a la pianista Manon Mullener será muy emotivo, virtuoso, lleno de dinamismo, en la fiesta del piano, porque decidimos unir todas las influencias que tiene la música cubana en el piano. Desde la música clásica europea, desde desde la danza criolla, el danzón hasta el sonido neoyorquino del jazz contemporáneo actual. Manon estudió en La Habana cuando tenía 17 años y junto con su padre ha mantenido una conexión muy grandecon Cuba y ha desarrollado su sonido de jazzista europea. Será una mezcla fabulosa de jazz neoyorkino cubano con el jazz latino europeo de Manon, así que los espero a todos. Será un encuentro increíble.No se lo pueden perder.

Final

 

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