
Crédito: Ana Cañón.
'Las cuchas tienen razón': más de 100 personas se reunieron para pintar un mural en Suba
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A raíz de los hallazgos de restos humanos en La Escombrera del pasado diciembre, los colectivos artísticos se han expresado en distintas ciudades en apoyo a las madres que durante décadas han buscado a sus hijos o familiares desaparecidos. CAMBIO habló con artistas y personas de la comunidad que participaron en el evento en el que se pintó un mural con la ahora famosa frase en el Puente de la Virgen, en Suba.

El 11 de septiembre de 1982, 22 agentes de la F2 –la extinta unidad de inteligencia de la Policía– desaparecieron al sindicalista y latonero Hernando Ospina Rincón. Mercedes Ríos, su cuñada, lo ha buscado desde entonces. Su presencia en la pintada en apoyo a las Las cuchas tienen razón, en Suba, según le dijo a CAMBIO, responde a su vocación de cuidar a los jóvenes que hacen memoria colectiva, así como a enarbolar la bandera del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado.
Kamo hace parte del colectivo Arte pal' pueblo y fue uno de los artistas que se sumaron a la pintada. La expresión artística de varios colectivos en Medellín, Bogotá y otras ciudades demuestra, según el artista, que son muchos los jóvenes que piensan "hombre, mataron gente, por qué la mataron, cómo la mataron; y que denuncian que esas prácticas se siguen realizando".
También nos dijo que, ante la tragedia de las desapariciones y los asesinatos extrajudiciales, la esperanza "está en el pueblo, en la gente de a pie, la que sufre estas prácticas", y no en el Gobierno "que cacarea sobre logros que en la realidad no vemos".
Rowinson Pérez es periodista comunitario en la localidad de Suba. Con pura autogestión, se dedica a registrar los acontecimientos más relevantes para la comunidad. Ayer, mientras tomaba fotos del mural intervenido, nos contó que él también fue víctima de grupos paramilitares que durante años hicieron limpieza social en la localidad. Y que detrás de la consigna de Las cuchas tienen razón, está el anhelo y la exigencia de "poder vivir mejor, más tranquilos, en paz, vivir bacano".
Estos son solo tres de las voces de las más de 100 personas que ayer se juntaron para intervenir uno de los muros del puente de la Virgen en Suba. Su juntanza para hacer memoria histórica responde a los hallazgos de restos de cuerpos humanos en La Escombrera, en la comuna 13 de Medellín, otra de las fosas comunes en las que en Colombia se pudren las personas desaparecidas por las bandas armadas y las fuerzas policiales y militares. Más allá de la denuncia, el ejercicio de memoria tiene el anhelo de la no repetición y la no negación de lo que, tristemente, es tan evidente.
