Los artesanos del sonido, presentes en el Ibagué Festival

La práctica de la música requiere de instrumentos  y estos se deterioran con el paso del tiempo. Por esa razón la lutería, el arte de construir, conservar y restaurar instrumentos musicales es una pieza fundamental en los programas y proyectos de música, ya que un instrumento en mal estado que no hay manera de reparar puede echar por tierra los sueños de un estudiante.

Este ha sido un aspecto al que la Fundación Salvi le ha prestado mucha atención desde hace más de diez años y que, gracias a su alianza con el Conservatorio del Tolima, forma parte fundamental del programa del Ibagué Festival y de las otras actividades que desarrollan a lo largo del año.

Como señala Diana Arévalo, coordinadora de la Tecnología en Lutería del Conservatorio del Tolima y de los talleres de lutería del Ibagué Festival, el programa nació en 2011 con la creación del Programa Centro de Lutería de la Fundación Salvi, una iniciativa entre el Ministerio de Cultura y Julia Salvi, presidente de la Fundación. Julia Salvi comenzó a trabajar en la formación de nuevos lutieres en el país en un comienzo de una manera informal, que contaba con el apoyo de varios expertos internacionales, con el fin de formar los lutieres empíricos que ya existían en el país a través del Plan Nacional de Música para la Convivencia, programa que ha entregado miles de instrumentos a los diferentes municipios para sus procesos de formación musical. “Surgió la necesidad de tener personal calificado para atender los instrumentos, darles mantenimiento, tenerlos en las condiciones ideales para hacer procesos de formación musical”, señala Diana Arévalo. Gracias a ello, la Fundación Salvi instauró dos líneas de formación. Una se enfocó en la formación de técnicos en reparación y mantenimiento de instrumentos sinfónicos y otra en la construcción y reparación de instrumentos de cuerda frotada.

Por el lado de los lutieres de cuerda en 2021 nació el programa de formación profesional en el Conservatorio del Tolima, ya que Ibagué ofrecía un espacio idóneo para poner a marchar un programa profesional que, de acuerdo con Diana Arévalo, es único en el país y el tercero en Latinoamérica. “Es un orgullo que la ciudad musical de Colombia tenga en su institución insignia para la formación musical este programa que en este momento instruye a 55 estudiantes. El equipo de maestros lo conforman 17 profesores en diferentes disciplinas, tres luthiers que llegaron a la ciudad musical enamorados de este oficio y con ganas de pasar esta información y este conocimiento a los nuevos luthiers en formación”, señala.

El Conservatorio del Tolima está aliado con la Escuela Internacional de Lutería de Cremona, ciudad italiana famosa en el mundo entero por la construcción de instrumentos de cuerda frotada desde hace ya varios siglos, y de donde son originarios los célebres violines Stradivarius. “Con ellos estamos tratando de mantener la alta calidad de nuestros instrumentos y los resultados se empiezan a ver en el Ibagué Festival”. La exposición Almas sonoras, en el Museo Panóptico de Ibagué, exhibe nueve violines de nueve luthieres, los primeros graduados del Conservatorio del Tolima de este programa profesional. “Es un orgullo para la institución y para James Enrique Córdoba Fernández Córdoba, rector de la Universidad del Tolima, quien ha creído en este proyecto desde hace más de 10 años”.

Esta exhibición de violines estará abierta al público hasta el 7 de diciembre en horarios de 2 de la tarde a 5 de la tarde, y contará con visitas guiadas tanto por estudiantes como por integrantes del equipo del Panóptico.

En el Ibagué festival se han desarrollado diferentes actividades, en las que se destaca la lutería. Entre ellas, una clínica de mantenimiento de instrumentos de vientos sinfónicos, al que los estudiantes pueden asistir con sus instrumentos, hacerles mantenimiento y conocer cómo funcionan sus mecanismos y cómo son por dentro. También está la clínica de las cuerdas frotadas a las que pueden asistir los músicos de la región con sus instrumentos para que los revisen, les hagan un diagnóstico, les hagan ajustes para que el instrumento quede en las mejores condiciones, como ejemplo el cambio del puente.

En otros talleres les enseñan a los estudiantes a construir dispositivos y los invitan a tener sus propios talleres en casa o en el lugar donde van a desarrollar sus prácticas de lutería. También se ha llevado a cabo un taller de afilado de herramientas cortopunzantes, a cargo del maestro Jessy Robayo, de Bogotá, quien es un experto en el uso de estas máquinas y herramientas en la madera.

También se han tenido en cuenta los niños para hablarles de lutería y animarlos a que se acerquen a este oficio y que se familiaricen con instrumentos como el violín. “Quisimos tenerlos en cuenta en esta oportunidad en el Conservatorio del Tolima”, señala Diana Arévalo.