‘No fue fácil hablar con exterroristas del IRA o con exparamilitares del Ulster Volunteer Force’: Jacobo Celnik, autor del libro ‘Guerra y paz en Irlanda del Norte’

Los graffiti en Belfast todavía recuerdan los tiempos violentos.

Crédito: Fotos de Jacobo Celnik

4 Agosto 2023

‘No fue fácil hablar con exterroristas del IRA o con exparamilitares del Ulster Volunteer Force’: Jacobo Celnik, autor del libro ‘Guerra y paz en Irlanda del Norte’

El origen del conflicto en Irlanda se remonta a los tiempos del rey Enrique VIII y fue particularmente violentos en Irlanda del Norte entre 1969 y 1998. En 2023 se cumplen 25 años del Acuerdo del Viernes Santo que le puso fin al conflicto. El libro ‘Guerra y paz en Irlanda del Norte’, del periodista colombiano Jacobo Celnik, explica en detalle esa historia, en la que recoge testimonios de primera mano de católicos y protestantes, de victimarios y víctimas.

Por: Eduardo Arias

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El periodista colombiano Jacobo Celnik se ha destacado ante todo por sus crónicas, entrevistas y columnas sobre música. Y fue precisamente su pasión por el rock británico que se aficionó a músicos también de Irlanda, tanto del Norte como Eire. Ese interés que le han despertado siempre las islas británicas lo llevó a emprender un trabajo de reportería y de investigación que le tomó cinco años. El resultado es el libro Guerra y paz en Irlanda del Norte, que acaba de publicarse en el país.

Jacobo Celnik ha colaborado en repetidas ocasiones en estas páginas de Cultura. Es el autor de la novela-reportaje-crónica El pintor de Auschwitz, que lo llevó a buscar los orígenes de su familia en Polonia, víctima del antisemitismo que había obligado a su tatarabuelo a buscar un nuevo rumbo en Colombia algunos años antes de la invasión nazi a su país. También ha publicado en diferentes medios y libros entrevistas que le hizo a grandes figuras del rock mundial (Rockestra y Satisfaction), escribió también Melómanos, historias de una obsesión (una serie de reportajes con coleccionistas de discos), La causa nacional -Historias del rock en Colombia, Los 80, volver al futuro, otra edad de oro del rock británico y Who are you-El rock en sus propias palabras. Hace pocos meses publicó Un siglo de historias-La comunidad judía de Bogotá.

CAMBIO conversó con él acerca de Guerra y paz en Irlanda del Norte, un libro muy pertinente en un país que intenta darle un adiós definitivo al conflicto armado.

Jacobo
Jacobo Celnik


CAMBIO: Usted dice en el prólogo que desde niño creció oyendo noticias sobre Irlanda del Norte. Muchos en Colombia seguimos esa guerra y el proceso de paz posterior pero jamás se nos habría ocurrido investigar el tema para escribir un libro. ¿Qué lo llevó a emprender esa tarea tan compleja?

Jacobo Celnik: Irlanda siempre ha sido una presencia en mi vida a través del cine, la literatura, especialmente de la música de U2, de Van Morrison, de Gary Moore, de Thin Lizzy, de Sinnead O'Connor, de los Cranberries, de Rory Gallagher. Hubo un punto de quiebre que me llevó a a desarrollar la idea de escribir este libro y es una fuerte amistad que establecí con un norirlandés que es profesor de un colegio acá en Bogotá. Empezamos a hablar mucho del tema de su país, de su ciudad natal Portadown y empecé a entender mucho más de eso que uno ve de forma muy superficial en el cine. Por ejemplo, en películas como El viento que agita la cebada o En el nombre del padre o en Maeve o en Cal, que son referentes icónicos de la violencia en Irlanda del Norte. En el nombre del padre es una que a mi generación nos marcó profundamente esta película excepcionalmente protagonizada por Daniel de Lewis en la medida que fui entendiendo mucho más ciertas dinámicas.

Belfast
CAMBIO: ¿Cuáles percepciones cambiaron con esas conversaciones?

J. C.: Dimensioné que la violencia en Irlanda del Norte no se sustentaba solamente por un problema entre católicos y protestantes, que es la forma fácil de reducir o de explicar un problema que es mucho más complejo y mucho más profundo, que está atado a cuestiones imperialistas, colonialistas y poscolonialistas. Empecé a estudiar y a leer mucho más sobre Irlanda, vi algunos documentales y en un momento dado sentí que había una historia interesante por abordar, por estudiar. Sobre todo porque poco nos interesamos acá en temas que están íntimamente relacionados con Europa o con otros continentes. Es más frecuente ver que investigadores europeos, canadienses o estadounidenses se interesen en cuestiones de América Latina. Entonces vi una gran oportunidad para un proyecto editorial apasionante, exigente, y decidí meterme en esta gran aventura que ha sido Guerra y paz en Irlanda del Norte.

Irland
CAMBIO: Una de las dos partes que componen el libro recoge testimonios de protagonistas del conflicto en Irlanda de muy diversa índole. ¿Cómo tuvo acceso a esas personas?
J. C.:
Las fuentes van saliendo a través de la lectura de libros, artículos de prensa, y debo decir que ha sido como una afortunada red de contactos que se fue tejiendo a través de un contacto que me llevó a otro contacto y este a otro más, de la forma más natural y orgánica que pueden fluir este tipo de relaciones que se van sustentando a través del interés de un investigador por profundizar en el tema.


CAMBIO: No debe ser fácil contactar exterroristas, exparamilitares…
J. C.:
Evidentemente no fue fácil hablar con exterroristas del IRA o con exparamilitares del Ulsters Volunteer Force y de hablar con militares británicos o con personas que tuvieron alguna injerencia en la violencia en Irlanda del Norte porque de todas maneras sigue siendo un tema sensible, con cicatrices palpables y heridas abiertas. Sin embargo, tuve la fortuna de contar con el apoyo de fuentes primarias absolutamente válidas que confiaron en mí, que me abrieron las puertas de sus casas, de sus oficinas o de sus espacios sagrados para poder acceder a una cantidad de historias que hasta el día de hoy, aunque hayan sucedido hace más de 30 años, siguen siendo dolorosas. Entonces puedo decir que el acceso fue por cuenta de un trabajo arduo y dedicado de redes de contactos.

Rejas
CAMBIO: No sé si usted tenga alguna anécdota que quiera compartir de esas entrevistas.
J.C.:
De las entrevistas hay muchas anécdotas, pero una en particular, todavía pienso en ella y trato de entender esas casualidades como me sucedió con un militar británico. Estábamos tomándonos un café en el centro de Belfast y le pregunté por una situación difícil que hubiera tenido que vivir patrullando las calles de Irlanda del Norte, particularmente las de poblados cercanos a Belfast y del este de Irlanda del Norte. Me contó una historia relacionada con un suceso muy triste entre dos soldados británicos. Yo conocía esa historia por otra fuente y entonces en un momento dado le dije: no me siga contando la historia. Eso sucedió el día que el Liverpool jugaba la final de la FA Cup contra el Sunderland después de un atentado del IRA a una base militar británica. Él quedó como impresionado de que yo supiera los pormenores de ese hecho que él me estaba narrando. Esa coincidencia me parece impactante porque las posibilidades de que un colombiano supiera esa historia narrada por un británico pero contada por una fuente irlandesa, pues las probabilidades son muy pocas.

Reina
CAMBIO: De esos testimonios, ¿cuál lo impresionó más?
J. C.:
El testimonio de Fiona Gallagher para mí es realmente impactante por la dureza y lo fuerte que es la narración del asesinato de su hermano a manos del ejército británico remueve muchas fibras. Cada uno de los testimonios tiene muchas enseñanzas, hay demasiadas historias buenas por descubrir ahí.


CAMBIO: ¿Piensa publicar, así sea en redes, las fotografías que usted tomó durante su viaje a Irlanda o ya lo hizo?
J.C.:
En el libro hay varias fotos que tomé en Irlanda del Norte, especialmente en Belfast. Las he venido compartiendo en mis redes sociales. Las fotografías que están en el libro son retratos muy fieles de algunas cicatrices en algunos casos aún palpables de la violencia. Por ejemplo, los muros que dividen barrios católicos de protestantes. Fotos de rejas que cierran barrios entre sí. Hay muchas cicatrices que todavía se sienten.


CAMBIO: ¿Alguna de esas imágenes lo conmovió?
J. C.:
Hay una foto en particular que me gusta mucho porque siempre la he tenido muy presente. Es el mural dedicado a Bobby Sands, este activista republicano que murió en las huelgas de hambre de los de inicios de los años 80 en la prisión de Long Kesh. Indudablemente es un símbolo de la lucha armada y del activismo republicano nacionalista norirlandés. Ver el mural de Bobby Sands fue muy impactante, estuve mucho tiempo en frente de esa imagen. De hecho, todos los murales que hay en Belfast tanto protestantes como católicos son piezas de arte dignas de apreciar. Los murales protestantes tienen una fuerza y una violencia intrínseca demasiado impactante, a tal punto que hay imágenes de militares británicos con rifles AR-15 de marca Armalite. Si uno se va moviendo o se va corriendo en alguna de las direcciones, el arma siempre lo sigue a uno como diciendo: “Estamos vigilándote”. Es muy fuerte.

Muros
CAMBIO: ¿Es posible pensar en una reunificación de Irlanda o las diferencias tanto culturales como religiosas y políticas de los irlandeses republicanos y los unionistas ya son insalvables? ¿Cómo lo ve usted?
J.C.:
Yo veo muy difícil el tema de la unificación de Irlanda porque la República de Irlanda no sé si está en la capacidad económica de asumir lo que el gobierno británico asume para Irlanda del Norte. Ese es un factor fundamental. Cuando se habla de la unidad no solamente es lo que piensan los ciudadanos de Irlanda del Norte frente a la unidad, independientemente si son católicos o protestantes, porque también hay que tomar en cuenta a los ciudadanos de la República de Irlanda. Encuestas recientes han señalado que hay cierto apoyo desde la República de Irlanda y por supuesto entre los católicos de Irlanda del Norte. De todas maneras los protestantes de Irlanda del Norte son más británicos que los propios británicos y eso siempre será un escollo. Por otro lado, el Brexit es una piedra en el zapato. Yo creo que el futuro de una Irlanda unida dependerá de lo que suceda en Escocia. Si se vuelve a llevar a cabo un referendo por la independencia de Escocia y esa hipotética independencia de Escocia se llega a dar, el panorama para Irlanda del Norte puede cambiar. Escocia es un actor fundamental pero ya los escoceses lo intentaron una vez y decidieron seguir atados a Londres. Creo que la unidad irlandesa dependerá de un cambio generacional y serán los jóvenes, los que no estén impregnados del pasado sectario, de la violencia sectaria, los que de pronto puedan tener ese voto favorable, pero eso tomará por lo menos una década o más.

Libro
CAMBIO: En su concepto, ¿cuáles similitudes y cuáles diferencias encuentra usted entre el conflicto colombiano y el irlandés?
J.C.:
Las similitudes yo creo que están atadas a ciertas formas de ejercer terror entre la población. Una bomba en Belfast no tiene ninguna diferencia a una bomba en Bogotá. Una bomba en el club El Nogal puesta por las Farc o una bomba que pone el IRA en el Hotel Europa de Belfast buscan generar terror, zozobra, destrucción, muerte para presionar a los entes gubernamentales, para lograr objetivos que fueron imposibles de alcanzar a través del del diálogo. Las diferencias están en el fondo del conflicto. El conflicto colombiano tiene unos tintes políticos, de desigualdad social, de búsqueda de mejores condiciones para la población, para el campo. En el caso de Irlanda del Norte la motivación de la lucha estaba sustentada por la unificación de Irlanda y por el fin de la presencia británica en el territorio irlandés. Esa fue la motivación principal del IRA cuando llevó a cabo su lucha feroz a finales de los años 60 e inicios de los 70. Todo atado a una serie de variables que hicieron que el conflicto se saliera de control, aunque la primera piedra la lanzaron los unionistas a finales de los años 60. Ellos fueron los culpables de avivar un poquito la violencia, sustentada también en el lado republicano que buscaba mejores condiciones de vida. Porque en Irlanda del Norte históricamente a los católicos los han tratado como ciudadanos de segunda clase.

Sands
Jacobo Celnik posa en el mural dedicado a la memoria de Bobby Sands.
Paz
Ian Paisley (unionista) y Martin McGuinness (excombatiente del IRA) antes eran enemigos irreconciliables. Tras la firma del acuerdo de paz posaron para la foto juntos y muy sonrientes.
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