Pepe Cáceres: el maestro de América 
29 Enero 2023

Pepe Cáceres: el maestro de América 

Sebastián Eslava interpretó a su padre, el torero colombiano Pepe Cáceres.

La cinta colombiana dirigida por Camilo Molano Parra y Sebastián Eslava Vélez es un documento histórico alrededor de las dos primeras celebridades que tuvo Colombia. Un torero y una reina devolvieron la sonrisa al país tras los días de la Violencia.  

Por: Rodrigo Urrego

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Aunque en Colombia suena a cocaína, armas y contratación pública, la principal definición que la RAE concede a la palabra cartel se reduce a una “lámina de papel” con “letreros e imágenes”, y fines “noticieros” y de “publicidad”. Para los abuelos y padres de millennials y centennials, sobre todo los de los bogotanos, el cartel no tenía otra definición diferente a la terna de toreros que harían el paseíllo al siguiente domingo en la plaza de toros de Santamaría. 

Desde su inauguración, el domingo 8 de febrero de 1931, durante el gobierno liberal de Enrique Olaya Herrera, los toros eran el principal entretenimiento de los capitalinos, más allá del cine, por no decir el único, al menos hasta el primer campeonato profesional de fútbol, en un año que partió la historia de Colombia, 1948. 

Antes de la Violencia, los hombres bogotanos admiraban a los líderes políticos que leían en los diarios, a los galanes del cine, pero los ídolos por los que se movilizaban, incluso hipotecando hasta la última moneda del salario de entonces, eran los toreros. 

Para profundizar

Atravesaban el Atlántico desde España, en barco, y en giras que se extendían el primer trimestre de cada año, se presentaban en Lima, Bogotá, Caracas, Ciudad de México, y retornaban a suelo europeo con fortunas como si fueran monedas de oro de la época de la conquista española. 

En aquellos años, incluso en los dos en que Jorge Eliécer Gaitán fue alcalde de la ciudad (1936-1937), “el cartel” se publicaba los lunes en El Tiempo y El Espectador, en La República y en El Siglo, y hasta en El Intermedio y El Independiente, nombres de los dos primeros en los años de la censura, en el régimen de Rojas Pinilla (1953 - 1957).

Juan Silveti, mexicano, El Tigre de Guanajuato en los carteles, “quien hablaba de poder a poder con su amigo Alfonso López Pumarejo”, según Manuel Piquero Vélez (revistero de El Tiempo), fue el primer ídolo de masas de los bogotanos. Domingo Ortega, Manolete, el también mexicano Carlos Arruza, acaparaban la atención de los diarios, y cuando fueron anunciados en el cartel, llenaron la Santamaría “hasta las banderas”. 

Si las mujeres se derritieron con un niño de 14 años que tomó la alternativa y que vieron hacerse hombre al que admiraban las actrices de cine, Luis Miguel Dominguín, padre de Miguel Bosé, los hombres hicieron lo propio el año en que la rejoneadora chilena Conchita Cintrón paralizó la vida de Bogotá. 

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Luis Miguel Dominguín y Pepe Cáceres / Foto: Archivo particular

Los toreros de los carteles, todos, eran extranjeros, como también lo eran los nuevos ídolos, los futbolistas, que encabezados por los argentinos Adolfo Pedernera, Nestor Raúl Rossi y Alfredo Di Stéfano, pusieron a Colombia en el mapamundi cuando Millonarios de Bogotá derrotó al Real Madrid, en 1952. 

De Joselito Eslava a Pepe Cáceres 

Honda, ciudad de los puentes, aunque puerto tolimense de importancia del río Magdalena, ni siquiera estaba en el radar de las redacciones de los diarios capitalinos cuando José Humberto Eslava Cáceres nació el 16 de marzo de 1934, año en el que se reafirmó la República Liberal con el triunfo en las urnas de Alfonso López Pumarejo. 

Cuatro años después José Humberto quedó huérfano de padre, la noche en que Carlos Julio Eslava venció al miedo de tener enfrente a la muerte, y murió tras arrojarse de uno de los puentes del pueblo para evadir la tortura que supone vivir sin tener ganas de hacerlo. 

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Luis Miguel Dominguín, Pepe Cáceres y Jaime Ostos / Foto: Archivo particular

Abandonado por su madre, que lo dejó al cuidado de su abuela Clementina, José no tenía la más mínima opción de ser alguien “de cartel”, al menos en la definición que la RAE le otorga a ese adjetivo para calificar a una persona “que tiene gran prestigio”.

Quizás, la única forma de cambiar su suerte, que un niño abandonado y sin estudios, señalado en aquella época por el suicidio de su padre con todo lo que la enfermedad mental significaba en el siglo pasado, era con la locura de arriesgar la vida ante las embestidas de un toro bravo que también lo podía matar, y lejos de la tierra que lo vio nacer. Suicida, pero con valor. 

El primer destino fue Manizales, de la mano de su primer mentor, Melanio Murillo, famoso picador de toros oriundo de Cereté, quien lo puso en el cartel de una novillada en la plaza de toros El Soldado, en el batallón Ayacucho de la capital caldense, bajo el nombre artístico de Joselito Eslava. 

Eran los años en los que liberales y conservadores se mataban sin tregua, cuando apareció en una plaza de madera y latas en Fontibón, al occidente de Bogotá, pero anunciado en el afiche publicitario del festejo como Pepe Cáceres, nombre sugerido por el matador de toros español Félix Rodríguez Antón, quien al ver sus condiciones decidió orientarlo. 

Triunfo apoteósico en su presentación de novillero en la Santamaría, en 1953, que auspició su aterrizaje en España ante el apoderado sevillano Andrés Gago, famoso por haber dirigido la carrera del mexicano Carlos Arruza, rival de Manolete. 

Colombia ya contaba con cinco matadores de toros, aunque ninguno capaz de competir contra españoles y mexicanos, cuando Pepe Cáceres, con 21 años, cruzó el Atlántico y tratar de ser rey del toreo en la tierra donde la tauromaquia es fiesta nacional, y donde ser torero, para un suramericano, parecía una empresa tan quijotesca como la de derribar a todos los gigantes que movían sus brazos como molinos de viento en el lugar de la Mancha de cuyo nombre Cervantes Saavedra no quiso acordarse. 

Debutó en España el 10 de abril de 1955 en Málaga, donde sufrió una grave cornada en el pecho, y culminó aquella temporada con 14 novilladas. Al año siguiente dobló a 28 el número de actuaciones, destacando la de su presentación en Sevilla, el 6 de mayo, cuando cortó una oreja, triunfo que le valió repetir el 20 de mayo y el 10 de junio. Una semana después debutó en Las Ventas de Madrid, donde sumó otras tres novilladas más (26 de junio, 12 y 15 julio).    

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El pintor español Pablo Picasso y el torero colombiano Pepe Cáceres / Foto: archivo particular

El 30 de septiembre de 1956, feria de San Miguel, Pepe Cáceres se convirtió en el primer torero colombiano —y único— en recibir la alternativa en la Real Maestranza de Sevilla, una de las plazas más emblemáticas del toreo, y de manos de dos auténticos toreros “de cartel”: Antonio Bienvenida (padrino) y José María Martorell (testigo). 

La mejor temporada que protagonizó en España fue la de 1958, que culminó con 21 paseíllos, incluido el de su confirmación de alternativa en Las Ventas de Madrid (1 de mayo). Cuatro años después marcó un hito en la historia al convertirse en el primer matador de toros colombiano en cortar una oreja en la que es considerada la catedral del toreo mundial. 

‘Rock Star’

En aquel año 58, cuando el Frente Nacional que se inauguró con la posesión de Alberto Lleras Camargo parecía poner fin a la violencia política, los colombianos tuvieron en los triunfos hispanos de Pepe Cáceres y en la corona de Miss Universo de la señorita Caldas Luz Marina Zuluaga sus mayores motivos de júbilo. 

En enero de 1959 el torero tolimense se impuso ante todos los toreros españoles que ese año desfilaron en la feria de Manizales, y obtuvo la segunda de sus cinco Catedrales, trofeo que se otorga al mejor torero. 

Como la reina universal fue la encargada de conceder el trofeo en la ceremonia, los colombianos se ilusionaron con un romance con el torero, como el que veían en el cine español entre matadores y divas de la canción. 

Pepe Cáceres, sin embargo, se enamoró ySe casó con otra reina, Olga Lucía Botero, quien representó a Colombia en Miss Universo 1962, con quien tuvo dos hijos, una de ellas la presentadora Adriana Eslava. Lyda Zamora, actriz colombiana, fue su segunda esposa, y también tuvo dos hijos. La pintora Olga Lucía Vélez fue la tercera de sus esposas, madre de otros tres hijos, el menor, el actor y director de cine Sebastián Eslava. 

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Pepe Cáceres y su hijo Sebastián Eslava / Foto: Archivo particular

Para la generación que antecedió a los millenials y centennials, Pepe Cáceres fue la primera gran celebridad que tuvo el país, y su impacto en la vida nacional tenía casi que similar trascendencia que hoy, en la era de las redes sociales, puedan tener Shakira, Karol G, James, Falcao o Luis Díaz. Todo lo que hacía el diestro era publicado por los diarios. 

Cáceres no solo llegó a codearse con las máximas figuras en su disciplina —caso de Dominguín, Antonio Ordóñez, Paco Camino, El Cordobés,...—, sino ser admirado por otros genios como el nobel de literatura Ernest Hemingway o el pintor Pablo Picasso, quien tras una corrida en Nimes (Francia), le regaló una pintura original e inédita. 

"Pepe Cáceres fue la primera gran celebridad que tuvo el país"

Veintiún corridas toreó en 1959, catorce más en 1960, trece en 1961, dieciséis en 1962, trece en 1963, y tras tres temporadas ausente, regresó en 1966 y 1967, donde hizo el paseíllo en siete tardes cada año. El 12 de octubre de 1981 fue su última tarde en España, en Las Ventas de Madrid. 

Luis Fernando Hoyos, actor colombiano que interpreta al padre de Pepe Cáceres en la película dirigida por Camilo Molano y el propio Sebastián Eslava, tenía entre 12 y 13 años cuando, a finales de los años 1970, su papá lo llevó a varias corridas en Cañaveralejo, en Cali, y entre esas vio a Pepe. “La gran estrella del momento”, dice a CAMBIO, porque, entre otras cosas, “puso a Colombia en lo alto, y porque los toreros eran unos rockstar totales”. 

Pero mayor fue la trascendencia de Pepe Cáceres en la “Colombia profunda”, parafraseando al desaparecido sociólogo e historiador Alfredo Molano. Junto a Joselillo de Colombia, primero, y toreros como El Puno, El Cali, Jorge Herrera o Jairo Antonio, después, colonizaron pueblos y aldeas donde apenas llegaba la señal de Antena Modulada, sólo para ofrecer una tarde de diversión en las ferias y verbenas. Los toros fueron el espectáculo popular de Boyacá, Cundinamarca, Tolima, Santander, Norte de Santander, Valle del Cauca, durante el siglo XX. Al menos hasta que en Colombia la palabra cartel empezó a sonar a armas, narcotráfico y corrupción. 

El mito 

Cáceres, el niño abandonado a los cuatro años, tras el suicidio de su padre, se hizo famoso y millonario, y ganadero, y a pesar de ello siguió toreando cuando no necesitaba jugarse la vida por dinero. 

Siendo el torero más longevo del mundo en 1987, Cáceres regresó a la plaza La Pradera de Sogamoso, la que había inaugurado dos décadas antes, en la segunda corrida de la feria del Sol y del Acero. Allí se encontró al toro Monín, de la ganadería antioqueña San Esteban de Ovejas, que en la última de sus embestidas, cuando Pepe Cáceres lo iba a matar, lo corneó en el pecho y le perforó el pulmón. 

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Un barrio en Manizales llevó el nombre de Pepe Cáceres. / Foto: Archivo particular

Durante 27 días el país estuvo en vilo por la evolución de la salud del torero, hasta que la noticia de su muerte sacudió todo el territorio y el 16 de agosto fue noticia de diarios y noticieros. “Era una persona que representaba a Colombia, la tauromaquia hoy no se ve como se veía antes”, explica Hoyos.  

Su sepelio, en el ruedo de la plaza de toros de Santamaría de Bogotá, fue multitudinario, y quizás, preludio de las caravanas fúnebres que en los años siguientes enlutaron al país, con la muerte de cuatro candidatos presidenciales.  

Tras ser cremado, sus cenizas reposan en la Catedral de Manizales, ciudad donde fundó un barrio, el mismo que fue sepultado por una avalancha, y cuyos damnificados tuvieron una segunda oportunidad sobre la tierra gracias a una actuación benéfica del torero nacido en Honda. 

“Su verónica, de un clasicismo impecable, pudo quedar de modelo en la más exigente academia de arte taurino”, escribió sobre Pepe Cáceres el reconocido crítico y escritor de toros mexicano Pepe Alameda, en el libro El hilo del toreo. 

Antes que el título mundial de Pambelé, el Nobel de García Márquez, James y Falcao, Shakira o Karol G, Colombia tuvo en un torero, a Pepe Cáceres, a su primer hombre “de cartel”, como según la RAE se refiere a “una persona de gran prestigio”. 

José Humberto Eslava Cáceres, tuvo tanta reputación en su disciplina que hasta los 52 años era anunciado en los carteles con nombre y apellido: “Pepe Cáceres, el Maestro de América”. 


Quién es quién 

Camilo Molano Parra, uno de los directores de la película Pepe Cáceres, confesó a CAMBIO que la cinta que los ocupó durante más de una década es un auténtico “documento histórico” cuyo hilo conductor es la tauromaquia, una manifestación cultural (según la Corte Constitucional) que se arraigó por todos los rincones de Colombia en el siglo XX. 

CAMBIO enseña quiénes son los personajes de la vida real de la película colombiana que cumple su segunda semana en cartelera. El reparto de reconocidos actores colombianos y españoles, fue complementado por actores naturales encabezado por el matador de toros colombiano Luis Miguel Castrillón. 

Pepe Cáceres 
(Cristian Restrepo - Luis Miguel Castrillón)

Además del protagonista Sebastián Eslava, dos toreros colombianos interpretan a Pepe Cáceres, el niño torero Cristian Restrepo, y el matador antioqueño Luis Miguel Castrillón es el doble de las escenas taurinas. 

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El niño torero Cristian Restrepo interpretó a Pepe Cáceres a los 13 años.
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El matador antioqueño Luis Miguel Castrillón fue el doble de Sebastián Eslava en las escenas de toreo.

Carlos Julio Eslava   
(Luis Fernando Hoyos)

El padre de Pepe Cáceres, quien se suicidó cuando este tenía 4 años, es interpretado por el actor colombiano Luis Fernando Hoyos.

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Luis Fernando Hoyos, actor colombiano

Melanio Murillo
(Néstor Alfonso Rojas)

Picador de toros profesional nacido en Cereté (Córdoba) fue el primer apoderado de Pepe Cáceres, en su época de novillero, cuando se anunciaba Joselito Eslava en los carteles, y cuando se inició en la parte seria del espectáculo cómico El Empastre. Los enanos toreros Juan David Céspedes, Larry Plazas y Andrés Henao interpretan a los miembros de esta cuadrilla. En la película también “hace el paseíllo” en una de las escenas Rocío Morelli, la única torero mujer de Colombia en la actualidad. 

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Néstor Alfonso Rojas  y Cristian Restrepo

Luz Marina (Zuluaga) 
(Valeria Galviz)

Es un personaje ficticio que representa a la primera Miss Universo colombiana Luz Marina Zapata a quien el público del país quiso relacionar con Pepe Cáceres, pero que sólo mantuvieron una cercana amistad, por tratarse de las celebridades del momento, principalmente. Durante el año de su reinado, Zuluaga. Sólo fueron rumores de prensa, e ilusión de sus fanáticos por verlos juntos.  

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Pepe Cáceres y Luz Marina Zuluaga, Manizales, 1958. / Archivo particular

Félix Rodríguez Antón 

(Quique Sanmartín)

Matador de toros español, nacido en Fuentelapeña (Zamora) el 20 de diciembre de 1910, y fallecido en Medellín (Colombia) el 1 de octubre de 1981. Se hizo ganadero en Colombia y auspició la carrera, en sus inicios, de Joselito Eslava, y fue quien le recomendó cambiarse de nombre al de Pepe Cáceres.

Ernesto Gutiérrez Arango 
(Gerardo Calero) 

Se desempeñó como alcalde de Manizales en dos ocasiones, también fue fundador y rector de la Universidad Autónoma de Manizales y rector de la Universidad de Caldas. Hombre de vasta cultura que en los años 80 también perteneció al movimiento político Nuevo Liberalismo, que fundara Luis Carlos Galán. Estaba casado con doña Bertha Botero de Gutiérrez (Carmenza Cossio). Fundó la ganadería Ernesto Gutiérrez Arango, y creo un encaste propio y único en el mundo. Muchos de sus toros fueron lidiados y propiciaron triunfos al Maestro de América, y es la ganadería común más toros indultados en todo el planeta. 

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Gerardo Calero interpretó al ganadero Ernesto Gutiérrez Arango.

Andrés Gago 
(Manuel Navarro)

Banderillero sevillano y posteriormente famoso apoderado de toreros y empresario taurino en la primera mitad del siglo XX. Apoderado de figuras como el mexicano Carlos Arruza y el portugués Manolo Dos Santos. Fue el apoderado de Pepe Cáceres en sus años más gloriosos en España. 

Félix Forero ‘Finito’
(Christian Caballero)

La persona de mayor confianza de un torero es su mozo de espadas, el hombre que lo ayuda a vestirse de luces y lo asiste con los trastos de torear en la plaza. La figura del mozo de espadas de Pepe Cáceres la interpreta Christian Caballero, actor natural, quien además ha sido ayuda de mozo de espadas de varias figuras en Colombia, como el español Julián López ‘El Juli’. 

Pepe
El actor español Manuel Coronado interpretó a su tío abuelo Luis Miguel Dominguín; Sebastián Eslava, a su padre Pepe Cáceres.

Luis Miguel Dominguín
(Manuel Coronado)

Luis Miguel Dominguín fue figura del toreo de la posguerra española, padre de Miguel Bosé y amigo personal de Pepe Cáceres. Famoso por sus affaires con actrices de cine como Ava Gardner, y por el poderío de su tauromaquia. Es interpretado por el sobrino nieto del propio Dominguín, el actor español Manuel Coronado 

Antonio Bienvenida, José María Martorell y Antonio Ordóñez 
Otras tres figuras del toreo mundial fueron representadas en la película Pepe Cáceres: Antonio Bienvenida y José María Martorell, padrino y testigo de su alternativa en Sevilla, y Antonio Ordóñez, uno de sus principales rivales. Son interpretados por tres toreros, el banderillero español Pepe Calvo, y los matadores colombianos Alejandro Gaviria y Curro Martín, respectivamente.

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