Por qué vale la pena oír el último álbum de Jethro Tull
5 Mayo 2023

Por qué vale la pena oír el último álbum de Jethro Tull

Jethro Tull.

RökFlöte, el nuevo álbum de la banda británica, es la continuación de The Zealot Gene (2022) y constituye uno de los intervalos más cortos entre álbumes sucesivos del grupo de Ian Anderson desde 1980. Un disco sorprendente, avanzado y memorable. No es más de lo mismo. Jethro Tull ya no vive en el pasado.

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Por Jacobo Celnik
¿Cuál es la motivación principal para que una banda que no tiene nada que demostrar, y que no necesita de la novedad para sobrevivir o legitimar su permanencia en la escena del rock, regrese con un nuevo álbum? “Una mezcla de aburrimiento y ansiedad por la edad”, le dijo Anderson a los periodistas de la revista Prog a mediados de marzo. Y remató: “Mientras marchamos por los oscuros corredores del tiempo que avanza, todos nos planteamos nuestra propia mortalidad. O deberíamos. A mis 75 años siento una urgencia muy pragmática por prolongar mi vida laboral antes de que los médicos me den malas noticias”.
 

El álbum número 23 en estudio de Jethro Tull inicialmente se pensó como un proyecto en solitario de Ian Anderson, con temas instrumentales para flauta, en los que venía trabajando desde los días más intensos de la pandemia. Sin embargo, terminó convertido en una sabia colección de grandes canciones que exploran el paganismo medieval. Por eso la fusión en el título de la palabra islandesa Rök (destino) y Flöte, que en alemán significa flauta.

Para desarrollar esta obra conceptual, Anderson estudió las mitologías y leyendas nórdicas, especialmente las relacionadas con Islandia, y su conexión con otras disciplinas como la antropología, la historia, la música y la filosofía. No es la primera vez que el líder de Jethro Tull se mete en estos terrenos, ya lo había hecho en 1975 con el tema Cold wind to Valhalla, y en 1977 con la excepcional Jack-in-the-green del álbum Songs from the wood, y que hace referencia a una tradición celta, heredada por los ingleses, para darle la bienvenida al verano el primero de mayo.

La prevención puede jugarnos una mala pasada si nos enfrentamos a las canciones del disco pensando que es la continuación de Aqualung. Sin embargo, Anderson y su banda han dejado doce joyas dignas de saborear con paciencia y dedicación, como si buscáramos la bendición de esos dioses paganos medievales, de otra era, de otro tiempo, a los que les rinden homenajes, por momentos, con melodías antiguas celtas y vikingas. Y si bien las canciones hacen referencia a un mundo desaparecido y alejado de todo contacto con la modernidad, Anderson nos recuerda que los nombres martes o jueves vienen de los dioses nórdicos Tyr y Thor.

En su totalidad, es un álbum coherente con el sonido tradicional folk del grupo, fiel a un legado y a una marca, certero gracias a una colección de canciones que resuenan con personalidad, nostalgia, significado profundo y drama. Pueden funcionar perfectamente como la banda sonora de una obra de teatro inspirada en leyendas medievales. Da la sensación de que esta versión moderna de Jethro Tull lleva más de medio siglo tocando juntos, porque hay canciones como Hammer on hammer, The perfect one (que además tiene un toque celta maravilloso), The navigators y Ginnungagap que parecen sacadas de los días de los álbumes Heavy horses y Minstrel in the gallery. Y es que el alma de trovador que conserva Anderson es indiscutible y a pesar de las limitaciones en su voz, las melodías se han camuflado con pasajes instrumentales intensos y arriesgados, como los solos de guitarra y órgano a cargo de Joe Parrish y John O´Hara, además de su flauta traversa que suena tan hermosa, lírica, precisa y cautivadora como en los días en los que millones de personas se rindieron ante la grandeza de Bouree y Serenade to a cuckoo.

Si este es el testamento de Ian Anderson, que lo canonicen de una vez por todas y le hagan una estatua en su natal Dunfermline, la tierra escocesa que vio nacer al trovador más coherente, persistente y erudito de la historia del rock británico. Que la magia de su flauta nunca se apague.
RökFlöte
Un poco de tullmanía:
• El nombre del grupo está inspirando en un agricultor británico del siglo XVIII que revolucionó las técnicas de arado durante la Revolución de la Agricultura Británica.


• En sus primeros días de carrera, compartieron escenarios con Led Zeppelin. Las relaciones fueron tensas y terminaron agarrados.


Tonny Iommi de Black Sabbath hizo parte del grupo a finales de 1968, tras la salida del guitarrista Mick Abrahams. Aparece en la presentación de A Song for Jeffrey en el Rock and Roll Circus de los Rolling Stones. Se retiró del grupo porque la música folk no era su motivación principal.


• A pesar de tener obras conceptuales y cercanas al rock progresivo, como lo son los álbumes Aqualung, Thick as a brick y A passion play, Jethro Tull es una banda de folk rock.


• Entre 1968 y 1980, el grupo produjo, de forma seguida e ininterrumpida, trece álbumes en estudio, todos de gran factura como Songs from the wood, Heavy horses, Stand up, Benefit y War child, que ocupan lugares de privilegio junto a sus dos obras más mediáticas: Aqualung y Thick as a brick.


• En 1989 el álbum Crest of a knave de Jethro Tull ganó el Premio Grammy a mejor álbum de Hard Rock/Heavy Metal por encima de And Justice for all… de Metallica.

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