Red de Bibliotecas Públicas, garantía de acceso a los libros y a la lectura en todos los municipios de Colombia
8 Noviembre 2023

Red de Bibliotecas Públicas, garantía de acceso a los libros y a la lectura en todos los municipios de Colombia

Hoy se entregó el Premio Nacional de Bibliotecas Públicas, un proyecto de nación que ha consolidado la lectura en todos los municipios de Colombia. Este es el texto del jurado, integrado por Soraya Bayuelo, Lucía González y Ana Roda, que se leyó en el acto de premiación.

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Durante dos semanas y media Soraya Bayuelo, Lucía González y Ana Roda, las tres integrantes del jurado del Premio Nacional de Bibliotecas Públicas Daniel Samper Ortega, recorrimos el país de punta a punta para conocer de cerca las bibliotecas finalistas y hablar con sus bibliotecarios y también con los usuarios que, invariablemente, se hicieron presentes para apoyar y defender sus proyectos. Fue impactante en particular para Ana Roda, después de diez años de haber pasado por la Biblioteca Nacional y contribuido junto con el equipo del momento a su consolidación, así como para Soraya Bayuelo y Lucía González, comprobar y ver de cerca la fuerza de esta Red Nacional que se ha extendido por todos los territorios del país, que trascendió los municipios y se adentró en las zonas rurales, de mil formas y con mil caras diferentes, las caras y el sello que las comunidades les han querido dar.

Dos décadas después de que se diera inicio al Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas, Colombia cuenta hoy con una red de 1.560 bibliotecas públicas, entre departamentales y municipales, a las que se sumaron en los últimos años 630 bibliotecas rurales itinerantes, lo que configura una magnífica trama cultural sostenida y tejida por la variedad de etnias, lenguas y comunidades que hacen parte del territorio nacional.

La salud de esta Red de Bibliotecas Públicas que es garantía de acceso a los libros y a la lectura, que fortalece la cultura, o las culturas, la democracia y el tejido social y que está contribuyendo a construir la paz y la convivencia, no debería depender a tal punto del interés del gobernante de turno o de la buena voluntad de tantos trabajadores silenciosos.

En este país tantas veces dominado por las emociones tristes, como escribió Mauricio García Villegas, es imposible no reconocer y valorar la vitalidad de este proceso que arrancó, hay que decirlo, con una política pública bien sustentada, y el trabajo coordinado de muchos actores. Hoy, la infraestructura cultural más grande del país, la Red de Bibliotecas Públicas, está proponiendo e inventando cada día nuevas maneras de abordar una labor que se ha transformado con el tiempo, pero que sigue siendo fundamental para garantizar la igualdad de oportunidades y las condiciones que hacen posible una democracia.

Las bibliotecas concursaron en tres categorías diferentes: memoria y cultura; diversidad, tejido y organización comunitaria, e innovación. Encontramos proyectos relacionados con el patrimonio cultural, como el de un municipio de Antioquia que documenta con rigor y método la evolución política, social, económica y cultural de su región y la pone al alcance de todos; y que se ingenian además acciones significativas para hacer de esta una memoria útil y restaurativa, vinculada a los procesos de la región y a la vida de su gente.

En uno de los paisajes más bellos que hayamos visto, una pequeña biblioteca del Pacífico colombiano trabaja también en la documentación de su memoria, a partir de este planteamiento justo y visionario: “Nuestra biblioteca no tenía información sobre nosotros y nos hemos dedicado a documentarla”; y lo hacen en las tres lenguas de las etnias que allí conviven, legando así una fuente de conocimiento, investigación y aprendizaje a las presentes y futuras generaciones.

En La Guajira, una biblioteca indígena de iniciativa comunitaria, construida de la nada en medio del desierto con el fin de apoyar la educación de niños y jóvenes, hoy desarrolla todo un proyecto para el fortalecimiento de su lengua, y con ella, de todo su sistema cultural y de conocimiento, que se proyecta gracias a una bandada de escolares en bicicleta que llevan libros y programas innovadores a las rancherías dispersas en la región.

La Red de Bibliotecas Públicas, está proponiendo e inventando cada día nuevas maneras de abordar una labor que se ha transformado con el tiempo, pero que sigue siendo fundamental para garantizar la igualdad de oportunidades y las condiciones que hacen posible una democracia.

Bibliotecas, como la de un corregimiento de Cali, que se han convertido en el centro desde el que las diferentes iniciativas artísticas, culturales y sociales de una comunidad rural se vuelven realidad, y que, a partir de la apertura, la confianza y la participación, han transformado un contexto social complejo en un espacio de alegría, orgullo y apropiación comunitaria.
Propuestas inspiradas en las mil posibilidades de la lectura y el aprendizaje, enriquecidas con la experiencia y el conocimiento de muchos y pensadas para las distintas edades de la vida, incluso desde antes del nacimiento, como en los casos de Envigado, Itagüí y Bogotá. Y bibliotecas que, con sus redes, trabajan en Sucre y Norte de Santander por fortalecer el tejido social y la paz en zonas duramente azotadas por la violencia.

La red de bibliotecas públicas es hoy un rico ecosistema que acoge, cuida, ofrece posibilidades y expande universos. O, como nos dijo una líder incomparable, un instrumento para que muchos niños y jóvenes, muchos adultos, puedan pensar y construir un futuro distinto al de la violencia y la guerra. Es un mensaje de esperanza en un mundo difícil. Un mensaje que llega desde los territorios.

De acuerdo con la Ley 1379, las bibliotecas en Colombia son un servicio público que debe ser garantizado por las administraciones territoriales y nacionales. Por ello, la ley definió las condiciones para su funcionamiento y estableció recursos específicos de inversión. Posteriores reformas diluyeron este compromiso, lo que las vuelve a dejar en las manos de la voluntad o interés de los gobernantes. Los resultados de estas medidas saltan a la vista en muchos lugares, sobre todo en aquellos donde su presencia es más necesaria: Bibliotecas en climas tórridos que no cuentan con el alivio de un ventilador, goteras que ponen en riesgo las colecciones, mobiliarios deteriorados y tristes para recibir a sus usuarios, falta de materiales, de equipos y de recursos para la programación. Por no hablar de la inestabilidad laboral que afecta a muchos bibliotecarios y bibliotecarias que se han formado y se esfuerzan por cumplir con su misión e incluso extenderla a otros territorios. Las bibliotecas rurales itinerantes, ese desarrollo maravilloso y necesario de la red, se sostienen gracias al esfuerzo, muchas veces solitario, de gestores excepcionales que trabajan de manera voluntaria.

No hay duda de que la estructura que ha permitido todo este despliegue de iniciativas y procesos ha sido posible gracias a la suma de años de esfuerzos del Ministerio de Cultura y de la Biblioteca Nacional, y de administraciones departamentales, distritales y municipales que han sabido valorar la importancia social y cultural de este programa. También, importante reconocerlo, de gobiernos que, como Japón, han donado cientos de infraestructuras a otros tantos municipios.
Sin embargo, la salud de esta Red de Bibliotecas Públicas que es referente en América Latina, que es garantía de acceso a los libros y a la lectura (en buena parte del país no existe otra forma), que fortalece la cultura, o las culturas, la democracia y el tejido social y que está contribuyendo a construir la paz y la convivencia, no debería depender a tal punto del interés del gobernante de turno o de la buena voluntad de tantos trabajadores silenciosos. Ojalá la visibilidad que otorgan estos premios sirva para refrendar en todo el país el apoyo y compromiso con este universo prodigioso pero frágil que tenemos entre las manos.


Estas son las bibliotecas ganadoras del Premio Nacional de Bibliotecas Públicas Daniel Samper Ortega


Premio en la categoría Memoria y Cultura:
- Biblioteca Pública Municipal Lenguaje Universal de Pizarro -Bajo Baudó. Chocó.
Menciones especiales:
- Biblioteca Suuralairua. El Cardón - Uribia. Guajira
- Biblioteca pública Diego Echavarría Misas. Itagüí. Antioquia.


Premio en la categoría Diversidad, Tejido y Organización Comunitaria:
Biblioteca Pública Municipal Hugo Luis Salcedo García. Ovejas. Sucre
Menciones especiales:
- Biblioteca Pública Rural Rumenigue Perea Padilla. Montebello – Cali. Valle del Cauca
- Biblioteca Pública Soledad Rengifo. Ibagué. Tolima.


Premio en la categoría Experiencias de Innovación Bibliotecaria.
- Biblioteca Departamental Julio Pérez Ferrero. Cúcuta. Norte de Santander
Menciones especiales:
- Biblioteca Pública y Parque Cultural Débora Arango. Envigado. Antioquia.
- Biblioteca Pública Virgilio Barco. Bogotá, D.C.

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